Capítulo. 12 confesiones

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Llegue del instituto y como de costumbre ella no está en casa, por más que mi progenitor la detenga, ella encuentra la manera de irse.


Ayer incluso el se puso en la puerta y le cerró con candado, en cuanto el se durmió ella daño el candado y se fue.


Estoy dándole de cenar a mis hermanos que los pase recogiendo donde la Nonna está ahora.

Mi progenitora entra y me mira fijamente, pensé que havia echo algo que para ella no estaba bien y por mas que lo pensaba no lo hallaba. - En cuanto se duerman tus hermanos necesito hablar te de algo.

Escuché cierto temor en su voz, solo asentí.


Mi progenitor salió de la habitación y la empezó a halar del cabello, se la llevó a rastras a la habitación de los adultos, se escuchaban gritos, pedidas de ayuda, muchos golpes.


El escándalo tal y como inicio, termino, no duro más de cinco minutos, mi progenitor salió de la habitación acomodándose el pantalón, sentí como si me arrastrarán a un torbellino de sorpresa y culpabilidad, una intrusión en un mundo que te deja sintiendo como si hubieras cruzado una barrera invisible hacia lo desconocido.

Es un momento de choque y repulsión, una mirada furtiva a lo prohibido que deja una marca indeleble en tu mente.


No me miró y se fue, estuve agradecida de ello, aun asi siento tantas náuseas que me dan arcadas.


Llevo a mis hermanos a nuestra habitación para que puedan descansar, los arropó y les doy las buenas noches, voy a la habitación de mis progenitores y ella esta echa un obillo, antes de entrar llevo algo de hielo para su hinchazón.

Me pidió que me siente a su lado, así lo hice, le pongo el hielo en su ojo se ve muy mal.


- Camila, gracias por el hielo, hay muchas cosas que debes saber.


La miro fijamente y por alguna razón no siento nada al verla, ni amor, ni odio, no la desprecio estoy segura de ello, solo no siento nada.


- Y que es eso que no se?


- Son varias cosas que me prometí decirte a la edad que yo te tuve Camila.


- Eso me involucra o a mis hermanos?


- Lastimosamente si y no se por donde comenzar.


- Que tal por el principio.


- Eso es lo peor y pensaba dejarlo al final.


- Entiendo, entonces que te parece si vamos de menor a mayor cosa.


Entonces decidí a limitarme a escuchar, se que talvez lo que me diga no sea facil para ninguna de las dos, no para ella decirlo y ni para me saberlo.


- Pues tú primo el que es de tu misma edad, no es tu primo, es tu medio hermano Camila, es hijo de Boris con otra mujer, Boris estaba saliendo con las dos al mismo tiempo, y salimos en cinta igual. Ella por su parte se fue después de cuatro meses a otro país y dejo a tu primo con la madre de Boris. Tu primo no lo sabe Camila y no debemos decírselo.


Me embarga una mezcla de emociones intensas, desde la sorpresa y la ansiedad hasta la anticipación y la curiosidad.

Me encuentro en un momento crucial lleno de incertidumbre, preguntándome cómo reaccionará mi medio hermano cuando descubra la verdad.

La posibilidad de una nueva relación fraternal me impulsa, pero también me detiene el temor a cómo podría alterarse la dinámica familiar una vez que se revele este secreto. Empezó a salir lágrimas de sus ojos, un soyoso muy leve, aun le duele y no hablo de su ojo.

Una vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora