XXXIII

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Pov. Patricia

A las 10:30 desperté por la falta de calor a mi lado, Marcela estaba planchando su pelo en el baño, ya vestida y maquillada. Había despertado anteriormente a las 6:00 para alistarme e ir a trabajar, pero Marcela me abrazo y me dijo que ya le había enviado un texto a Daniel diciendo que no me encontraba bien y ella estaba en el médico conmigo.

~ ¿Ya tienes que irte?

Sé que no puede solo cancelar y ya, pero realmente no quiero estar sola ahora, Sandra dejó 483 llamadas en mi teléfono y 214 mensajes de texto todos ellos decían prácticamente lo mismo "no sé que pasó conmigo" "por favor ven, tenemos que hablar" "no sé que haré sin ti, eres el motivo por el que vivo" " te amo por favor no lo dudes" etc. De cierta manera me sentía a salvo en la casa de Marcela porque Sandra nunca había estado aquí, es más ni siquiera sabía dónde estaba ubicada y en estos momentos eso me reconforta un poco.

- Si, no puedo cancelar soy la que mejor la conoce y por lo tanto la que más probabilidades tiene de hacer buen arreglo, pero descuida llamé a Hugo y le dije que viniera aquí así no estás sola, no hizo preguntas no te preocupes por eso. Tal vez creas que estoy exagerando, pero no quiero que estés sola en tu casa.

Le sonreí por el gesto, probablemente la primer sonrisa que había hecho desde que me fui de su casa ayer en la noche.

- Si algo pasa o solo te sientes mal, puedes llamar, yo dejo todo y vengo de inmediato ok?

~ Gracias Marcela, de verdad muchas gracias.

Ella me dió una sonrisa y me abrazo con cuidado, me trataba como si fuera de pluma, lo que en realidad agradecía. Ayer cuando le conté sobre el dolor que tenía en las piernas y brazos, ella pensó que tal vez cuando los efectos de las drogas estaban bajando yo había intentado alejarme o negarme y lo más probable es que ella me hubiera golpeado, lo cual tiene algo de sentido por mis moretones.

Hugo llegó y Marce se fue, no me mal interpreten pero deseaba solo estar con ella, él es mi mejor amigo pero yo no me sentía lista para contárselo a alguien más. Con Marcela es diferente, desde que tengo memoria ella siempre ha sido mi lugar seguro, sabe prácticamente todo lo que he hecho en mi vida solo esperaba que volviera pronto.

Pov. Marcela 

Me dirigí al club donde ya me estaban esperando, recibí una llamada, no quería dejar sola a Patricia y me había demorado un poco.

- diga.

- ¿Dónde estás?

- De camino tuve un problema cuando llegue te cuento.

- Perfecto ¿ordeno lo de siempre?

- Claro, llego enseguida. Adiós

Creo que no profundicé mucho en mi historia con ella ¿no? Su nombre es Antonella, tiene 27 años, sus padres son los dueños de una importante empresa que se especializa en telas y accesorios, nació en Buenos Aires Argentina y nos conocimos en un bar de Miami tomando unos tragos, tuvimos una extraña conexión y atracción física. A la semana de conocernos nos habíamos acostado ya cinco veces, la conocí en mi sexto mes fuera de casa, las cosas siguieron igual los siguientes dos meses, pero en el noveno ella me confesó sentirse confundida con sus sentimientos hacia mí, le fui lo más honesta posible y con el mayor cuidado le expliqué que no sentía que fuera correcto darle alas aún sin haber superado la relación que hizo que estuviera ahí en un principio. Seguimos siendo lo que algunos llaman "amigos con derechos" hasta que volví. De cierta forma combinamos lo mejor de ambos mundos, teníamos relaciones sexuales y una confianza ciega en la otra, pero también una amistad incondicional, una persona a la cual contarle casi que todo sin miedo a ser juzgada. Sé que ella no ha superado sus sentimientos, porque ella misma me lo confirmó, pero también me dijo que mi felicidad era la suya y que entendía que uno no decidía a quien amar.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora