Extra

13 4 5
                                        

Amaneció nublado y muy lluvioso este día. Solo al levantarme cada mañana y ver por la ventana qué tiempo hace, ya son 18 años haciendo lo mismo en este día, mi día, y al final no sea tan mío como yo creo.

Es otoño, octubre, mi mes, la estación favorita, pero no la siento tan mía. Me siento distante, y eso me entristece un poco. Me tendré que resignar algún día, no sé si podré.

Han pasado algunos meses, pero lo siento como que han pasado demasiado rápido, como si el tiempo se me escapara de las manos, como si estuviera viviendo nuevamente en automático. Eso duele, porque tal vez me estoy perdiendo los instantes más felices de mi vida, y también los que no son tan felices. No tomaré eso como ventaja para no sufrir esta vida.
Es lo contrario; estar en modo automático es estar físicamente presente, pero tu mente está en otro lado.

Sigo hablando sola, y mi progenitora lo ha notado. Eso y algo más, ya que una noche me sentí muy culpable por negarme a ordenar la cocina.
Estaba furiosa ese día, todo me molestaba y lo único que necesitaba mi cuerpo era descansar.

Me fui aquel día muy enojada directo a la cama, y la mañana siguiente desperté, pero no como me había acomodado; desperté al contrario, con los pies en la almohada y la cabeza donde se suponía debían estar mis pies.
No le di importancia.

Mi progenitora, al verme por el pasillo, me preguntó que dónde había puesto los platos, y que encontró cuchillos en la nevera.


—Camila, la cocina impecable como me gusta, pero en la próxima pon las cosas en el sitio que son.


—Es que yo no limpié la cocina —la miré extrañada.


—¡¿Cómo que no?! Si tu padre te vio cuando vino por agua en la madrugada. Me comentó de regreso que estabas aseando la cocina. Deja la mentira, de seguro quieres culpar a Bug —hay ira y desdén en su tono.
A eso no supe qué contestar.

Este recuerdo me atormenta cada día y me asusta mucho.
Ahora temo dormir. Esa fue la primera vez que sucedió. La segunda, la Nonna me dijo que me vio caminando hacia el baño, pero me quedé en la puerta, recostada. Ella, extrañada, fue a ver qué sucedía, pues me desperté exaltada, desorientada y sin saber qué había pasado.

Ahora evito dormir, no es fácil, pero el temor no me deja tranquila, ya que cuando duermo, no controlo mi ser. Mi mente no se detiene y mi cuerpo actúa a su antojo.

Dos toques en la puerta me sacan de mis pensamientos. Es Revel. Él es medio frío; me felicita por mi cumpleaños o, como lo llama él, el "día cero".

Le agradezco y le doy un cálido abrazo que es medio recibido, porque dice que solo le gustan los abrazos de la Nonna, a lo cual no tengo pruebas, pero tampoco dudas.

La mañana es totalmente normal. Por la tarde, Loki vendrá, y eso me llena el corazón de alegría. Aunque Bug no me habla ni un poquito por estar en la PC, me manda un mensaje de su red social felicitándome, lo cual no me sorprende, pese a que estamos a menos de tres metros de distancia.

La Nonna prepara mi postre favorito: helado casero de chocolate con chispas de chocolate y pan de banano para acompañar con café. Es un postre que, según la Nonna, solo me gusta a mí.

Mientras estoy disfrutando de mi postre, siento sus reconocibles manos sobre mis ojos. Es mi amado destino. Me dice su frasecita, la cual amo demasiado.


—Te extrañé, mi estrellita.
Trae una silla a mi costado y la pone a mi lado, mirándome de frente, lo cual hago yo también.
Me planta un dulce beso y me dice que lo espere un momento. Va al pasillo y toma una caja envuelta con papel plateado y un enorme pompón negro.

Se sienta frente a mí, nos miramos unos segundos y nos reímos al unísono.

Loki sonriente mientras se acerca y me dice:


— Mi Estrella Radiante, hoy el universo ha decidido recordarnos el día en que una luz tan brillante como la tuya nació para embellecer este mundo. Feliz cumpleaños, amor mío.


— ¿De verdad? Siempre tan poético, Loki. Gracias, aunque creo que exageras un poquito.— Me río suevemente


— Exagerar sería imposible,  pues incluso las estrellas palidecen ante tu presencia. Y hoy, quiero celebrar este día tan especial como se merece.  Aquí, mi regalo para ti, aunque ningún objeto podría igualar el valor de lo que tú representas para mí.— Me toma la mano suavemente.


Miro la caja con notable emoción, nadie me había dado antes uno.


— Loki, no tenías que hacerlo! Pero ahora me muero de curiosidad.— Empiezo a abrir la caja con una sontrisa de oreja a oreja


— Desearía haber podido envolver todo mi amor y devoción en esa caja, pero al menos contiene un símbolo de lo que siento por ti. Espero que te guste, Estrellita.


Abro la caja y no puedo creer que hay allí.


— ¡Es precioso! Loki, es perfecto. De verdad, no sé cómo lo haces siempre, pero me dejas sin palabras.— las lágrimas quieren llegar, Pero no les doy paso a ello.


Se que lo nota, aún así no me dice del tema.
En la caja hay varias cosas, chocolates mentolados, muchos corazones de colores, 3 Pósters con frases populares en varios lenguajes, 1 Diario de aprendizaje: Un cuaderno bonito de tapa dura color negro mate con unas letras satinadas en plateado que dejan ver su brillo con la luz, donde puedo escribir mis avances, nuevas palabras o reflexiones en los idiomas que estudi y unos audífonos de alta calidad.

Lo miro y sonríe con ternura, con esa sonrisa que me mata, no logro decir palabras, no tengo ninguna que explique lo que siento ahora, aún así se que Loki entiende mi mirada.


— Me alegra saber que he logrado sorprenderte, aunque confieso que no era tarea fácil. Solo quiero hacerte feliz, hoy y todos los días de nuestras vidas.


Una vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora