Capítulo XXXVI

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Emilio 

En este punto de la historia se que ya me odias. Perdón pero te advirtieron que no era la clásica historia de amor, no me arrepiento de nada.

Estoy en mi casa desempacando mi ropa & cosas que traje de Italia llegue a casa hace seis horas, un vuelo largo. Después de dejar a Andrei en casa de una amiga que tiene aquí regrese a mi casa. Andrei la conocí en Italia, es una chica muy hermosa, con su largo pelo rojo, buen físico & ojos cafés & una personalidad encantadora me convenció de que sería la mujer ideal para alejar a Mía.

Mía, solo de pensar en su nombre me estremezco, no la he visto en una semana, no he sabido nada de ella, hasta hoy cuando llegue a casa me encontré con Cloe gritándome que soy un maldito bastardo que lastimó a su mejor amiga ¡Joder! Me dijo que Mía sabe todo, que tengo una novia, a estás alturas supongo que ya dedujo que no quiero nada con ella, lo cual en cierto punto es verdad, no me puedo enamorar de ella, me traerá problemas, lose. ¿Entonces porque me encuentro queriendo ir a explicarle todo & besarla?

Estando en Italia me di cuenta de cuanto se convirtió para mi en tan poco tiempo. No quiero enamorarme de ella, tal vez lo haga pero no de ella, lo haré de Andrei, ella es una buena persona & se que puedo llegar a amarla. Desde que comencé con ella me he repetido eso, pero debo aceptar que es un poco difícil de sentir algo por ella, hemos tenido sexo & no he sentido ni la mitad de lo que sentí cuando estuve con Mía. 

Ya son las 10 de la noche & me dirijo al departamento de Cloe, se que tiene una fiesta hoy que por supuesto me dijo que no fuera, se la razón de eso, Mía estará ahí, pero infiernos que dejaré ir, necesito hablar con Cloe, aunque muy en el fondo me encuentro queriendo ver a Mía. La extraño tanto.

Cuando llego al departamento puedo oír la música desde donde estoy ¡El departamento está en el piso 15 & hasta se oye! Entro en el elevador, llego & toco, por suerte me abre alguien borracho & me deja pasar. Examino el lugar para ver si todo está bien, miento lo observo para ver si me encuentro a mi rubia favorita, sigo viendo cuando me detengo en la cocina, ahí está. Mía está parada sirviendo un trago, está hermosa, lleva puesto un vestido verde muy ajustado & tacones en color negro, su cabello está agarrado en una coleta & su maquillaje es cargado pero en ella es precioso, estoy apunto de avanzar hacía ella, cuando;

-¡EMILIO! ¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ? Cloe viene gritando cuando llega hacía a mi.

-Hola hermanita, quise despejarme un poco & vine a tu fiesta.

-Sabes que no te invite, eres un imbécil, Mía está aquí & me costo mucho hacer que viniera. Por suerte Alejo me ayudo & vinieron. Cloe me dice llena de furia.

¿Quién carajos es Alejo & porque hizo cambiar de opinión a mi mujer? ¡DIOS! ¿Yo dije eso?

-Hablaré con ella, tranquilízate, me volteo para dirigirme hacía donde Mía, Cloe se atraviesa:

-Oh no, no lo harás, ella está bien ahora, déjala en paz. 

-Quítate Cloe, necesito explicarle, no es lo que parece. Veo como sus ojos dudan, estoy mintiendo para que me deje hablar con ella, todo es lo que parece. Cloe se hace a un lado & sigo mi camino, cuando llego a la cocina Mía ya no está busco alrededor & la encuentro entrando al baño. Camino rápido & justo cuando entra, entro yo.

-¿Oye que mier... su voz baja cuando me ve. Dios es hermosa. 

-Hola, es lo único que consigo decir. Su mirada se endurece. Está enojada & no la culpo, yo lo estaría.

-¿Qué quiere Sr. McAdams? ¿QUÉ CARAJOS?

-¿Por qué me llamas así Mía?

-Así es como llamo a los amigos de papi, usted lo es, además es mayor que yo, ¿no? 

MALDITA SEA ¿POR QUÉ ME HABLA ASÍ?

-Si mal no recuerdo, me llamabas Emilio hace una semana.

-Hace una semana estaba equivocada respecto a usted, pensaba que era un hombre diferente, pero ya veo que no, quiero mantener la distancia, intento busca algún rastro de emoción en su mirada, pero nada. 

-Entiendo que estés enojada por que lo te hice Mía, pero recuerda que no te ofrecí nada. No éramos exclusivos. 

Veo como su mirada decae, diablos la herí.

-No se preocupe por mi Sr., entiendo usted tuvo lo que quería, comprendo que tal vez para usted siendo ya alguien grande fue emocionante estar con una joven, pero créame que no le guardo rencor para mi fue divertido también, pero ya me divertí, ya no siento nada respecto a usted.

Diablos eso dolió.

-Bien, supongo que no pasará nada si me acerco un poco más ¿verdad? le pregunto mientras la acorralo contra el lavabo.

-¿Qué hace? dice nerviosa. 

Joder a está distancia puedo oler su esencia, me acerco un poco más & puedo ver la mancha casi desaparecida del chupeton que le hice hace una semana.

Estoy duro de solo ver eso.

Me acerco más & mis labios ahora está rozando los suyos, quiero besarla, hacerle el amor aquí. Reclamarla.

-Voy a besarte Mía. 

-No lo haga Sr. Emilio, estará abusando de una menor, su respuesta me hace jadear & la miro sorprendido.

-¿Qué mierda dijiste? le pregunto atónito. 

-Me oyó, permiso. Intenta salir, pero me atravieso.

-Creo que entendí mal, es llamado abuso cuando no quiere hacer algo.

-Exacto, yo no quiero que me bese. No lo deseo, dice mirando directamente a mis ojos.

Esas palabras hacen estragos en mi pecho & me duele. Demasiado.

Mía sale del baño & yo me quedo ahí no se por cuanto tiempo más. Ella no me quiso besar, no quiso que la besará. Tal vez me supero. JODER.

¡ME DUELEN SUS PALABRAS!  

Enamorados de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora