Capítulo 26: Propuesta indecente

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Advertencia: el siguiente capítulo contiene escenas de índole sexual. Si no es de tu agrado, por favor no leas el capítulo. Gracias.

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Esa noche de amor y desenfreno, Valeria durmió mejor que nunca

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Esa noche de amor y desenfreno, Valeria durmió mejor que nunca. No se había dado cuenta de cuánto necesitaba estar envuelta en los brazos de Charlie hasta que pasó la noche a su lado.

Cuando por fin se tumbaron en la cama para dormir, Valeria se giró de costado, con el pecho de Charlie pegado a su espalda y sus brazos rodeándola firmemente. Su calor y su aroma la envolvían como si un abrazo de oso se tratase y, en ese momento, supo que no quería volver a pasar otra noche sin él.

Al día siguiente, se despertó con delicados besos en la nuca y un suave «buenos días» al oído, se dio la la vuelta y se encontró con unos preciosos ojos azules y una sonrisa soñolienta. En ese momento, sintió cómo su estómago se revolvía de felicidad.

—No quiero salir de la cama —dijo Charlie con voz grave y todavía un poco adormilada. Acercó a Valeria hacia él, haciendo que ella apoyara su cabeza en el hueco de su cuello y respirara su esencia—. Lo siento, pero no creo que pueda dormir sin ti nunca más.

Valeria rio contra su cuello, haciendo que a Charlie se le erizara la piel. Él recorrió su espalda hasta llegar al borde de su camiseta, levantándola ligeramente para acariciar su piel suave. Ella estaba segura de que estaba hecha un desastre, con el pelo enredado y la cara marcada por las sábanas, pero a Charlie no parecía importarle. Él la veía como si fuera la mujer más hermosa del mundo y se sentía muy afortunado de que poder estar con ella. Observó el ligero sonrojo de sus mejillas, esos ojos que adoraba y esa piel deliciosa que solo le hacía querer tenerla en sus brazos todo el día.

Pasó los dedos por su cadera, trazando líneas suaves sobre su piel. Fascinado con cada centímetro de ella, no pudo evitar inclinarse para besarla de una manera que, si hubiera estado de pie, la habría hecho tambalearse. Su mano fue a su nuca, agarrándole ligeramente el pelo mientras su lengua se encontraba con la de ella. Tras ese beso, Charlie se apartó, ya que si no se detenía, intuía que no saldrían nunca de la cama.

El vuelo de los dragones - [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora