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A N T O N E L L A

Había llegado el día.

El día que no deseaba que llegara y el que quería que se retrasarse.

Pero llego, un 1 de mayo, fecha que no olvidaré y no por algo gustoso.

En este último mes, me había divertido como nunca. Los profes se enteraron ue me iba y nos dejaron la última semana libre para disfrutar de mi antes de que me fuera.

Mientras con las chicas, habíamos echo de todo, habíamos ido a fiestas, nos habíamos emborrachado, habíamos ido a fiestas se pijamas, habíamos olvidado el tema por un largo mes.

Con mia pues todo seguía igual, nos besabamos, teníamos citas, habíamos follado tantas veces que no sabía ni caminar y la seguía queriendo.
Ahora mismo me encontraba en mi cuarto, guardando todas las cosas en la maleta, con ayuda de mi madre.

Habíamos hablado las cosas y había entendido que ella tampoco tuvo opción.

Y ahora estábamos de maravilla, excepto porque me tenía que ir dentro de unas horas.

Gracias a dios, a el aeropuerto no iba a ir sola, iría con las chicas ; Marizza, Luna, Lujan, Vicco, Felicitas y mi novia.

Alguien que también se derrumbó al enterarse venia con nosotras, y no es menos que : Pablo.

Era rara la amistad que tenía con el, peor la agradecía con todo mi alma.

— Bueno, ya está todo listo.—hablo mi madre mirando mis dos maletas.

Solté un suspiro y mire también.

— Supongo...

Mi madre me miró y se acerco a mi.

— Cariño, se que no quieres irte y nosotros no queremos que te vallas y se que estás insultando a tu padre en todos los idiomas posibles, pero, ten un poco de paciencia con el y todo será más rápido. En menos que lo pienses estarás aquí y todo será como antes, ¿si?

Asentí y nos unimos en un abrazo que necesitaba demasiado.

— Gracias mamá.

— No es nada, cielo. Te quiero.

— Yo también te quiero.

Me dio un beso en la frente y después de mentalizarme un poco salimos de el cuarto donde Mia y las demás nos esperaban.

La primera nombrada, con lágrimas en los ojos y unas ojeras algo notables vino hacia mi y me dio un abrazo.

Habíamos acordado que era mejor dejarlo como amigas, la distancia era algo peligrosa y era lo mejor para ambas. Eso no significa que la haya dejado de querer. La quería más que a mi misma.

Yo ma iba a esperar a ella y ella me iba a esperar a mi, eso lo teníamos claro.

Pero era mejor dejarlo como amigas, nos íbamos a escribir todos los días y no iba a cambiar mucho la cosa. Cuando volviera regresariamos juntas.

Nos dimos un beso que nos dejó marcadas a las dos y después de sonreírnos fuimos hasta el coche y de ahí a el aeropuerto.

El trayecto fue silencioso, con las miradas perdías y algunos sollozos.

𝑻𝒖𝒔 𝑶𝒋𝒐𝒔 ☾︎ᴍɪᴀ ᴄᴏʟᴜᴄᴄɪ☽︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora