Cap.15

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LEO

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Estamos a dos días de camino del pueblo donde aseguran que el Charro hizo su última aparición. Un viajero nos contó que su última víctima fue un joven desesperado, alguien que entregó su alma a cambio de amor y riquezas. Pero el destino no fue amable con él. Intentó escapar de su trato ocultándose en la iglesia, disfrazándose de cura... pero en un descuido, el Charro lo atrapó. Le robó el alma. Hace poco enterraron lo que quedó de su cuerpo.

Lo extraño es que el viajero mencionó a ella. Dijo que era hermosa, pero cruel. Sus palabras quedaron flotando en el aire. No sé si hablaba de alguien que conoció o si fue solo una advertencia velada. Según él, aquella mujer usaba su belleza para seducir hombres, para atraerlos hacia algo oscuro. Cuando lo dijo, noté que los chicos también se miraron con incomodidad. Nadie entendió del todo.

Tal vez la mujer de la que hablaba era la esposa del joven que murió. Tal vez...

Los chicos y yo estamos felices. La convivencia fluye con naturalidad, recordándonos los viejos tiempos, aquellas aventuras que nos hicieron quienes somos. Sin embargo, aunque estoy rodeado de ellos, mi mente sigue atrapada en otro pensamiento.

Nando.

Sé que está vivo. Lo sé porque el Charro no se llevó su alma... solo su cuerpo. Y mientras respire, seguiré buscándolo.

> Espera, Nando... Ya voy a buscarte. Vamos a regresar a casa, hermano.

> ¿En qué tanto piensas, Leo? Te estoy hablando hace rato y no me contestas. -dice Xóchitl 

> Nada... es algo tonto. Algo que no tiene sentido. - Su mirada se pierde en la distancia, como si intentara convencerse a sí mismo de que no importa.

 > ¡¡Por favor!! ¿Qué puede ser más tonto que ustedes que no le dan like a mis fotitos? Yo que los consideraba mis besties...

No es eso, Teodora. Es solo que, antenoche, sentí algo raro... pero creo que fue mi imaginación. Nada importante. -Se esfuerza por sonar despreocupado, pero hay un leve temblor en su voz.

Eriza el pelaje y se estremece. —Ahora que lo mencionas... sí sentí una energía extraña- dice Alebrije 

Cruza los brazos, inquieto—Yo también. Una vibra muy oscura. La sentí en mis Powers.

Leo... no creo que sea algo sin importancia. Yo sentí como si... -Su voz se corta de repente, un escalofrío recorriéndole la espalda.

Mira alrededor, alerta—Observados.

Don Andrés Frunce el ceño, su tono grave. —¿Ustedes creen que el Charro Negro nos estuvo observando?

Leo cruza los brazos, pensativo. —No lo creo. Si quisiera enfrentarnos, vendría de frente. No se quedaría merodeando...

Se ríe con confianza, pero hay una leve tensión en su mirada. —O nos tiene miedo. No olviden que la última vez lo humillamos.

Levanta la vista hacia el horizonte, la entrada del pueblo apenas visible bajo la luna. —¿Qué les parece si acampamos aquí esta noche? Mañana iremos al pueblo e investigaremos más.

Asienten, el aire cargado con una expectativa silenciosa. —Está bien. - contestan todos a lo sugerido por Leo 


MARIAM

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La leyenda de MariamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora