El tercer año llegará, muchos cambios, verdades que saldrán a la luz, sentimientos pero tal vez... una amistad se rompa... o ¿no?
La historia de Harry Potter le pertenece a J.K Rowling, sólo Sky y algunas partes me pertenecen.
Esperaron después de la cena, en una habitación contigua al vestíbulo hasta asegurarse de que éste estuviese completamente vacío. Oyeron los pasos de Sky que venía entrando con la capa.
—¿Listos? —preguntó los tres asintieron, se metieron a la capa pero cuando era el turno de Sky la puerta se abrió, y no era nadie menos que Snape.
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Sky trago duro, y lo vio.
—¿Qué haces aquí Sky? —preguntó Snape, lo demás se sorprendieron que la llamará por su nombre.
—Yo… bueno… es que con todo lo de mi papá, vine a pensar un rato, no tengo un tiempo sola, con los chicos detrás de mí —dijo Sky viendo el reloj y dando pasos hacia la puerta para que ellos pudieran salir, la abrió, ellos pasaron, pero Snape la detuvo.
—Espera, ven conmigo a mi oficina —dijo Snape, ella la siguió e hizo un gesto con la mano de que los alcanzaría.
Cuando iban de camino a la cabaña, Harry preguntó:
—¿Creen que se encuentre bien, me refiero a Sky?
—Espero que sí, y espero que pueda salir —dijo Ron— Aunque fue raro que la llamara por su nombre.
Llegaron a la cabaña y llamaron a la puerta. Hagrid tardó en contestar; cuando por fin lo hizo, miró a su alrededor, pálido y tembloroso, en busca de la persona que había llamado.
—Somos nosotros —susurró Harry— Llevamos la capa invisible. Si nos dejas pasar, nos la quitaremos.
—No deberían haber venido —dijo Hagrid, se hizo a un lado, y ellos entraron.
—¿Y Sky? ¿Quieren un té? —invitó.
—Pronto vendrá, Hagrid. ¿Dónde está Buckbeak? —preguntó Ron.
—Lo… lo tengo en el exterior —dijo Hagrid— Está atado en el huerto, junto a las calabazas. Pensé que debía ver los árboles y oler el aire fresco antes de…
—Yo lo haré, Hagrid —dijo Hermione.
—Hay otra en el aparador —dijo Hagrid.
—¿No hay nada que hacer, Hagrid? —preguntó Harry sentándose a su lado— Dumbledore…
—Lo ha intentado, igual la familia de Sky, su tío que es muy respetado en el mundo de la magia —respondió Hagrid— No pudieron hacer nada contra una sentencia de la Comisión. Les han dicho que Buckbeak es inofensivo, incluso Will, les dijo que él lo adoptaría, pero tienen miedo. Ya saben cómo es Lucius Malfoy… Me imagino que los ha amenazado… Y el verdugo, Macnair, es un viejo amigo suyo. Pero será rápido y limpio, y yo estaré a su lado.
—Dumbledore estará presente. Me ha escrito esta mañana. Dice que quiere estar conmigo. Un gran hombre, Dumbledore…
—Nosotros también estaremos contigo, Hagrid —comenzó a decir Hermione, pero Hagrid negó con la despeinada cabeza.
—Tienen que volver al castillo. Les he dicho que no quería que lo vieran. Y tampoco deberían estar aquí. Si Fudge y Dumbledore te pillan fuera sin permiso, Harry, te verás en un aprieto.
Hermione al coger la botella de leche para verter parte de ella en la jarra, dio un grito.
—¡Ron! No… no puedo creerlo. ¡Es Scabbers!
—¿Qué dices?
—¡Scabbers! —exclamó Ron desconcertado— Sky, tenía razón. Scabbers, ¿qué haces aquí?
Cogió a la rata, que forcejeaba por escapar, y la levantó para verla a la luz. Tenía un aspecto horrible.
—No te preocupes, Scabbers —dijo Ron— No hay gatos. No hay nada que temer.
De pronto, Hagrid se puso de pie, mirando la ventana fijamente.
—Ya vienen… Tienen que irse —dijo Hagrid— No deben verlos aquí… Márchense ya. Salgan por detrás.
Empezaron a subir hacia el castillo, pero Ron se detuvo en seco.
—Por favor, Ron —comenzó Hermione.
—Se trata de Scabbers…, quiere salir. Scabbers, tonta, soy yo —susurró Ron
Oyeron abrirse una puerta detrás de ellos y luego voces masculinas.
—¡Por favor, Ron, vámonos, están a punto de hacerlo! —insistió Hermione.
—Vale, ¡quédate quieta, Scabbers!
Siguieron caminando; hasta que Ron volvió a detenerse.
—No la puedo sujetar… Calla, Scabbers, o nos oirán todo el mundo.
Hubo un silencio y luego, sin previo aviso, el inconfundible silbido del hacha rasgando el aire. Hermione se tambaleó.
—¡Ya está! —susurró a Harry— ¡No me lo puedo creer, lo han hecho!
En una de las ventanas se encontraba Sky viendo la escena, pobre Buckbeak, maldito seas Malfoy. Pero también vio a los chicos y una rata en la mano de Ron, pero no solo eso, vio a su papá. Oh no, esto será un desastre, y corrió para alcanzarlos.
