Capítulo 48. Un pequeño error.

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Aquellos días se convirtieron en una locura para Trevor. Desvincularse de LeviRobotics no le estaba resultando nada sencillo, porque su dueño no deseaba soltarlo.

Luego de varias difíciles reuniones, donde además tuvo que enfrentarse cara a cara con el rencoroso de Seth Levi, así como con sus tíos, que lo defendían frente a cualquier acusación, parecía que comenzaba a lograr su objetivo.

Todd estuvo también tan asfixiado esos días que empezó a apoyar a su amigo en aquel duro proceso. Pronto entendió que era preferible quitarse a un cliente de mal carácter de encima que mantenerlo solo porque facturaba de forma generosa cada mes.

Los problemas comenzaban a ser superiores a los beneficios, así que él, y el resto de los socios minoritarios de la firma, se hicieron uno alrededor de su presidente para enfrentar aquella embarazosa situación.

Hasta Albert se puso de acuerdo con la estrategia y estuvo asesorándolo desde casa y moviendo sus contactos para que iniciara el proceso de cierre de ese contrato, más aún, al enterarse de lo sucedido en el estacionamiento de la firma.

—El escándalo ha sido tan fuerte que hasta ha salido en la prensa —confesó Brianna a su amiga Lynette cuando se reunieron la mañana del domingo.

—No es para menos, los Levi son una de las familias más adineradas de Seattle. Además, con todas las negociaciones millonarias que ha estado haciendo la firma estos días, más la futura asociación con el magnate japonés Nakamura, los medios de comunicación no apartan sus ojos de ellos. Todo lo que haga o deje Trevor ahora, es material de prioridad para los periodistas.

—Qué miedo —exclamó Brianna mientras terminaba de doblar la ropita de George que había lavado horas antes.

Lynette jugueteaba con el niño en la cama haciéndolo reír con ayuda de sus peluches.

—Yo no he podido salir estos días de casa —comentó sin dejar de hacer su tarea.

—Sí, vi a los periodistas afuera cuando llegué. Tienes que acostumbrarte a esto amiga, más aún cuando Trevor alcance la sociedad con Nakamura.

Brianna respiró hondo, sin poderse creer lo que estaba viviendo esos días. Tener toda esa atención encima, más que un lujo, resultaba aterrador.

El viernes le fue imposible acompañar a su madre a la visita médica, tuvo que enviarla con Virginia porque a ella los periodistas no la dejaban en paz. Querían conocer detalles del ataque sucedido en el estacionamiento de la firma, que de alguna manera se había filtrado a los medios.

Algunos decían que había sido culpa de los policías, pero ella estaba segura que Trevor y Todd habían tenido mucho que ver en el asunto. De esa forma lograban domar a Simón Levi, quien amenazaba con demandarlos por no cumplir con los acuerdos pactados.

Ella estaba siendo una testigo muda de toda la ferocidad de aquel enfrentamiento. Sorprendida por la manera implacable en la que actuaba Trevor, sin tener ni un poco de clemencia por su opositor.

Demostraba que por defender a su familia y a la firma era capaz de cualquier cosa. Actitud que admiraba, pero que a la vez, le inquietaba.

—¿Puedes quedarte un momento aquí con George? Necesito ir al baño —pidió Brianna urgida.

—Ve, tranquila. George está muy entretenido con su tía Tity. ¿Verdad, amor? —preguntó al niño usando a uno de sus dinosaurios como portavoz, recibiendo risas como respuesta.

Brianna sonrió y enseguida se encaminó a su habitación para ocuparse de sus necesidades.

Lynette aprovechó la oportunidad y fue con George al despacho de Trevor, sabía que ahora estaba solo y necesitaba hablar con él sin que su amiga se enterara.

Dos hombres y un destino (COMPLETA) Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora