A la mañana siguiente le despertaron los primeros rayos del sol y los graznidos de Kanti. Wayra ya se había encargado de los restos de la hoguera y ahora sujetaba un ovillo de cuerda entre las manos, mientras, el cuervo iba a un lado y otro de los bordes del agujero, dándole señales.
Lenn se levantó y se lavó la cara, retirando los restos de sueño de su cuerpo antes de acercarse a la chica.
—¿Puedo hacerte una pregunta más?
La cazatesoros le observó de reojo, antes de devolver su atención al animal, así que decidió tomarlo como una señal de aprobación.
—¿Cómo conociste a Kanti?
Como respuesta se llevó una mano al cuello y se apartó el pelo, exponiendo su nuca. Tenía un segundo tatuaje en ella, la silueta de un cuervo.
—Kanti es el nombre del espíritu cuervo. Es un guía y protector, aquel que da sabiduría e ingenio para huir de perseguidores. Y en este caso, nos ayudará a salir de aquí. —En sincronía con sus palabras, el cuervo descendió hasta donde se encontraban. Ella le ofreció el comienzo de la cuerda mientras la desenrollaba y él la atrapó entre sus garras—. Recuerda, diez vueltas, ¿entendido?
Con un graznido entusiasta echó a volar de nuevo y desapareció tras la pared más cercana a la playa.
Durante varios segundos vieron cómo la soga ascendía tras él, hasta que se detuvo y escucharon un nuevo grito.
—Espérame aquí.
Tras tomar un par de trozos de venda, la joven se cubrió las manos y se acercó a la pared. Testó la cuerda con varios tirones y, cuando estuvo convencida de que resistiría, comenzó a escalar a pulso.
Una vez arriba, desapareció entre la maleza.
Los segundos se convirtieron en minutos y Lenn terminó paseándose de un lado a otro con la preocupación y las dudas adentrándose cada vez más en su interior. Tenía su promesa sí, pero ¿y si le había ocurrido algo? ¿Y si realmente Hotah y su banda estaban cerca? ¿Y si se habían encontrado? ¿Y si la habían capturado? ¿O peor?
Se encontraba inmerso en una espiral de especulaciones, cuando Wayra asomó la cabeza de nuevo.
Su voz le hizo dar un brinco.
—¿Sabes cómo escalar?
—Emm... —Se llevó la mano al cuello con las mejillas acaloradas.
La cazatesoros resopló con una pizca de hastío, lo suficientemente fuerte como para que Lenn la escuchara y hundiera los hombros. Después, se deslizó cuerda abajo.
Una vez recogieron todas sus pertenencias, le pidió que se acercara a la pared. Tomó el extremo final de la soga y se lo ató alrededor de la cintura formando un improvisado arnés. Tras comprobar que estuviera bien sujeto, subió unos pasos por delante de él y le guió ayudándole a colocar los pies.
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Aztilan: La ciudad perdida
Fantasy*Historia en progreso* Incluso cuando todo parece perdido, la esperanza se abre camino. Wayra es una tecayari, una de los pocos que quedan tras la destrucción de su cultura a manos del Imperio Vör hace cuatro siglos, debido a la peligrosa magia que...