C XXIV

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Harry Potter

Draco realmente se había esforzado en la fiesta. Aunque le pedí que fuera lo más íntima posible no pudo evitar traer a la mayoría de los Weasley por supuesto.

Los gemelos estaban admirando a las mascotas de mi llamativo amigo mientras Ronald se paseaba por la mansión, apostaría que ya se había perdido pero su hermano mayor, Percy, afirmó que se haría cargo por lo que no fui.

Eso y que Draco me obligó a sentarme en una silla en medio del patio principal, no negare que la vista era maravillosa ya que podia ver su lago desde aquí y a todas las criaturas magicas acercarse curiosas por los bordes del bosque aledaño.

Merte de seguro cuidaba de las serpientes del feo así que no estaba conmigo y mi cachorro se había ido a darse una vuelta por el bosque en busca de algo delicioso.

Hedwig estaba con la lechuza de Draco paseando por algún lado de la mansión así que solo tenía a mi querido fénix en mi cabello y por supuesto en medio al huevo de mi querida amiga, era imposible dejarla en casa cuando estoy aquí.

No pasó mucho para que más amigos llegaran, mientras yo me entretenía con una joya que me había pasado el papá de Draco para que lo puliera, por supuesto que le puse precio a mis servicios, lo que no le molesto en nada.

Me pago con una bolsa llena de galeones para limpiar una docena de sus joyas antiguas. ¿Cómo negarse a tan buen negocio?

Tenía una sombrilla amplia por lo que agradecía no estar bajo el sol, Draco se negaba a ser flexible con la más mínima cosa.

Planifico como traer a todos sin llamar la atención de nadie, encargo a varios elfos para los preparativos de los que desconozco porque debo ser sorprendido, según sus palabras.

No puedo ni imaginar como son sus cumpleaños generalmente, bueno excepto esta vez ya que el mes pasado decidió pasar su cumpleaños en Gringotts con mi padrino. Se que no estuvieron por mucho tiempo ahí ya que fui a darle un pastel y no lo encontré, pero supongo que la paso bien. Caso contrario ya se hubiera quejado de algo.

De cualquier manera para esta fiesta logre convencerlo de que no hiciera algo grande o glamoroso, principalmente porque lo único que me interesa es estar con mi familia y amigos.

Razón misma por la que se encargo de impedir el paso a la señora e hija Weasley, que si soy honesto no me caen mal como tal. Pero les guardo cierto rencor por hacer sufrir a mis amigos, sus ideales poco razonables me daban una ira peculiar.

-bien Harry Duende -la burlona voz del feo me saco de mis pensamientos y detuvo mi trabajo- espero y mi bóveda esté también reluciente.

-aun no acabo, es mucho trabajo, pero ya tengo más de la tercera parte de todo hecho. Encontré objetos malditos y quiero que te hagas cargo de ellos -ignore el nuevo apodo para enfocarme en mi proyecto.

-bien. Lo que me recuerda, tu padrino llegará en poco, ha traído a los que te interesaban. Espero y valga la pena -se acomodo en una silla a mi lado.

-si la información que recopilamos de ellos es interesante lo valdrá. Solo necesito que mis suposiciones sean correctas -hable mientras el miraba al resto de hermanos Weasley.

Dos hombres de cabelleras llamativas tenían una charla con mis tutores, lo que era agradable ya que no estaban con sus disfraces.

Serás míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora