—¡HARRY! Tenemos diez minutos para regresar a la enfermería sin ser vistos. Antes de que Dumbledore cierre la puerta con llave.
—De acuerdo —dijo Harry— ¡vamos!
Siguieron por el corredor cautelosamente. La puerta se abrió. Vieron la espalda de Dumbledore.
—Los voy a encerrar —le oyeron decir— Son las doce menos cinco. Señorita Granger, tres vueltas deberían bastar. Buena suerte.
Dumbledore salió de espaldas de la enfermería, cerró la puerta y sacó la varita para cerrarla mágicamente. Asustados, Harry y Hermione se apresuraron.
—¿Bien? —preguntó en voz baja.
—¡Lo hemos logrado! —dijo Harry jadeante— Sirius se ha ido montado en Buckbeak…
—Bien hecho. Creo… —Escuchó atentamente— Sí, creo que ya no están ahí dentro. Entren. Los cerraré.
Entraron en la enfermería. Estaba vacía, salvo por lo que se refería a Sky y a Ron, que permanecían en las camas. Después de oír la cerradura, se metieron en sus camas.
Un instante después, la señora Pomfrey volvió de su oficina con paso enérgico.
—¿Ya se ha ido el director? ¿Se me permitirá ahora ocuparme de mis pacientes?
Y entonces, mientras estaban comiendo, oyeron un rugido furioso, procedente de algún lugar por encima de la enfermería.
—¿Qué ha sido eso? —dijo alarmada la señora Pomfrey
—¡Hay que ver! ¡Despertarán a todo el mundo! ¿Qué creen que hacen?
—Debe de haber desaparecido, Severus. Tendríamos que haber dejado a alguien con él en el despacho. Cuando esto se sepa…
—¡NO HA DESAPARECIDO! —bramó Snape— ¡UNO NO PUEDE APARECER NI DESAPARECER EN ESTE CASTILLO! ¡POTTER TIENE ALGO QUE VER CON ESTO!
—Sé razonable, Severus.
¡PLAM! La puerta de la enfermería se abrió de golpe. Fudge, Snape y Dumbledore entraron en la sala
—¡CONFIESA, POTTER! —vociferó Snape— ¿QUÉ ES LO QUE HAS HECHO?
—¡Profesor Snape! —chilló la señora Pomfrey— ¡contrólese!
—Por favor, Snape, sé razonable —dijo Fudge— Esta puerta estaba cerrada con llave. Acabamos de comprobarlo.
—¡LE AYUDARON A ESCAPAR, LO SÉ! —gritó Snape, señalando a Harry y a Hermione.
De repente escucharon una voz que gritaba, todos voltearon y vieron a Sky que se había despertado.
—¡¿Qué le hiciste a mi papá?! Te juro que si le tocaste un pelo, dejarás de ser mi tío —en cuanto lo dijo Hermione y Harry se quedaron en shock.Snape se acercó corriendo a su cama:
—¡Pequeña Flor! Mira yo…
—¡Él es inocente! Señor ministro, yo puedo comprobarlo, fue la maldita rata, puedo… puedo… —Sky empezó a toser, la señora Pomfrey se acercó a ella.
—Tiene fiebre, es mejor que se vayan, no pueden alterarla —Harry la volteo a ver, le preocupaba mucho, pero se pondría bien cuando le contará.
—¡NO! MI PAPÁ ES INOCENTE.
—Bueno ya no podremos comprobarlo, Señorita Swift, él ha escapado. Bueno mejor hay que retirarnos.
Snape vio a Sky, vio su mirada de decepción, dio media vuelta y salió de la sala de la enfermería como un vendaval.
—Su colega parece perturbado —dijo Fudge— Yo en su lugar, Dumbledore, tendría cuidado con él.
—No es nada serio —dijo Dumbledore con calma— sólo que acaba de sufrir una gran decepción.
—¡No es el único! —repuso Fudge resoplando— ¡El Profeta va a encontrarlo muy divertido! ¡Ya lo teníamos arrinconado y se nos ha escapado entre los dedos! Sólo faltaría que se enteren también de la huida del hipogrifo, y seré el hazmerreír. Bueno, tendré que irme y dar cuenta de todo al Ministerio…
—¿Y los dementores? —le preguntó Dumbledore— Espero que se vayan del colegio.
—Sí, tendrán que irse —dijo Fudge— Nunca creí que intentarán darle el Beso a un niño inocente…, estaban totalmente fuera de control. Esta noche volverán a Azkaban. Tal vez deberíamos pensar en poner dragones en las entradas del colegio…
—Eso le encantaría a Hagrid —dijo Dumbledore, dirigiendo a Harry, Hermione y a Sky una rápida sonrisa.
Cuando él y Fudge dejaron la enfermería, la señora Pomfrey corrió hacia la puerta y la volvió a cerrar con llave. Murmurando entre dientes, enfadada, se acercó a Sky y le dio una pócima, luego volvió a su despacho.
—¿Me pueden contar que paso? ¿Mi papá está bien? —dijo Sky, Harry corrió a su cama, ella se hizo a un lado y él se acostó con ella.
—Solo si nos cuentas lo de Snape… —contestó Harry.
—Bueno… es mi tío… pero no de sangre, mamá y él eran amigos, y nunca perdieron el contacto. Pero no quería decir nada, porque ustedes lo odian, y no los culpo, a veces dan ganas de matarlo. Ahora sí, cuéntame Rayito… —Harry y Hermione le contaron todo, al final Sky abrazo muy fuerte a Harry.
—Gracias, gracias a los dos. Los quiero.
De repente, se oyó un leve gemido, Ron se acababa de despertar. Lo vieron sentarse, rascarse la cabeza y mirar a su alrededor.
—¿Qué ha pasado? —preguntó— ¿Harry? ¡¿Y Sky?! ¿Qué hacemos aquí? ¿Dónde está Sirius? ¿Dónde está Lupin? ¿Qué ocurre?
Harry y Hermione se miraron.
—Explícaselo tú—dijo Harry a Hermione, abrazando a Sky mientras ella recostaba su cabeza en su pecho.
ESTÁS LEYENDO
Sky Swift y El Prisionero De Azkaban
FanfictionEl tercer año llegará, muchos cambios, verdades que saldrán a la luz, sentimientos pero tal vez... una amistad se rompa... o ¿no? La historia de Harry Potter le pertenece a J.K Rowling, sólo Sky y algunas partes me pertenecen.