· Capítulo 09 ·

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Luego de ese comentario, siento mis mejillas encendidas y me escondo en mi taza de café, tomando mi último trago y dejando la taza en el plato digo

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Luego de ese comentario, siento mis mejillas encendidas y me escondo en mi taza de café, tomando mi último trago y dejando la taza en el plato digo...

- Gracias Julio. Por la comida tan deliciosa y por tus palabras, eres encantador.

- Aquí eres bienvenida cuando quieras muñeca. Ésta es tu casa.

- Gracias.

Finalmente, luego de conversar un rato más con Julio, que era una amor, salimos del bar rumbo a la nueva casa de Tom.

En el camino íbamos hablando de lo que me podía encontrar en su piso y lo que pensaba que podíamos hacer hoy, hasta que me dice...

- Oye que eso de que me llames Tom no sé si me gusta mucho.

- No voy a llamarte tío en frente de la gente de la empresa Tom.

- Vale, vale, ¿pero y si me llamas jefe?

- ¿Jefe? ¿En serio prefieres que te llame así?

- No, tampoco. Seguiré pensando como quiero que me llames. Ya se me ocurrirá algo.

Finalmente llegamos al parking de su piso y me doy cuenta de que no vivo tan lejos de la zona en la que estamos. Se lo comento y me dice que si, que estamos más cerca nosotros que él de mis padres, que viven más al norte de la ciudad. Subimos en el ascensor y llegamos al piso 7. Nos bajamos y entramos.

- Bienvenida Peque. Eres la primera invitada que tengo desde que llegué.

- ¿En serio? Bueno no lo dudo, aquí no hay nada más que cajas y cajas.

- Estás a tiempo de arrepentirte y salir corriendo.

- No, no soy tan cobarde. – le digo riéndome.

- Bueno que no se diga que no te di una oportunidad de escapar. Ya no habrá otra.

- ¿Por dónde comenzamos? - le digo y me quito la chaqueta para estar más cómoda, quedando en mi top de tirantes deportivo.

Él se me queda mirando, pero disimula un poco diciendo...

- Como no tengo idea de qué es lo que hay en las cajas, creo que lo mejor es comenzar por cualquiera y a partir de allí vamos viendo, ¿te parece?

- Me parece.

Así que comenzamos a abrir cajas como locos y ver que tenían dentro. En el salón tenía una estantería fija que ocupaba toda pared y allí pudimos ir guardando algunos libros y objetos de decoración.

- En serio, ¿de dónde has sacado esto?

Cuando ve lo que le muestro se echa a reír. - La verdad no tengo ni idea. Pero por algo está en esa caja. Aunque si no me acuerdo no creo que merezca la pena guardarlo ¿no te parece?

- Bien pensado. Podemos aprovechar de hacer un poco de limpieza en todo esto que estamos sacando y solo dejar lo que es verdaderamente importante para ti.

Ardiente Secreto [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora