Ardiente Secreto [+18]

· Capítulo 06 ·

Pasaron los años, siete para ser exactos...

Me encontraba en mi habitación, en la casa de mis padres, preparándome para salir. Hoy era un día muy especial, me graduaba en la Universidad Complutense de Madrid, de un grado de Publicidad y Relaciones Públicas. Por la mañana sería el acto y por la tarde tendríamos una comida con la familia para celebrarlo. Era la última de mis hermanos que se graduaba y eso, junto a ser la única niña de la familia, hizo que mis padres se emocionaran más de la cuenta.

- Cariño estás preciosa. - me dice mi padre a los pies de la escalera al verme bajar.

- Gracias papá. - y le doy un abrazo.

- Estoy muy orgulloso de ti y sé que éste será el primer día de un largo camino profesional exitoso, ya lo verás.

- No la hagas llorar Harry, por favor. - dice mi madre acercándose a nosotros con los ojos un poco rojos de la emoción.

- La que creo que va a llorar eres tu mamá. - y me acerco para abrazarla.

- Es que ya mi bebé está muy grande. Ya es toda una profesional y no puedo creer que haya pasado tan rápido el tiempo. Hace nada eras una niña y mírate ahora...

- Mamá, déjala quieta que no hemos salido y ya estás haciendo que todo el mundo llore. Vamos Mimi, que se nos hace tarde. - me dice Lucas, mi hermano mayor, que me ofrece su brazo para caminar con él. - Ya Héctor está en su coche esperándonos.

- Vale nos vemos allá. Manejen con cuidado. - Nos dice mi padre desde la puerta, esperando por mi madre, que entró a buscar su bolso.

Nos montamos los tres hermanos en el coche y mis padres se van en el suyo. Debíamos ir a la universidad donde se celebraría el acto. Al llegar me separo de ellos, que deben ir a buscar sus asientos y me voy al área donde están reunidos los alumnos para buscar a mis amigas.

- Mimi, por aquí. - me grita alguien en la distancia y veo que se trata de Celeste. Voy a su encuentro y nos saludamos felices. Ella, junto a Fernanda, eran mis mejores amigas desde el cole. No nos habíamos separado en todos estos años y seguíamos igual de cómplices con todo. Habíamos hecho nuestras carreras en la misma universidad y terminado con honores todas las materias.

- Guao amiga, estás despampanante. – le digo mirando su vestido ceñido al cuerpo hasta los tobillos y de escote palabra de honor.

- Gracias – me dice sonrojada. – Tu tampoco estás nada mal. Se ve que quieres impresionar a cierto mayorcito.

- No me lo recuerdes que creo que no vendrá.

- ¿Qué? ¿En serio?

- Supuestamente la muy lista de su mujer tuvo un accidente esquiando y está con ella. Aunque mi padre me dijo que haría lo posible por venir, no creo que suceda.

- ¿Lo habrá hecho para fastidiarte? Es que la veo capaz.

- No lo sé, pero fastidiada me quedaré si no viene.