Al fin era el día de las elecciones, aquel día tan esperado por todos los del pueblo, que había causado expectativas y esperanzas. Las elecciones se habían hecho muy presentes y notables en el pequeño pueblo, y mucha gente comenzó a mudarse al pueblo de Karmaland, con la expectativa un mundo mejor. Ganara quien ganara, el alcalde sería alguien fuerte y capacitado, y eso atraía a muchos habitantes de pueblos cercanos. Los pueblerinos estaban completamente ansiosos y curiosos por saber quién ganaría las susodichas elecciones, y también los héroes. Era algo evidente que los votos de los héroes valían mucho más que los de los pueblerinos, al ser los héroes quienes luchaban para defender al pueblo, aquello tenía sentido. Todos los héroes tenían decidido su voto para el día de hoy, y ese voto podría o no determinar quién ganaría en las elecciones.
Era otra mañana como cualquiera, con la excepción de que este día era tan importante. Pero dejando eso de lado, todo iba bien. Los pájaros cantando anunciando la mañana, y el sol, que comenzaba a iluminar las pequeñas casas del pueblo, incluyendo la de cierto héroe que ya se había despertado hace algunas horas. Aquel héroe había estado despierto desde las seis de la mañana, pero no por los nervios de quién ganaría las elecciones, si no por los nervios de cómo se vería en las elecciones.
Había escuchado a los pueblerinos hablar, a la gente opinar y a sus amigos aconsejar, y todos decían que el, al ser la mano derecha del alcalde, debería verse formal, profesional, decidido. Pero Raúl no era nada de eso, y no tenía ganas de serlo. Sin embargo, no quería decepcionar a Luzu o a sus amigos viéndose como un completo desorden.El de cabello moreno se encontraba en el baño, frente al espejo mientras peinaba sus cabellos mojados, aunque no sabía muy bien cómo peinarse, y eso era notable. Sus cabellos solo parecían levantarse como si fueran resortes, volviéndose a parar cada vez que el joven pasaba el peine de nuevo. Había estado intentando peinarse bien hace un rato largo, pero no llegaba a nada, incluso su pelo comenzó a secarse por si solo por el tiempo que estaba tardando, y tuvo que volver a mojarlo.
- ¿Te ayudo? - Escuchó el menor cerca de él, y al voltear ligeramente su cabeza, vio a una muchacha peli negra allí parada mirándolo, mientras ella estaba apoyada en el marco de la puerta con sus brazos cruzados. El joven no sabía hace cuanto tiempo la mujer había estado ahí parada, ciertamente no la había visto antes, pero la doncella parecía estar ahí hace rato.
El mayor asintió con cierta vergüenza, y la muchacha se apresuró en adentrarse al baño, comenzando a buscar algunos productos ante la atenta mirada del héroe, quien le prestaba atención en todo momento a la doncella y a sus pasos. - Esto se llama gel. - Le explicó la doncella una vez se paró frente al héroe, extendiéndole una botella que Raúl juraba no haber visto en su vida. - Lo pones en tu cabello para que se mantenga quieto, mira.La muchacha comenzó a aplicar aquel producto en el cabello del menor, pasando sus manos bañadas en el producto por el cabello de este.
Sorprendentemente para la doncella, el héroe no se quejó, solo se veía al espejo impresionado por la magia que el producto parecía estar haciendo en su cabello, los pelos ya no se levantaban, estaban quietos, y el se veía mucho mejor. No se veía tan mal con los cabellos alejados de su frente, de hecho, se veía bastante bien, aunque aún prefería su cabello desordenado. - ¿Se va a quedar así? Parece mojado. - Preguntó el menor curioso, y la mujer asintió.- Ese es el punto del gel. - Respondió simple la mujer, para luego mirar una vez más al héroe y dar su trabajo por terminado. Monika comenzó a lavar sus manos, mientras el menor solo estaba parado frente al espejo, contemplando su cabello y lo distinto que se veía. - Si quieres verte formal, puedo maquillarte. - Propuso la mujer al ver el rostro sorprendido de su héroe, y este la miró con cierto disgusto en su rostro, no
amando lo que había escuchado.- Eh... Monika, yo de verdad que no-
- ¿Has probado maquillarte, Raúl? - Interrumpió la muchacha de inmediato, y al ver la mirada del menor, que reflejaba claramente que la respuesta era un no, la mujer suspiró, sosteniéndose el puente de la nariz con sus dos dedos. - No te voy a poner pestañas y un delineado, tonto.

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Meet Again
ActionKarmaland 6, el nuevo karmaland, donde todos vuelven a sus orígenes.