· Capítulo 39 ·

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Veo que Tom se queda de piedra mirando a la bebé y a mí alternativamente, con el ceño fruncido

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Veo que Tom se queda de piedra mirando a la bebé y a mí alternativamente, con el ceño fruncido. Mi madre sale dejándonos solos en la habitación.

- ¿Tom? ¿Entendiste lo que te dije?

- Si... creo. - veo que se sienta en el sillón en donde lo encontré cuando me desperté, con las manos en la cara y los codos en las rodillas.

- ¿No quieres cargarla?

- Miranda, espera. ¿Me estás diciendo que ese bebé que tienes en tus brazos, es mi hija?

- Si Tom.

- ¿Pero cuando? ¿cómo? No entiendo nada... ¿Cómo pudiste ocultarme algo así? ¿Te fuiste estando embarazada y no me dijiste nada?

- Tom. No fue así. No sabía que estaba embarazada cuando me fui. Eso te lo juro. De haberlo sabido a lo mejor no tomo esa decisión.

- Vale. ¿Pero y después de que te enteraste? ¿No pensabas decírmelo? ¿Tuviste que estar al borde de la muerte para eso? Es que no logro entender nada Miranda.

- Voy a explicarte todo. Te lo prometo.

Se queda un rato más mirándome y mirando a la bebé. Imagino que tratando de asimilarlo todo. Veo que finalmente se levanta y se acerca a la cama lentamente. Como dudando de venir y lo entiendo. Que te digan de un momento a otro que tienes una hija de la nada, debe ser muy impresionante.

- ¿La quieres conocer?

Me dice que si con la cabeza y se la entrego. Se me hace un nudo en la garganta y no puedo evitar soltar una lágrima al verlos juntos. Hace un par de semanas pensaba que la iba a cuidar yo sola, y no solo mi familia se ha encargado de ella, sino que ahora conoce a su padre, que la mira como si fuera lo más bonito que existe en el mundo.

- Fue imposible decir que no, cuando me preguntaron si era tuya... Salió igualita a ti.

- Ya veo. - no se le borra la sonrisa de la cara y veo que de sus ojos caen varias lágrimas. Está muy conmovido.

- Estoy segura de que la hicimos en Milán.

Él me mira y me sonríe. Cómo lo extrañé. Extrañaba esa mirada, su olor, su voz. Todo.

- ¿Cuándo nació? - me pregunta limpiándose las lágrimas.

- Cuando tuve el accidente, el 20 de abril. Tuvieron que hacerme una cesárea de emergencia.

- ¿Tú estás bien?

- Si.

- ¿La pierna?

- Necesito hacer rehabilitación y van a pasar meses para que vuelva a estar igual que antes, pero según los médicos todo va bien.

Él se queda mirando a la bebé y dejo que la disfrute el tiempo que quiera. Al cabo de unos minutos me pregunta...

- ¿Me puedes decir ahora que pasó? Sigo sin entender Peque.

Ardiente Secreto [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora