Capítulo 19: Encuentro y Desencuentro

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Loki y yo llevamos varias semanas saliendo; veo que la cosa va en serio.

Hoy voy al instituto por unas notas para saber si he pasado o no. Me pongo unos jeans oscuros que resaltan mi figura, una blusa blanca que más que blusa es un top largo, y encima de la blusa, para disimular mi poca autoestima, me coloco un chaleco negro sin mangas, unos zapatos deportivos negros y una boina sencilla que me hizo la Nonna. Con el cabello suelto como siempre, recojo mi bolso del instituto y me voy.

De camino en el transporte público, noto cosas del recorrido que diariamente he hecho y no me había fijado. Me sorprendió lo despistada que soy; diría que poco observadora.

Al llegar al instituto, voy a mi curso donde se encuentra el docente y hablamos de varios temas.

Estoy más temprano de lo que acostumbro porque quería saber sin público espectador sobre mis notas. Finalmente, el docente revisa su libreta y me dice que he suspendido, así que me tocará ir a la escuela de verano. Le digo que entiendo y me voy a mi asiento con pesar en mi ser.

Comienzo a pensar que esto no le gustará a mi progenitor, aunque ahora que la Nonna está, me siento un poco más protegida. Aunque he aumentado de peso y eso me ha puesto algo insegura en varias ocasiones, diré que lo vale. Mientras ella esté, lo vale.

Termina la jornada del instituto y en la salida busco a Loki con la mirada.

Me entra la desilusión al no encontrarlo, así que decido irme a casa.

Justo cuando estaba caminando al transporte público, lo veo de frente, impecable como siempre, con su mirada encantadora y sus ojos hazel que me matan de amor.


—Siento llegar tarde, mi dulce amor. Tuve ocupaciones varias, mi estrellita —me dice y noto que está algo avergonzado al decirlo ya que él es muy puntual, pese a que hoy no quedamos en vernos.


—Entiendo, Loki, no te preocupes, estas cosas suelen pasar.



—Mi dulce estrellita, permítame tener el honor de su compañía en un paseo por el Parc Montcalm y tener una pequeña pero encantadora velada.



Desde que conozco a Loki, habla de una manera encantadora. Su acento me llama la atención; no es común. Tal vez sea por su dominio del español, que hace que todo suene especial, incluso la mínima cosa.

Asiento con la cabeza, nos tomamos de las manos y caminamos al parque cerca del instituto de Montpellier. Uno de los parques más conocidos es el Parc Montcalm. Este parque es grande y ofrece espacios verdes, áreas para deportes y senderos para caminar, lo que lo convierte en un lugar ideal para relajarse después de clases.

Al llegar, nos sentamos en un lugar donde hay un árbol que nos tapa con sus hojas. Su frondosidad me encanta.

Loki me mira fijamente, toma mi barbilla y me acerca hacia él, hasta que nuestros labios se tocan.Nos sumergimos en un beso profundo. Siento en mi pecho un ardor muy agradable y no deseo parar, aun así él corta dulcemente y con delicadeza nuestro beso. Ambos tenemos la respiración muy agitada.

Lo miro con curiosidad y él mira al suelo, tratando de respirar con normalidad. Siento mis mejillas calientes y el corazón parece que va a salir de mi pecho.

Le pregunto si está bien y me contesta que sí, con dulzura.

Pasa su mano sobre mi hombro, ese detalle me gusta mucho; me siento mucho más cerca de él.

Empezamos a hablar de varias cosas. Loki me comenta que su familia es pequeña y muy unida. De sus hermanos, él es el del medio y, aunque habla español, solo lo usa para hablar con su padre.

Me comentó que le encantan los videojuegos, de los cuales él va nombrando y yo le voy diciendo si los he jugado o no.

En común tenemos algunos y otros que me enseñará a futuro. También compartimos el gusto por las películas de terror y el hábito de la lectura. Me comenta que su padre tiene una pequeña colección de libros, de los cuales me prestará uno en estos días.

A los padres de Loki los conozco ya que varias veces hemos ido en grupo a jugar a su casa. La primera vez que fui, solo éramos conocidos.

Platicamos de todo un poco, cuando surgió una pregunta que no me esperaba.


—Mi estrellita, me encantaría saber cuándo podré ir a su casa y tener el honor de conocer a sus padres como su novio. ¿Podría decirme cuándo será el momento adecuado?


—(con preocupación): Loki, me preocupa que no les he dicho a mis padres sobre nosotros. No sé cómo reaccionarán. Necesito un poco más de tiempo para encontrar la manera adecuada de contarles.


—Oh, pensé que ya se lo habías comentado.


—¿Tus padres ya saben de lo nuestro, Loki?


—Desde el primer día, mi estrellita. Creo en la transparencia y la honestidad en nuestros sentimientos. Si usted no lo dice primero, permítame entonces expresarle mi deseo de formalizar nuestro noviazgo. No deseo ocultar ni distorsionar lo que siento por ti.


—Mi amor, de verdad te entiendo, solo que es difícil para mí decir esto por temor a sus reacciones, pero ten por seguro que se los diré, solo dame unos días.


—Mi estrellita, si lo que necesita son días para realizarlo, se los concederé sin ninguna prisa. Lo más importante es que estemos seguros y felices juntos.


Sellamos esa conversación con un dulce beso. Este beso escaló a algo más íntimo; las mejillas nuevamente empezaron a arder, mi respiración se empieza a acelerar más y más. Este beso me hace querer más de él.

Empiezo a llevar mi mano detrás de su nuca, sus rizos se despeinan un poco al tacto de mi mano. Su cabello es terco, muy suave. Nos aproximamos cada vez más; los besos que nos damos son húmedos y por alguna razón los siento más deliciosos que de costumbre.

Él se tumba en el asiento llevándome con él, cosa que no me molesta; al contrario, me acomodo mejor. Ahora sobre él, siento la necesidad apremiante de mover mi pelvis; él hace lo mismo. Mis besos bajan por su cuello; el tacto de su piel con la mía me encanta.

Escuchamos que alguien carraspeó y de golpe nos sentamos adecuadamente. Era un señor que estaba regando los árboles. Estoy muy avergonzada y miro de reojo a Loki; está muy rojo. En su tez blanca cálida se nota y yo, que soy pálida, estaré peor que un tomate.

El señor dijo algo como "estos jóvenes hormonales" y tal como llegó se fue. Solo entonces miré a Loki; aún estaba un poco rojo y dijo que estoy peor que un tomate. Decidimos caminar y pasar por un helado, que al menos a mí sí me urge.

Una vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora