CAPÍTULO 27. LA VISITA DE SIRIUS BLACK.

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—¡AAAAAAAAAAAAAAGH! ¡NOOOOOOOOOOOO!

Harry despertó tan de repente como si le hubieran golpeado en la cara.

—¿Qué ocurre?

Ron estaba incorporado en la cama, con las cortinas echadas a un lado y una expresión de pánico  en el rostro. En ese momento, entró Sky con su pijama asustada, y vio a Ron.

 En ese momento, entró Sky con su pijama asustada, y vio a Ron

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—¡Ronnie! ¿Que paso? ¿Qué tienes? —preguntó Sky asustada.

—¡Black! ¡Sirius Black! ¡Con un cuchillo!

—¿Qué? —dijo Sky.

—¡Aquí! ¡Ahora mismo! ¡Rasgó las cortinas! ¡Me despertó!

—¿No estarías soñando, Ron? —preguntó Dean.

—¡Miren las cortinas! ¡Les digo que estaba aquí!

—¿Quién ha gritado?

—¿Qué hacen?

La sala común estaba iluminada por los últimos rescoldos del fuego. No había nadie allí.

—¿Estás seguro de que no soñabas, Ron?

—¡Les digo que lo vi!

—Esta bien Ronnie, tranquilo —pero Ron la jalo para abrazarla, no quería que él le hiciera daño.

—¿Por qué arman tanto jaleo?

—¡La profesora McGonagall nos ha mandado acostarnos!

—Estupendo, ¿continuamos? —preguntó Fred Weasley con animación.

—¡Todo el mundo a la cama! —ordenó Percy, entrando aprisa en la sala común.

—Percy… ¡Sirius Black! —dijo Ron, con voz débil, sin soltar a Sky— ¡En nuestro dormitorio! ¡Con un cuchillo! ¡Me  despertó!

—¡Absurdo! —dijo Percy con cara de susto— Has comido demasiado, Ron. Has tenido una pesadilla.

—Te digo que…

—¡Venga, ya basta! Llegó la profesora McGonagall— ¡Me encanta que Gryffindor haya ganado el partido, pero esto es ridículo! ¡Percy, no esperaba esto de ti!

—¡Le aseguro que no he dado permiso, profesora! —dijo Percy indignado— ¡Precisamente les estaba diciendo a todos que regresaran a la cama! ¡Mi hermano Ron tuvo una pesadilla…!

—¡NO FUE UNA PESADILLA! —gritó Ron, Sky se encogió aún a su lado— ¡PROFESORA, ME DESPERTÉ Y SIRIUS BLACK ESTABA DELANTE DE MÍ, CON UN CUCHILLO EN LA MANO!

—No digas tonterías, Weasley. ¿Cómo iba a pasar por el retrato?

—¡Hay que preguntarle! —dijo Ron, señalando con el dedo la parte trasera del cuadro de sir Cadogan— Hay que preguntarle si ha visto…

Mirando a Ron con recelo, la profesora McGonagall abrió el retrato y salió.

—Sir Cadogan, ¿ha dejado entrar a un hombre en la torre de Gryffindor?

—¡Sí, gentil señora! —gritó sir Cadogan.

—¿De… de verdad? —dijo la profesora McGonagall— Pero ¿y la contraseña?

—¡Me la dijo! —respondió altanero sir Cadogan— Se sabía las de toda la semana, señora. ¡Las traía escritas en un papel!

La profesora McGonagall volvió a pasar por el retrato para encontrarse con la multitud.

—¿Quién ha sido? —preguntó con voz temblorosa— ¿Quién ha sido el tonto que ha escrito las contraseñas de la semana y las ha perdido?

Hubo un silencio total, roto por un leve grito de terror. Neville Longbottom, temblando levantó la mano muy lentamente. Oh pobre Nev, pensó Sky.

Sky Swift y El Prisionero De Azkaban Donde viven las historias. Descúbrelo ahora