Ardiente Secreto [+18]

· Capítulo 47 ·

Me quedo impactada por sus palabras. Mi madre se acerca a él y le pregunta si está loco, que no ve que yo soy feliz con él, que somos una familia. Yo no digo nada. No puedo creer que él me diga que no está de acuerdo.

- Es decir, que todo este tiempo, ¿Has estado fingiendo que nos apoyas?

- No es eso hija.

- Entonces explícame, porque no entiendo nada.

- Miranda, esto que tienen no es una relación normal, se llevan 20 años por Dios. En algún momento tú conocerás a alguien de tu edad y él...

- Mira papá mejor no sigas hablando. - lo interrumpo en su discurso sin sentido -  Yo amo a Tom desde hace tantos años que es imposible que venga alguien de mi edad, como dices, y pueda hacer que mis sentimientos cambien. Si no estás de acuerdo no pasa nada, pero que te quede claro que me casaré con él hoy mismo si es necesario y no te voy a obligar a aceptarlo. Pero tampoco voy a permitir que estés de hipócrita, ni con él ni conmigo.

Y salgo del salón a mi habitación hecha una furia. Lo que más me molesta es que nos ha mentido, ha puesto su mejor cara de póker haciéndonos creer que nos apoya y no es así.

- Peque... ¿estás bien? - me pregunta Tom entrando a la habitación minutos después.

- ¿Sabías esto verdad? Sabías que mi padre no aprobaba del todo nuestra relación.

- Si, ya me lo había dicho.

- ¿Y por qué no me lo dijiste?

- Porque no quería estresarte más, ya bastante habías tenido que pasar por tantas cosas malas como para también agregar que tu padre no nos quiera juntos.

- Vale, eso lo entiendo, pero Tom podías al menos asomarme que él estaba renuente a aceptarnos. ¿Las veces que los he visto discutir ha sido por esto verdad? No eran negocios como me hacías creer.

- Sí. Era por eso.

No le digo nada, solo camino de un lado al otro de la habitación. Estoy molesta con ambos, con uno por mentirme y con el otro por ocultarme que el primero me mentía.

- Peque, perdóname, quería evitarte esto mismo. No quería verte triste por eso.

- Era algo que tarde o temprano me iba a enterar Tom.

- Sí, ya lo sé y esperaba que cambiara de opinión cuando supiera que aceptabas casarte conmigo, pero ya veo que sigue de terco.

- ¿Él sabía que me ibas a pedir matrimonio?

- Sí. - nos quedamos mirando - ¿Todavía te quieres casar conmigo?

Le sonrío de medio lado.

- Claro tonto, no hay nadie que me haga cambiar de opinión. - y me acerco y lo abrazo por el cuello acercándome a su boca para besarlo. - Tarde o temprano tendrá que aceptarlo, al menos si quiere ver a su nieta.