· Capítulo 14 ·

679 33 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Escucho el telefonillo y salgo corriendo para abrirle. Celeste está en el salón con su ordenador y me mira con curiosidad.

- Es Tom. - le digo y ella abre los ojos como platos.

- ¿Qué pasó?

- Hace un minuto que me dijo que estaba abajo. No sé qué querrá.

- Bueno ya lo vas a averiguar. Me voy a mi habitación para dejarte sola con él. Si necesitas algo ya sabes dónde estoy.

- Gracias Cel.

Escucho la puerta del ascensor y abro. Tom venía con las manos en los bolsillos y con cara de borrego degollado.

- Hola Peque.

- Hola.

Me aparto para que pase y cierro la puerta. Lo guío hasta el sofá y me siento esperando que me diga que hace aquí.

- ¿Dime que no estabas abajo todo este tiempo desde que me dejaste aquí?

- No, me fui a casa.

- ¿Todo bien?

- No.

- ¿Qué pasó? - le pregunto preocupada.

- Pasó que obviamente no se fue y cuando llegué seguimos discutiendo. No la aguanto Peque, es que ya no puedo más. - dice poniendo los codos en sus rodillas y tocando su rostro con desesperación, visiblemente afectado. - Después de todo lo que me hizo cree que la voy a perdonar. Y está muy equivocada.

- ¿Y qué vas a hacer?

- No lo sé, pero pensé que si venía y hablaba contigo me podías dar algún consejo y...

- ¿Yo? Claro, tienes razón, es la mejor idea del mundo, por todos los divorcios por los que he pasado seguro tengo algún consejo te puede servir.

Me mira y sonríe. Es la sonrisa más bonita del mundo.

- Necesitaba eso precisamente. Que me sacaras una sonrisa.

- En eso sí soy buena.

- ¿Ah si? - se levanta de la postura que estaba y pone su brazo en el espaldar del sofá. - ¿y que podrías hacer para alegrarme?

- Muchas cosas tío Tom. - le digo en voz baja y de manera pícara, acercándome un poco a él.

Me mira y veo como sus ojos se tornan de un azul intenso, me está gustando lo que veo porque ya sé lo que eso significa, pero no lo voy a complacer tan fácil, lo haré sufrir por haberme hecho sentir mal hace rato.

Él acerca su mano a mi mejilla y yo cierro los ojos, me encanta sentir su contacto.

- Eres tan hermosa...

Sigue bajando la mano hasta mi cuello y llega a mi pecho que sube y baja agitadamente, solo con su roce me pone cardiaca.

Se acerca y me deja un beso en el cuello aspirando mi perfume y subiendo poco a poco... ~ Me encanta tu olor - me susurra  hasta que llega a mi boca y yo lo recibo encantada. No tengo fuerza de voluntad para rechazarlo, eso está claro.

Ardiente Secreto [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora