C XVI

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Harry Potter

No pude evitarlo, era imposible no reírse con la nueva cara de Ryddle. Ya no se veía como una serpiente fea, tenía ahora una mejor forma, menos aterradora... Pero su nariz prácticamente había escapado de su cara y el tipo aún se creía una belleza.

Bueno, este gran cambio paso ya que recupero la parte de su alma del Guardapelo de Salazar Slytherin, era de esperarse con tantos meses pasados, según me explico debía extraer la copa del banco de Gringotts para su siguiente sesión y con eso le ayudaría.

Ya pronto el primer año en Hogwarts acabaria y no podia estar mejor con ello, excepto por una cosita.

Que no podría ver a mi querido profesor hasta el próximo año... Tal vez por ello es que ahora estoy en su oficina.

No sé aún porque pero desde hace unos cuantos meses no he querido alejarme mucho de su lado, vaya... Por una semana estuve como un guardaespaldas a su lado, aún lo estoy en realidad, la razón de ello la desconozco pero solo sabía que debia estar cerca suyo, cuidarlo de todos.

Fue agradable que mi acercamiento no fuera rechazado, parecía disfrutar de mi atención aunque podría ser que estuviera confundiendo las cosas y solo me estuviera tolerando, de cualquier manera no me iría de su lado... No por voluntad.

Aprobé todas mis materias con notas perfectas, nada nuevo, pero me molestaba que no podría estar cerca de mi querido profesor por más tiempo. No lo podría ver en meses... No podría mandarme cartas ya que no le gusta hacerlas y es frustrante.

—no te tomes de tan mala manera unas vacaciones —la voz del querido profesor resonó, melodiosa y agradable como siempre lo era.

—no podré verle, si me lo pregunta tengo razones para creer que serán meses terribles —afirmo terminando su té.

—podrías escribir siempre que lo necesites —trato de apelar a esa opción.

—sin una respuesta suya la muerte suena como una mejor opción —¿extremista? Por supuesto, no es como que tuviera límites que respetar y más cuando se trataba de mi querido profesor.

—no deberías dejarte influir por el señor oscuro, no es una buena imagen que debas seguir —tenia cierta razón en sus palabras, pero el feo no había dicho nada sobre sus gustos, así que está parte suya no habia sido influenciada.

—dejo de ser el señor oscuro, adoptará pronto un nuevo alias, te lo hará saber pronto... —estaba algo molesto, trataba de controlarme para no verme aterrador pero era difícil.

Pero un suave toque en mi cabello me comenzo a relajar y que mi querido profesor estuviera a mi lado ayudo mucho.

—respondere a algunas de tus cartas si con eso dejas de estar molesto —ofreció y claro que no me negué.

El fatídico día llegó después, nuestra partida fue algo incómoda pero mi molestia era mayor.

Tenía a mi cachorro en mis piernas tratando de calmarme aunque no pudiera hacerlo por completo, veía por la ventana el lindo paisaje mientras que a mi lado mis amigos estaban tratando de calmarme.

Incluso Draco me ofreció su joya para pulirla, tristemente solo pude hacerlo una vez antes de decaer de nuevo, ver algo brillante solo me recordaba a las joyas que le había regalado ya, a mi querido profesor.

El como se le veía, como parecido disfrutar llevarlas puesto... No me arrepentía de nada al ver cómo las lucía, en cada clase que habíamos tenido podía verlo, sabía que lo mostraba con orgullo y no podía estar más que feliz con eso.

Serás míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora