Ardiente Secreto [+18]

· Capítulo 04 ·

Estar en la casa de mi tío favorito era una oportunidad de oro para ver si podía pasar algo similar a lo del otro día. Desde ese beso no he podido dormir en calma. Solo de pensar en eso invadían mi estómago una horda de mariposas asesinas.

Me quedé en su despacho por unos minutos esperando a ver si me decía o hacía algo, pero nuestro momento se ve interrumpido por Junior, que llega por el pasillo hasta nosotros.

- Mimi. ¿Qué tal?

- Hola Junior. Aquí sin plan de domingo y viniendo a molestarlos.

- Jamás molestarías.

- Eso mismo le decía yo – replica mi tío.

- Ven vamos al salón, que justo iba a bajar a ver una peli, ¿te apetece?

Miro a mi tío y él no dice nada, pero sabía que no podía negarme.

- Si claro... Vamos.

- Yo bajo en un rato. Tengo que terminar unas cosas aquí.

Nos dice y nosotros bajamos. Paramos en la cocina a buscar algunas cosas para picar y nos vamos al salón.

- Hay dos pelis que quiero ver – me dice Junior - una de miedo que sé que no te gusta y otra de acción y mucha testosterona. – dice subiendo sus cejas en señal de que esa es justo la que prefiere - ¿Cuál elijes?

- La segunda por supuesto.

- Lo sabía. Eres una miedica.

- ¡Ey! No es eso. Sino que no me gustan esas películas. ¿Para qué sufrir gratis?

Finalmente pone la película y la comenzamos a ver, comiendo de lo que habíamos traído. Cuando llevábamos 15 minutos de película, aparece el causante de mis sueños húmedos y se une a nosotros, sentándose a mi lado.

- ¿Qué están viendo?

- Una película de acción y testosterona. Palabras textuales de tu hijo.

- Junior que profundo. - le dice a manera de broma su padre.

- Pero es que esa es la mejor descripción, ya verás.

Pasaron diez minutos y suena el teléfono de Junior. Él lo atiende y nos dice que ya viene. Nos quedamos solos y la película no me enganchaba. Muchos golpes, sangre y peleas sin sentido. Además, que tenerlo a mi lado me distraía mucho.

- No vuelvas a aceptar recomendaciones de películas de Junior. ¡Que mala por Dios!

- Totalmente de acuerdo.

- ¿Cómo has estado peque?

- Bien. ¿Y tú?

- Bien también.

Nos quedamos en silencio un rato y luego me dice en un susurro...

- Hoy viniste con otro vestido parecido al del otro día.