CAPÍTULO 25. ¿SCABBERS MUERTA?

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Harry casi se dio de bruces con la profesora McGonagall mientras subía por las escaleras.

—Mira por dónde vas, Potter.

—Lo siento, profesora.

—Fui a buscarte a la sala común de Gryffindor. Bueno, aquí la tienes. Hemos hecho todas las comprobaciones y parece que está bien, creo que la señorita Swift tenía razón.

—¿Puedo quedármela? —dijo Harry— ¿De verdad?

—De verdad —dijo sonriendo la profesora McGonagall— Tendrás que familiarizarte con ella antes del partido del sábado, ¿no? Haz todo lo posible por ganar, porque si no quedaremos eliminados por octavo año consecutivo, como me acaba de recordar muy amablemente el profesor Snape.

Harry subió por las escaleras hacia la torre de Gryffindor, cuando recordó que le menciono el nombre de Sky, volteo para preguntarle, pero ya no estaba.

Al doblar una esquina, vio a Ron, que se precipitaba hacia él con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Te la ha dado? ¡Estupendo! ¿Me dejarás que monte en ella? ¿Mañana?

—Sí, por supuesto —respondió Harry con entusiasmo— Tendríamos que hacer las paces con Hermione. Sólo quería ayudar…

—Sí, de acuerdo, y tú con Sky. Están en la sala común, trabajando, para variar.

Harry y Ron se acercaron a la mesa donde se encontraban.

—Me la han devuelto —le dijo Harry a las chicas sonriendo y levantando la Saeta de Fuego, Sky reprimió una sonrisa

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—Me la han devuelto —le dijo Harry a las chicas sonriendo y levantando la Saeta de Fuego, Sky reprimió una sonrisa.

—¿Lo ves, Hermione? ¡No había nada malo en ella!

—Bueno… ya lo sé, gracias a —pero Sky le pego por abajo, aún no quería que Harry supiera— Por lo menos ahora sabes que es segura.

—Sí, supongo que sí —dijo Harry— Será mejor que la deje arriba.

—¡Yo la llevaré! —se ofreció Ron— Tengo que darle a Scabbers el tónico para ratas. Y subió las escaleras.

—¿Me puedo sentar? —preguntó Harry a Hermione y Sky.

—Supongo que sí —contestó Hermione.

—¿Tú qué opinas Sky?

—¿Sobre qué Harry? —le dijo Sky, Harry sintió feo nunca lo llamara por su nombre.

—Sobre la escoba…

—Es preciosa, ahora puedes atrapar a esa snitch mejor que nadie, y ahora puedes comprender a Hermione, solo intentaba protegerte…

—Si, lo sé. Perdón. ¿Qué tal lo llevas, Hermione? —preguntó Harry.

—Bien. Ya sabes, trabajando duro —respondió Hermione.

—¿Por qué no dejas un par de asignaturas? —preguntó Harry.

—¡No podría! —respondió Hermione escandalizada.

—La Aritmancia parece horrible —observó Harry

—¡No! —exclamaron Sky y Hermione al mismo tiempo, haciendo que Harry saltará un poco.

—No, es maravillosa —dijo Hermione—. Es nuestra asignatura favorita. Es…

En aquel preciso instante resonó un grito ahogado en la escalera de los chicos. Se acercaban unos pasos apresurados que se oían cada vez más fuerte. Y entonces apareció Ron arrastrando una sábana.

—¡MIRA! —gritó, acercándose a zancadas a la mesa— ¡MIRA!

—¿Qué pasa, Ronnie?

—¡SCABBERS! ¡MIREN! ¡SCABBERS!

—¡SANGRE! —exclamó Ron en medio del silencio— ¡NO ESTÁ! ¿Y SABES LO QUE HABÍA EN EL SUELO?

—No, no —dijo Hermione con voz temblorosa. Sobre las inscripciones extrañas había unos pelos de gato, largos y de color canela.

Sky Swift y El Prisionero De Azkaban Donde viven las historias. Descúbrelo ahora