Ardiente Secreto [+18]

· Capítulo 31 ·

Los días pasaron y en mi cabeza solo estaba el discurso que me repetía una y otra vez que le diría a Tom. Ya había tomado la decisión de hablar con él. No sabía si era lo mejor o no, pero debía intentarlo. No podía darle todo el gusto a Bruna de verlo hundido.

El domingo siguiente hablé con Lucas y le dije que necesitaba un favor.

- Dime Mimi. Lo que sea.

- Necesito que el próximo domingo vayas a casa de Tom y me llames. Necesito hablar con él.

- ¿Segura? ¿Quieres hablar con él antes que con papá y mamá? Pero Mimi...

- Lucas por favor. Dime si lo puedes hacer o no.

- Vale está bien. Lo haré. Pero luego por favor te pido que hables con papá y mamá.

- Si... Te lo prometo.

No esperé más y llame ese mismo día a mis padres desde el teléfono de Fer.

- Hola, mamá...

- ¿Mimi? Hija, por Dios ¿Cómo estás?

- Bien mamá. Estoy bien ¿y ustedes?

- ¿Cómo quieres que estemos Mimi? No saber de ti en 3 meses es demasiado hija. Dime dónde estás. Nos estás matando del susto.

- Tranquila mamá estoy bien. No pasa nada grave. Solo necesitaba estar sola, eso es todo.

- Pero bueno y ¿por qué te tienes que alejar de la familia así? ¿Tan poco nos quieres Mimi?

- No es eso mama. Los amo más que a nada en este mundo, pero entiéndeme que ahora mismo necesito estar sola. Por favor.

Mi madre no paraba de decirme que me extrañaba y que volviera y yo como pude me mantuve fuerte para que no sospechara todo lo que estoy viviendo. Cuando mi padre se enteró que era yo la que estaba al otro lado de la línea le quitó el teléfono a mi mamá y también me exigió que volviera.

- Hija esto no es normal. Dinos qué pasó.

- Papá tranquilo. No pasó nada. Ya le dije a mamá que necesitaba estar sola, eso es todo.

- Dime una sola cosa Miranda. ¿Tomás te hizo algo?

- No. No pienses eso papa. Él no tiene nada que ver con esto.

- Es que son muchas las casualidades hija. Que tú te fueras y que él se volviera tan... no es el mismo Mimi.

- Pues no sé porqué será. Pero te aseguro que mi partida no tiene nada que ver con él papá.

No sé si mi padre me creyó. Era obvio que todo el mundo había llegado a la misma conclusión después de irme y que él se derrumbara. Por eso mismo necesitaba hablar con él. Necesitaba tratar de arreglar las cosas y que él fuera fuerte por mí, por los dos. Bueno por los tres.