Capítulo 20

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Todo tiene su final y desgraciadamente A Solas  también, y con él la trilogía Solo Nosotros. Este libro llegará hasta el capítulo 22 y también tendrá epílogo, así que quedan unas cuatro partes. Muchas gracias por haber llegado hasta aquí y espero que estéis tan enamoradxs de estas dos parejas como lo estoy yo.

Mini maratón 1/2

Ellie

Quedan unas pocas horas para mi quedada con Miles, y estoy tan emocionada que no dejo de dar saltos de emoción. Cojo el teléfono de mi mesilla de noche y marco el número de Maya, ilusionada por contarle lo que está pasando. 

En cuanto descuelga la llamada, comienzo a hablar de forma atropellada. 

—¡Maya! No vas a saber lo que ha ocurrido—exclamo—. ¿Recuerdas a Miles? ¿Mi amigo de la infancia?

Estoy corriendo de un lado a otro de mi habitación, completamente llena de entusiasmo, y ni siquiera la dejo responder antes de decir: 

—¡Pues vuelve a la ciudad!—anuncio con un gritito de felicidad—. Acaba de terminar la carrera de psicología, ha conseguido trabajo, ¡y va a tratarme!

—¿Vas... a recurrir a un psicólogo?—pregunta. Parece confusa, en incluso... ¿irritada?

—¡Sí!—respondo, ignorando la connotación negativa que tenía su tono de voz—. Mi padre me lo propuso ayer y me pareció buena idea, ¿no es genial?

—Por supuesto...—murmura. Su tono ha cambiado de nuevo, ahora parece decaída—. Entonces... ¿hay una posibilidad de que renuncies?

—Sabes que no—declaro, y escucho un ruidito, pero no puedo identificar qué es—. Pero no significa que no pueda ser feliz hasta que llegue la hora, ¿no?

—No, claro que no—masculla, tan bajito que casi ni la escucho. 

—He quedado dentro de una hora con Miles para vernos antes de nuestra primera consulta, así podemos ponernos al día al margen de lo psicológico—le explico—. Vamos a ir a tomar una copa y después supongo que nos iremos a un pub. Quizá incluso conozca a su compañero de piso ¿No es genial? 

—Lo es—susurra. Ese mismo ruidito de antes, ¿qué es? Sigo sin poder identificarlo—. ¿Sabes? Tengo cosas que hacer, ¿hablamos mañana? Buena suerte, Ella, me alegro mucho.

Trato de responder, pero cuelga antes de que pueda decir nada. Frunzo el ceño, confusa. Estaba rara. ¿Habrá pasado algo? ¿Habré hecho algo?

No es normal en Maya estar tan callada, ni tampoco hablar con un tono de voz tan triste. Ella nunca es así. Recuerdo la conversación que tuvimos hace unos días, ¿será que aún cree que es demasiado escandalosa? Creí haber conseguido que entendiera que eso no era cierto..., quizá no se lo dije lo suficiente. 

De todas formas, no quiero tener cosas negativas en la cabeza, así que saco la conversación de mi mente antes de encontrarme con Miles. 

Me recoge a las ocho en punto, tal y cómo acordamos por teléfono hace unos días. Su coche es de un color blanco perlado que reluce cuando una luz lo ilumina, los asientos de cuero están impecables, al igual que el resto del vehículo. El conductor lleva una camisa negra con los dos primeros botones desabrochados y me sonríe cuando ocupo el asiento del copiloto. 

—Tal y como te recordaba, Ellie—se acerca para darme un abrazo, atrayéndome hacia el por la cintura—. ¿A dónde quieres que vayamos?

—No me importa—me separo lo más rápido que puedo sin que sea evidente que me ha incomodado. Somos amigos desde pequeños, pero recuperamos el contacto hace solo unos días y es la primera vez que nos vemos en años, ¿era necesario?—. ¿Tienes algún sitio en mente?

A solasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora