Una vida conmigo

Capitulo 16: Desilusión

El muchacho se acerca cada vez más a mí con su sonrisa radiante, sus ojos avellana brillantes (Héisl), su mirada encantadora. En cuanto está frente a mí, le digo con una sonrisa que no sé de dónde me sale:

—Hola, Loki. No esperaba verte por aquí tan temprano.

Él inclina su cabeza en un gesto cortés.

—Buenas tardes, señorita Camila. El destino parece sonreírme al cruzar nuestros caminos en este momento. ¿Cómo se encuentra en esta radiante jornada?

—Pues, mejor ahora que te veo. ¿Qué tal tú? ¿Siempre tan elegante?

Loki sonríe con suavidad y me irradia cada vez más.

—La elegancia es un reflejo del respeto que uno tiene por sí mismo y por quienes le rodean. Me alegra saber que mi apariencia es de su agrado. Dígame, ¿qué maravillas le depara este día?

Empiezo, por inercia, a jugar con un mechón de mi cabello.

—Oh, lo de siempre. Clases aburridas y un montón de deberes. Pero tenerte cerca definitivamente hace que todo sea más interesante.

El muchacho me mira cálidamente.

De pronto aparece el grupito con quien suele andar.

Dicen que después de clases irán por ahí y Loki acepta unirse.

Uno de ellos, Jeremy, gran amigo que se unió hace ya un tiempo a mi grupo, comenta:

—Ok, allí nos vemos.

—¿A qué hora será? —pregunto.

—En la salida —responde Jeremy, muy alegre como siempre.

—Allí estaré entonces.

—Su compañía, señorita, es un bálsamo para el alma. Ahora que lo recuerdo, no podré acompañarles; estudiaré mejor para las finales.

—Me quedaré contigo, Loki —digo sin disimulo. Varios de sus amigos se miran con dudas.

—No es necesario, señorita Camila. Usted disfrute su tarde con nuestros amigos; sería una desfachatez que se quede.

—Me quedo contigo, no es justo que te quedes solo.

—Señorita Camila, lamentablemente no puedo permitir eso.

—Entonces vamos con los chicos.

—Me encuentro encantado ante su invitación; mi regocijo no tiene cabida en mi ser.

Empiezo a sentir mis mejillas calientes.

—Siempre haces que todo suene tan… especial.

Sonó el timbre de entrada.

Él se despidió cortésmente y yo le dije a todos que nos veíamos.

Me dirigí al curso, encontrándome con Asher y mi amiga en el camino.

En la salida, como habíamos quedado, nos vemos en grupo.

Me despido de Asher, que se quedó esperando el transporte público, mientras que yo, junto a Loki, Jeremy y los demás amigos, nos dirigimos a una parte del sur de Lyon a un sitio llamado Arcades, donde podemos encontrar y disfrutar una amplia variedad de videojuegos clásicos y modernos.

Pasamos un rato muy ameno, la verdad. Incluso en varias partidas gané; estoy que no quepo de la alegría.

Después de los videojuegos y una caminata, decidimos que era hora de irnos a casa. Loki, todo un caballero, esperó a que subiera al transporte público junto a Jeremy antes de irse él. Jeremy notó algo en mí.