Ardiente Secreto [+18]

· Capítulo 08 ·

Al llegar a mi piso abro y me encuentro a mis amigas en el sofá viendo algo en la tele. Cuando ven que vengo acompañada se levantan enseguida y se quedan de piedra cuando entienden de quién se trata.

- Hola chicas, les presento a mi tío Tom. Tío Tom, ella es Celeste y ella es Fernanda. - Le digo señalando a cada una.

- Tío Tom, al fin te conocemos. Un gusto y bienvenido a nuestra humilde morada. – le dice Celeste.

- El gusto es mío, encantado de conocerlas. - dice eso dándoles un beso a cada una. Fer quedó muda.

- Voy a prepararte el café. Siéntete como en casa, ahora regreso.

- No, tranquila Mimi, yo puedo preparar el café y puedes aprovechar de darle el tour por el piso al tío. ¿No? - dice Fer finalmente, guiñándome un ojo.

- Vale, pero no hay mucho que mostrar, el piso es algo pequeño.

- Yo estaré encantado de conocerlo igualmente.

Dicho esto, lo paseo por todo el piso, mostrándole las habitaciones de las chicas, que menos mal que estaban arregladas y por último la mía.

- Y ésta es mi habitación... es la más grande porque tiene un baño principal.

- Está muy bien Peque. Me gusta y tengo que reconocer que me esperaba más desorden.

- ¡Ey! Que yo nunca he sido desordenada. Y tengo la suerte de que mis amigas tampoco lo son.

- Si, ya lo veo. Me alegra que puedan vivir cómodamente juntas y que se lleven tan bien por tantos años. - dice eso y se sienta en mi cama.

¿Yo estoy soñando o qué? Hoy cuando me levanté nunca imaginé que en unas horas lo tendría en mi cama, sentado en donde duermo. Aunque me gustaría que fuera otra la situación, pero igualmente estaba muy feliz. Ya me había acostumbrado a agradecer por las pequeñas muestras de cariño que me daba todos estos años que hemos estado separados.

- Ven acá un momento. Siéntate conmigo.

Hago lo que dice y me siento a su lado con la respiración agitada. No sé lo que querrá, pero la expectativa me tiene cardiaca.

- Quiero preguntarte algo un poco personal y no quiero que tus amigas me escuchen.

- Claro dime. - trago grueso, no sé lo que querrá saber.

- Quiero saber si todavía te sigues viendo con el chico este, ¿George era que se llamaba?

- No. Es decir, si, así se llamaba. Pero no, ya no estoy con él desde hace mucho.

- Vale, me alegro escucharlo. Lo poco que me había comentado tu padre de ese chico no me gustaba para nada y, la verdad, no quería que estuviera a tu lado, y mucho menos ahora que vas a comenzar a trabajar y necesitas concentrarte en tu etapa laboral...