Nadie podía explicar la sensación tan extraña que el joven sentía en su pecho, estaba inmóvil, quieto, sintiendo todos los latidos de su corazón retumbar en sus oídos. Una mezcla de emociones lo invadía, cada una tan distinta de la otra, la sorpresa, la felicidad, la nostalgia, y el miedo. El tiempo parecía haberse detenido ahí mismo, cada rostro frente a él le traía una memoria viviente de sus momentos compartidos, y lo llevaba de vuelta al pasado.
Sentía el temblor de sus manos, temblaban ligeramente, como si temiera que al moverse, todo lo que estaba frente a él se desvaneciera, quería golpearse para confirmar que no soñaba.Sus ojos recorrían cada detalle, tratando de captar la realidad del momento. Había algún que otro cambio en sus amigos, nuevos detalles, no eran los chicos que recordaba, sin mencionar que había personas que no conocía. Había cambios en las personas que conocía, en sus vestimentas, estaturas, facciones. Las miradas de sus viejos compañeros parecían ser distintas también, parecían más maduras, más afiladas, se sentía amenazado por ellos. No había ruido, nadie hablaba, todo se sentía tan raro, solo había silencio. Raúl no podía quitar su mirada de los chicos frente a él, cada uno tan distinto, pero tenían algo en común, sus caras de confusión. Aunque claro, algunos estaban más alerta que otros.
La rubia al lado de aquel joven también se veía sorprendida, tenía esa cara que mostraba un análisis profundo de las cosas. Conocía a la mayoría de esos chicos, eran los anteriores héroes de Karmaland, junto con algunos que no conocía. Pero entre ellos, su ex esposo, quien parecía bastante alerta, mirando todo con confusión. Akira se sentía tan confundida, pero emocionada a la vez. Fue Raúl quien actuó primero, poniendo un paso adelante, haciendo un amague de abrazo, pero desafortunadamente, eso no duró mucho.
De repente, un dolor agudo y punzante lo atravesó. Raúl miró hacia abajo con confusión, su mirada se clavó en la flecha que había penetrado justo en su estómago. El mundo pareció detenerse por un momento, ni un solo sonido, ni un solo sentimiento. El dolor era indescriptible, como si un hierro candente se hubiese hundido en su carne. Jadeó, y su respiración comenzó a volverse un esfuerzo doloroso, su mirada se nublaba. No podía entenderlo, ¿que estaba pasando? ¿De dónde había salido esa flecha? No podía mirar otro lugar que no fuera hacia abajo, donde la flecha en su estómago estaba clavada, haciendo la sangre caer.
Mientras tanto, el corazón de cierta rubia de detuvo por un momento al ver la sangre manando de la herida de Raúl, y su rostro se llenó de completo horror. Sin pensarlo, corrió hacia el, sus manos temblorosas extendiéndose para sostenerlo antes de que el menor pudiera desplomarse en el piso, y finalmente, el joven se desmayó en los brazos de Akira. La rubia miraba al héroe con horror, la flecha era tan punzante que había abierto una gran herida sobre el estómago del más alto.
La chica levantó su mirada a los chicos que admiraban aquella escena con confusión o sorpresa. Algunos de aquellos hombres, eran los que alguna vez ella conoció como los héroes incomparables de Karmaland.
Fue la sorpresa de la doncella al ver como el que cargaba el arco y flecha era Samuel, su ex-esposo, él había sido el culpable de la herida de Raúl, y no parecía sentirse mal al respecto, mantenía su mirada alerta.- ¿¡Qué mierda te pasa, imbecil!? - Gritó la rubia, era un grito desgarrador, que reflejaba su miedo a perder al chico entre sus brazos, que ahora no parecía responder a ninguna acción. Pero el hombre mantuvo su mirada fría, seguía sin mostrar ningún tipo de remordimiento ni de miedo.
- Si tú te atreves a acercarte, vas a terminar igual o peor que el. - Amenazó el de ojos amatistas, esos ojos que alguna vez le habían prometido la luna a la rubia, ahora la miraban con amenaza, frialdad y enojo, no tenía miedo alguno a actuar. Fue la mano de un joven de pelo platinado y hermosos ojos esmeraldas que se posó sobre la mano del hombre, indicándole con la mirada que no realizará ninguna acción más, y que dejará el arco y flecha a un lado. Samuel bufó, pero no soltó su arco y flecha.

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Meet Again
AcciónKarmaland 6, el nuevo karmaland, donde todos vuelven a sus orígenes.