· Capítulo 16 ·

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Luego del almuerzo más placentero de mi vida, continué con mi trabajo, aunque un poco distraída la verdad

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Luego del almuerzo más placentero de mi vida, continué con mi trabajo, aunque un poco distraída la verdad. Lo que pasó al medio día me había desalineado los chacras y estaba un poco dispersa. Finalmente llegó al hora de irme a casa y dejé las cosas preparadas para continuar mañana con el proyecto.

En el camino, iba pensando en todo lo que había sucedido en el día y estaba loca por llegar para ver que tal les había ido a mis amigas en su primer día, aunque no creo que haya sido tan placentero como el mío. Cuando subo me encuentro a Fer en el sofá del salón, viendo su móvil. La saludo y me comienza a preguntar cómo me fue. Le digo todos los detalles mientras ella me acompaña a mi habitación para cambiarme.

- Madre mía Mimi, que envidia. Yo tuviera ese tipo de almuerzo esperándome todos los días en mi trabajo y estaría más que motivada.

- Fue espectacular pero también muy riesgoso.

- Pero eso es parte del juego. Que haya riesgo tiene su morbo.

- Sin duda.

De repente escuchamos la puerta de la casa cerrarse y salimos a encontrarnos con Celeste. La vemos un poco seria y le preguntamos qué le pasaba.

- Pasa que no sé si quiera estar en esa empresa mucho tiempo.

Nos preocupamos por su afirmación y nos cuenta que su jefe directo es un capullo con letras mayúsculas. No paró de darle trabajo en todo el día y Cel se dio cuenta que era su trabajo el que estaba delegando. Solo le bastó un día para saber que el tipo era un aprovechado.

Fer también nos cuenta su día, pero menos mal que a ella si le fue genial. En el despacho de abogados las cosas pintaban bien, había puros mayorcitos con muy buen material, dicho por ella misma. Sabía que estaba bromeando porque ella no se atrevería a meterse con alguien que estuviera casado o que fueran sus jefes, pero nos dijo que ya le había metido el ojo a un par de ellos. Esperemos que no se meta en problemas recién empezando su carrera.

Luego de desahogarnos y comer algo de cenar, nos vamos a dormir todas porque el día fue muy largo y estábamos agotadas.


Al día siguiente en la empresa yo me enfoqué en el trabajo que tenía por delante, quería dejar listas muchas cosas para la presentación de mañana con Eduardo. Menos mal que Edgar era un diseñador rápido y muy bueno. Tomaba mis ideas, las mejoraba y aportaba su creatividad. Creo que lo que hemos hecho hasta ahora va por buen camino.

Al medio día fui a almorzar en el comedor de la empresa y me encuentro con Lorena en la fila para ordenar la comida.

- Hola Lorena, ¿Cómo estás?

- Hola Miranda. ¿Todo bien y tú?

- Bien, adaptándome aún, pero trabajando a tope.

- ¡Qué bien!

Ordenamos cada una lo que nos apetecía y salimos de allí a buscar una mesa. Al principio pensaba que era un poco pija pero no, estuvimos hablando de todo un poco y la verdad es que me cayó muy bien.

Ardiente Secreto [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora