Capítulo 41

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Emilio

No puedo creer hasta que punto mi felicidad puede llegar, después de haber arreglado las cosas con Mía, oh bueno más bien de ser un poco más honesto con ella, la vida al parecer me sonríe de nuevo, está mañana cerré contratos millonarios para la empresa, me siento en paz, tranquilo, feliz. 

Estoy conduciendo hacía el lugar donde quiero llevar a Mía, no ha parado de preguntarme a donde vamos, hace un momento estaba dudando de llevarla mejor a un lugar más apropiado debido al look que trae, que por cierto casi me mata de un infarto al verla, es tan hermosa. Pero prefiero no decepcionarla & tener una tarde agradable con ella, la verdad aún no estoy muy claro respecto a los sentimientos que tengo por ella, no quiero que sea amor, no quiero sufrir como mi padre lo hizo por amar a una mujer que lo dejo, yo no podría enamorarme de Mía & luego soportar que me abandone, me niego rotundamente a eso, dejando a un lado los miedos & las inseguridades, cada vez voy más cerca de donde quiero que tengamos nuestra primera cita real.

-Ya llegamos, le digo a Mía que al parecer no ha salido de su impresión ¿No le gusto?

-¿Me trajiste al parque de diversiones? pregunta un poco sorprendida, no se si eso es bueno o malo.

-Si, ¿te gusta? si quieres podemos irnos.

-¡Claro que no! ¡ME ENCANTA! hace años que no vengo, dice Mía ya evidentemente emocionada & dando un par de brincos, es adorable verla así.

-Bueno entonces entremos.

Pasamos toda la tarde subiendo a todos los juegos posibles, Mía parece una niña pequeña, emocionada por todo, al parecer le encantan los parque de diversiones, en especial este que está inspirado en las princesas, me hizo tomarnos fotos con cada una de las princesas & los príncipes, le compre helado & muchas gomitas de fresa, verla tan feliz hace que mi corazón vibre de felicidad, es un sentimiento que me gusta, se siente bien.

Reviso mi reloj mientras Mía sale del baño, son casi las 8.00 pm, es hora de irnos, tengo reservación en un restaurante a las a fueras de la ciudad.

-¿Estás lista? hay que irnos.

-Si, comenzamos a caminar.

Una hora más tarde ya estamos cenando, platicamos un montón de cosas, me gusta que me cuente acerca de ella, quiero saberlo todo, me cuenta que siempre le ha gustado la moda, que le gusta ser aplicada en la escuela & de como sus padres han sabido criarla de manera responsable, yo por el contrario le cuento de como me metí en los negocios familiares por presión de mi padre, a pesar de que siempre tuve gusto por el negocio familiar me hubiera gustado haber tomado esa decisión por mi mismo.

Así pasamos las siguientes dos horas hablando de nuestras vidas & de las cosas que nos gustan & que no, hasta que ella llega al punto que tanto temía hablar.

-¿Entonces Emilio, qué puedo esperar de está relación?

-Sabes que no te amo ¿verdad Mía? veo como sus ojos bajan la vista, pero casi al instante me mantiene  la mirada.

-Por supuesto, pero te advierto que no quiero ser la otra, ni una de tus tantas mujeres que tienes.

Directo al grano, por eso me gusta tanto.

-Te seré claro Mía, mientras este contigo, no habrá otra mujer, pero también quiero decirte que no esperes de mi sentimentalismos, no creo poder albergar sentimientos por nadie ¿ok? 

-Te amo, dice simplemente, dios cada vez que me lo dice solo quiero besarla & hacerla mía, mientras me ame es mía, se que sueno egoísta porque ella me da todo & yo nada, pero no me importa, haré lo que sea con tan de hacerla mía.

Enamorados de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora