Capitulo 7

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Los rayos de sol que atravesaban mi ventana me despertaron por la mañana, no tenía ganas de levantarme, me tape la cara con la sábana y le volteé hacia el lado contrario. En eso sonó el timbre de la casa. Me iba a levantar a abrir cuando escuché que se abrió la puerta del cuarto de Ale. Después de un momento tocó a mi puerta.

- Mel - Dijo después de tocar - ¿Estás despierta?

Me quejé un poco en mi almohada - Sí Ale pasa - me acomodé para quedar sentada en mi cama. Abrió la puerta y después entro ella - ¿Pasa algo?

- No nada - se sentó en mi cama - solo te llegó este paquete - extendió su mano que sostenía una bolsa de papel

- ¿Para mí? - pregunté

- Pues dijeron para Melisa Gaytán

- Ah okay gracias

- Te espero para almorzar

- Si ya voy

Salió y enseguida abrí el paquete, era una caja con un celular y una nota abajo con un mensaje que decía

"No estaba tranquilo, me disculpo nuevamente por tu celular pero te mando uno nuevo, espero te sirva

A.M."

- Ay Alan - suspiré y guardé todo en la bolsa de papel.

Salí de mi cuarto y ya estaba Ale preparando el desayuno me ofrecí a ayudarle pero fue inútil. No aceptó. Aproveche para recoger algunas cosas que estaban tiradas en la sala y limpiar un poco. Me tiré en el sillón mientras revisaba mi celular hasta que el sonido de los platos checando en la mesa me hicieron voltear a dirección del comedor.

- Ya está servido - dijo Ale

- Huele bien - me levanté del sillón y caminé hacia la mesa

- Espero que te gusten - solo sonreí y no dije nada. Me senté mientras veía los hot cakes que estaban en el plato con un poco de miel y acompañado de plátano - Y... - la voz de Ale hizo que pusiera mi atención en ella - El regalo

- ¿Qué tiene? - dije mientras me llevaba un trozo de hot cake a la boca

- ¿Quién lo mandó? ¿Ya tienes pretendiente y no me has dicho? ¿Alguien del estadio?

- Oyeee... - limpiaba mi boca con una servilleta - tranquila, un pregunta a la vez - ambas reímos - me lo mandaron mis papás - mentí - no tengo pretendientes y no hay nadie en el estadio

- ¿Qué es? - preguntó - si no es molestia que pregunte

- Un celular. Les dije que se me había caído y ya tenían tiempo queriéndome comprar otro - seguí con la mentira - el otro ya no servía muy bien

- Oh ya - no dijo nada más. Almorzamos en silencio, solo la música de fondo que venía de la televisión. Terminamos y me ofrecí a lavar los platos. - ¿Vas a salir hoy? - grito desde su cuarto

- Más tarde iré al estadio - dije - tengo cosas que hacer allá, ¿Y tú?

- Sí, Erick me invitó a salir - salió de su cuarto y fue por algo a la sala - de hecho no creo que llegue a dormir hoy, ¿Tienes problema con eso?

- No para nada - tomé un trapo y sequé mis manos - diviértete - me sonrió y se metió al baño. En lo que se bañaba limpié mi cuarto y en momentos pensaba si debía o no mandarle mensaje a Alan por el celular y si debía aceptarlo o no. Me metí a bañar y cuando salí Ale ya no estaba me había dejado un mensaje que ya se había ido. Me vestí, solo me puse un pantalón color negro tenis blancos y la playera de Chivas (prácticamente era mi uniforme) antes de salir me regresé a mi cuarto tomé la bolsa donde venía el celular y me lo llevé. Llegué al estadio y estaba editando algunas imágenes. Me tomé un descanso y volví a ver la bolsa. Tomé mi celular y estuve a punto de mandarle mensaje a Alan para que nos viéramos hoy, pero en ese momento entro uno de mis compañeros y me dijo que el jefe quería verme. Guardé mi celular cerré la laptop y fuí a su oficina. Toqué la puerta y esperé a que hablara

Dos Corazones En Juego - Alan Mozo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora