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La semana en Rumanía pasó a un ritmo increíblemente rápido. Valeria se dedicó a ayudar en todos los departamentos del santuario, desde limpiar las cuadras donde dormían algunos de los dragones hasta colaborar en las cocinas para preparar la comida de los trabajadores.
Todos coincidían en lo trabajadora, amable y buena persona que era la bruja, con la única excepción de la dragonologista morena con la que, afortunadamente, Valeria no tuvo que trabajar en ningún momento. Muchos en el santuario no esperaban que ella fuera así; solían pensar que era una vaga que solo estaba allí por el dinero, que era solo fachada y que tenía miedo de romperse una uña. Nada más lejos de la realidad.
El último día antes de partir, le organizaron una pequeña fiesta de "no-despedida", ya que todos estaban convencidos de que Valeria volvería. Como recuerdo, la bruja preparó pestiños para el postre, explicándoles que era un dulce típico de su tierra, hecho con masa frita bañada en miel y espolvoreada con azúcar y canela. Todos disfrutaron de la delicia, incluyendo a su pelirrojo favorito, quien le hizo prometer que le prepararía ese postre al menos una vez al mes. Comieron, bebieron, bailaron y rieron como si no hubiera un mañana, ya que la alegría de Valeria era verdaderamente contagiosa.
Por su parte, Charlie pensaba que había sido la mejor semana de su vida. Se sentía más pleno que nunca, ya que tenía todo lo que siempre había soñado: un trabajo que le apasionaba, una persona que compartía su amor por los dragones y, por supuesto, su adorada familia.
El viernes por la mañana, Charlie se despertó sintiendo frío en el otro lado de la cama. La noche anterior la habían cerrado con una sesión de besos, amor y caricias, dejando al pobre dragonologista exhausto. Agradecía que ese mismo día, después de trabajar, comenzaría una semana de merecidas vacaciones. Abrió los ojos y vio que su chica no estaba en la habitación. Se dio la vuelta y se quedó boca arriba mientras se desperezaba. De repente, escuchó una melodiosa voz proveniente de la otra parte de la casa y sonrió enormemente al escuchar a su novia cantando.
Se levantó rápidamente, se puso los calzoncillos que tenía tirados por el suelo y una camiseta que estaba sobre el escritorio, y se dirigió hacia donde provenía la voz.
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El vuelo de los dragones - [Charlie Weasley]
FanfictionEn el apogeo de la final del Mundial de Quidditch, donde la emoción y la magia llenan el aire, Valeria Montenegro, una cantante con mucho talento y bruja mestiza, se prepara para ofrecer una actuación épica antes de que comience el partido más esper...