Reemprendieron el camino hacia el castillo, andando muy despacio para no descubrirse.
—Scabbers, estate quieta —susurró Ron, llevándose la mano al pecho— ¿Qué te ocurre, tonta? Quédate quieta… ¡AY! ¡Me ha mordido!
—¡Ron, cállate! —susurró Hermione— Fudge se presentará aquí dentro de un minuto…
—No hay manera —Scabbers estaba aterrorizada.
—¿Qué le ocurre?
—¡Crookshanks! —gimió Hermione— ¡No, vete, Crookshanks! ¡Vete!
—Scabbers… ¡NO!
Demasiado tarde… La rata escapó por entre los dedos de Ron. De un salto, Crookshanks se lanzó tras el roedor, Ron se salió de la capa y se internó en la oscuridad.
—¡Ron! —gimió Hermione.
—Aléjate de él…, aléjate… Scabbers, ven aquí… Oyeron un golpe seco.
—¡Te he atrapado! Vete, gato asqueroso.
—Vamos, Ron, volvamos a cubrirnos —dijo Hermione jadeando— Dumbledore y el ministro saldrán dentro de un minuto.
Pero antes de que pudieran volver a taparse, oyeron los pasos de unas patas gigantes. Algo se acercaba a ellos en la oscuridad: un enorme perro negro de ojos claros.
Cuando el perro volvió a saltar contra ellos, Ron empujó a Harry hacia un lado y el perro mordió el brazo estirado de Ron.
Al pie del árbol estaba el perro, arrastrando a Ron y metiéndolo por un hueco que había en las raíces del sauce boxeador.
—¡Ron! —gritó Harry, intentando seguirlo, pero una gruesa rama le propinó un golpe que lo obligó a retroceder.
—Harry, tenemos que pedir ayuda —gritó Hermione.
—¡No! ¡Este ser es lo bastante grande para comérselo! ¡No tenemos tiempo!
—No conseguiremos pasar sin ayuda.
—Si ese perro ha podido entrar, nosotros también —jadeó Harry.
De repente, Crookshanks dio un salto al frente. Se deslizó como una serpiente por entre las ramas y se agarró con las zarpas a un nudo del tronco. El árbol dejó de moverse.
—¡Crookshanks! —gritó Hermione— ¿Cómo sabía…?
—Es amigo del perro —dijo Harry— Los he visto juntos… Vamos. Ten la varita a punto.
Había una habitación, muy desordenada y llena de polvo.
—Harry —susurró Hermione— Creo que estamos en la Casa de los Gritos.
—¡Ron!, ¿te encuentras bien?
—¿Dónde está el perro?
—No hay perro —gimió Ron de dolor— Harry, esto es una trampa…
—¿Qué…?
—Él es el perro. Es un animago…
Harry se dio la vuelta. El hombre oculto en las sombras cerró la puerta tras ellos. Era Sirius Black.
—¡Expelliarmus! —exclamó, dirigiendo hacia ellos la varita de Ron. Las varitas de Harry y Hermione saltaron de sus manos, y Black las recogió— Pensé que vendrías a ayudar a tu amigo. Tu padre habría hecho lo mismo por mí. Esto lo hará todo mucho más fácil…
—Si quiere matar a Harry, tendrá que matarnos también a nosotros —dijo Ron con fiereza.
—Échate —le dijo a Ron— o será peor para tu pierna, y mi cachorra me matará.
—¿Me ha oído? —dijo Ron— Tendrá que matarnos a los tres.
—Sólo habrá un asesinato esta noche —respondió Black.
—¿Por qué? —preguntó Harry— No le importó la última vez, ¿a que no? No le importó matar a todos aquellos muggles al mismo tiempo que a Pettigrew… ¿Qué ocurre, se ha ablandado usted en Azkaban?
—¡Harry! —sollozó Hermione— ¡Cállate!
—¡ÉL MATÓ A MIS PADRES! —gritó Harry.
—¿Vas a matarme, Harry? —preguntó.
—Usted mató a mis padres y la mamá de Sky —dijo Harry.
—No lo niego —dijo— Pero si supieras toda la historia…
—¿Toda la historia? —repitió Harry furioso— Los entregó a Voldemort, a su propia hija, eso es todo lo que necesito saber.
—Tienes que escucharme —dijo Black— Lo lamentarás si no… si no comprendes…
—Comprendo más de lo que cree —dijo Harry— Usted no la ha oído nunca, ¿verdad? A mi madre, impidiendo que Voldemort me matara… Y usted lo hizo. Lo hizo…
Y entonces oyeron unos pasos amortiguados. Alguien caminaba por el piso inferior.
—¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! —gritó Hermione— ¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! ¡SIRIUS BLACK! ¡DENSE PRISA!
La puerta de la habitación se abrió de golpe y el profesor Lupin entró en la habitación como un rayo.
—¡Expelliarmus! —gritó Lupin.
La varita de Harry salió volando de su mano. También lo hicieron las dos que sujetaba Hermione.
—¿Dónde está, Sirius?
—Profesor Lupin, ¿qué pasa? —interrumpió Harry— ¿Qué…?
Un instante después, se acercó a Black, le cogió la mano, tiró de él para incorporarlo y abrazó a Black como a un hermano.
—Usted… usted…
—Hermione…
—¡… usted y él!
—Tranquilízate, Hermione.
—¡No se lo dije a nadie! —gritó Hermione.
—¡Hermione, escúchame, por favor! —exclamó Lupin— Puedo explicarlo…
—Yo confié en usted —gritó Hermione a Lupin— y en realidad era amigo de él.
—Como tú de Sky, te acuerdas lo que te dijo —explicó Lupin
Hermione se quedó en silencio, por dios Sky le dijo, no más bien le mostró la verdad pero que tonta, como no se acordó.
—¿Sky? —preguntó Ron y Harry al mismo tiempo desconcertados. Hermione se quedó en silencio.
—¿Me dejas echarle un vistazo a la rata? —dijo Lupin con amabilidad.
—¿Qué? —preguntó Ron— ¿Qué tiene que ver Scabbers en todo esto?
—Todo —respondió Lupin— ¿Podría echarle un vistazo, por favor?
—¿Qué? —volvió a preguntar Ron— ¿Qué tiene que ver la rata en todo esto?
—No es una rata —graznó de repente Sirius Black.
—¿Qué quiere decir? ¡Claro que es una rata!
—No lo es —dijo Lupin— Es un mago.
—Un animago —aclaró Black— llamado Peter Pettigrew.
ESTÁS LEYENDO
Sky Swift y El Prisionero De Azkaban
FanfictionEl tercer año llegará, muchos cambios, verdades que saldrán a la luz, sentimientos pero tal vez... una amistad se rompa... o ¿no? La historia de Harry Potter le pertenece a J.K Rowling, sólo Sky y algunas partes me pertenecen.