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Pov. Marcela

Hacía dos semanas Armando había anunciado nuestro compromiso a toda la empresa, por lo que no tardaron en surgir los rumores. En poco tiempo las revistas de chismes ya habían contado todo con lujo de detalle.

Mi cabeza parecía que estaba a punto de explotar, sabía que Armando solo lo había anunciado para que dejara de molestar con la idea de que el tiene un amante. Yo sé que ha de ser muy molesto que alguien cuestione tu compromiso hacia la relación tantas veces, pero ¿Puede alguien siquiera juzgarme? Después de tantas infidelidades ya desconfío hasta de su sombra, por poco y me pongo a desconfiar del mismo Mario Calderón, aunque eso sería imposible claro.

Sé que todo el mundo piensa que soy una imbecil por seguir con él, pero desde que nací tengo el recuerdo de escuchar como todo el mundo piensa que éramos el mejor dúo, llegado el momento él siempre pareció la mejor o opción, por no decir la única.

Estoy en mi oficina con un vaso de whisky en la mano, poco profesional lo sé, pero es lo único que parece aliviar mi migraña. Escucho dos golpes en la puerta seguidos de un "marcee".

-Pasa Patricia.

Sin más tardar entró y se sentó en la silla frente a mi escritorio .

-¿No deberías estar trabajando con Armando?

Le pregunté debido a la hora de su visita, me ponía de muy mal humor cada vez que él le gritaba o le hablaba de forma grosera, si Patricia era algo torpe, pero es mi mejor amiga. No pretendo que le dé un trato especial, pero un poco de amabilidad no lo mataría.

-No Marce, si de eso te venía a hablar, Armando salió hace como 20 minutos.

- ¿Cómo que salió? ¿Tan temprano?

-Si Marce se fue súper apurado y con un mal genio Marce, no si es que tu eres afortunada de no tener que aguantarlo.

- Bueno Patricia ya casi es la hora vamos a cenar y me cuentas que pasó.

- Bueno Marce voy a buscar mis cosas ya vengo.

Sé que solo es cuestión de tiempo o mejor dicho de un lindo cuerpo para que Armando me vuelva a ser infiel, así que mínimo por esta noche no planeo preocuparme por él.
Llegué junto a Patricia y le lancé las llaves de mi auto, había tomado poco, pero mejor prevenir además de que no tenía intenciones de manejar con todo el tráfico.

- No quiero manejar hoy.

Ella me mira con una cara confundida, yo casi nunca le dejo usar mi auto porque se lo torpe que suele ser. Solo asiente lentamente y me toma de la mano para que la siga una vez en el ascensor se me queda mirando, como si pensara en cómo decir algo.

- Marce, tu estás bien?

- Si Patricia no me pasa nada solo estoy algo cansada, tranquila.

Me observa como si evaluara si le estaba siendo honesta o no y cuando iba a decir algo la puerta se abrió dejando ver al "cuartel de las feas".
Por supuesto que estuvieron por tener su pelea cotidiana con Patricia hasta que salí del ascensor y todas se fueron a sus puestos de trabajo.

La miré algo raro cuando empezó a reírse por lo bajo y por lo visto lo notó porque paró de reírse.

- ¿Qué es lo gracioso?

- Que eres como mi guardaespaldas, cuando tu estás nadie se atreve a meterse conmigo, es algo lindo.

Ella no esperó a que le conteste, solo toma mi mano y me guía hacia el estacionamiento.

Entramos al auto y ella me miró fijamente.

- ¿Qué pasa?

- Tu vales mucho, no te rebajes a estarle rogando a Armando, él no vale la pena.

Quedé helada, en todos nuestros años de amistad ella nunca pareció querer involucrarse en algún asunto que tuviera que ver con Armando.

-No Patricia tranquila solo tengo que tomarme las cosas con más calma y ya.

Llegamos a mi apartamento y Patricia camino hasta la cocina para traer dos copas mientras yo buscaba una botella de vino y un sacacorchos.

- Entonces cuéntame, que te pasó hoy?

- Ay Marce, la fea esa que se cree dueña de la empresa casi casi.

La noche siguió así, charlando y riendo de cualquier bobada en el segundo vino todo parecía más lindo, la vida era más ¿Divertida?

Patricia hablaba de como su exmarido no le contestó el teléfono y de que no sabía que hacer para salir de la pobreza.

- Patricia no necesitas un hombre para eso, tu puedes sola.

- Marce, es muy fácil decirlo, ya hacerlo es otra cosa, pero no solo por el dinero si no que ese afecto que te da una pareja no lo encuentras con cualquiera.

- Dices que no es lo mismo "hacer el amor" que tener sexo?

- Obvio Marce es súper diferente, mira Mauricio me hizo el amor durante el primer año de nuestra relación, luego solo teníamos sexo y... estaba bien si, pero cuando hacíamos el amor era como si mí corazón fuera un millón de kilómetros por hora.

- Bueno si lo dices así. Creo que nunca he hecho el amor.

- Marce me vas a decir que Armando nunca fue capaz de llevarte a la luna en un orgasmo?

- Sabes que creo que no, o sea sí he tenido un orgasmo con él, pero... no sé sabes él nunca lo hizo, especial por así decirlo.

- Ay no Marce que horror tu no te puedes ir de este mundo sin haber experimentado algo así.

- Ay por dios Patricia, exageras aunque admito que si me gustaría saber de qué hablas.

Seguimos tomando la verdad ya se nos estaba yendo un poquito de las manos el alcohol, pero después de todo ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Mañana le inventare a Armando que me enfermé y Patricia se quedó a cuidarme. Total que para lo que necesite tiene a su fea

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora