XVII

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Pov. Patricia

El día fue tranquilo bien dicen "la calma antes de la tormenta" Marcela y yo cenamos y nos acostamos, a las seis de la mañana amabas ya estábamos despiertas.

- ¿Pudiste dormir bien?

- Si solo me siento ya sabes algo ansiosa.

- Tranquila amor que es lo peor que puede pasar?

- Si, solo es algo de paranoia ¿Crees que él esté en la empresa hoy?

- Bueno ayer por la noche Mario me llamo, bastante preocupado, dijo que ayer estuvo todo el día en la empresa. No lo están dejando pasar al último piso siquiera así que está como loco. Le explicó don Roberto todo lo que pasó en su ausencia y no parece estar muy conforme con eso, dice Mario que como por dos horas se escuchó solamente como le gritaba a Daniel que le había robado su empresa y no sé cuánto más.

- No si por suerte muy tranquila la vuelta de tu ex.

- Ay amor - alargó la "o" de la palabra con una sonrisa divertida de la situación.

No me pueden culpar él va a intentar algo para ver si a sí su padre le da otra oportunidad lo sé.

- Yo creo que hay una posibilidad muy grande de que ya se haya enterado de que no estoy precisamente disponible.

- ¿Pero quién podría haberle dicho? ¿Crees que lo hubiera hecho Daniel o Mario?

- No sé exactamente quien, pero en un momento a Mario se le salió decir un "y también con lo tuyo" .

- ¿Y no le preguntaste de que hablaba?

- Obviamente, pero me dijo que era porque lo había delatado, aunque si fuera así creo yo que no hubiera dicho "lo tuyo".

- Pues quién sabe Marce, quizás se lo dijo el mismo Roberto.

- Como sea hoy nos iremos a enterar de todo, pero vamos que si no no vamos a poder desayunar.

Subimos al auto de Marce y nos fuimos a un restaurante a desayunar, notaba su nerviosismo a través de su cuerpo. Golpeaba el volante con sus dedos de manera rápida y movía ligeramente su pierna izquierda. El asunto de Armando era reciente aunque no me gusta admitirlo en algunos momentos si llegué a pensar en que no le dí el tiempo de sanar, sí ambas nos amamos y lo sabemos a la perfección, pero ella intentó olvidar una relación de tres años en cuestión de días y eso no es algo muy fácil que digamos.

Llegamos al lugar y ella se veía algo pensativa, no fue por desinterés que no le pregunté que le pasaba si no por darle su espacio, ella suele preferir no hablar de las cosas cuando son tan recientes, decidí esperar a que ella estuviera segura para abrirse conmigo. No tuve que esperar mucho para enterarme de que le incomodaba

- Amor.

- Dime.

- ¿Vas a estar cómoda trabajando con Daniel?

- ¿Eso es lo que te estuvo poniendo incómoda?

- Un poco, no quiero que estés incómoda en tu lugar de trabajo y si quieres yo puedo hablar con él y hacer algo cambiarte de puesto o algo así.

- No es necesario amor, no me incómoda el saber que Daniel va a ser mi nuevo jefe, si quizás sea algo raro en un principio, pero por ahora lo voy a intentar.

- Está bien, pero si por algún motivo te sientes incómoda por favor dímelo y yo te juro que lo voy a solucionar.

- Te lo prometo, no lo pienses mucho tampoco, sé que debe ser raro para ti también.

Ella guardó silencio por unos segundos y miró hacía otro lado es como una niña cuando no quiere admitir su error.

- No me molesta que tengas una vida sexual antes de mí, solo se siente algo raro que sea Daniel, pero si él te llega a insinuar algo-

- Ay amor por Dios, si eso llega a pasar primero te lo digo y segundo renuncio tranquila.

- No lo digo por desconfiar de ti, pero lo conozco y sé que es algo imbécil a veces.

Salimos del restaurante luego de haber terminado de comer y condujo hasta eco moda. Una vez enfrente de la empresa vimos el auto de Armando al parecer estaba intentando hablar con Daniel o Mario.

Bajamos del auto y tomamos caminos separados una vez subimos el ascensor.

Pov. Marcela

Entré en mi oficina y me encontré con Armando sentado en la silla de cuero en frente de mi escritorio apretando una de las pelotas antiestres.

- ¿Y tú que haces aquí?

- He vuelto Marcela y no fue muy agradable enterarme de lo que pasó en mi ausencia, ya sabés las cosas como el que me haya delatado con la junta o el que me haya enterado de que me viste la cara de imbécil con tu amiga Patricia Fernández.

- Me dí cuenta de que me había enamorado de Patricia poco antes de terminar y no es como si yo hubiera hecho algo que tú no.

- Te juro que nunca me lo imaginé ¿Es en serio Marcela?¿Con una mujer?

- Si Armando con una mujer, una mujer que en menos de una semana ya me había hecho sentir el doble de amada de lo que tú me hiciste sentir en tres años.

- Ay Marcela por favor tu no amas a Patricia solo te dió la dosis de atención correcta en el momento equivocado. Tu misma lo sabes en el fondo.

- Estás equivocado, yo la amo y tenemos una relación magnífica y probablemente con más pasión de la que verás en toda tu vida.

- Marcela que placer puedes llegar a tener con ella que no hayas tenido conmigo.

- Uy créeme que más del doble, pero aunque sé que te va a parecer mentira ya entendí porque un toque suyo me excita mil veces que uno tuyo y es porque ella me hace el amor ella ama cada parte de mí, mis pechos, boca y adora aún más otras partes que no voy a nombrarte. Ahora que ya te saqué esa duda te voy a pedir que te vayas porque de tanto recordarla quizás termino por extrañarla.

Se escucharon tres toques en la puerta de una manera en la que pude reconocer quien se encontraba detrás de la puerta. Le indique que pasara de inmediato y ella entro revisando algo en su teléfono por lo que no vió a Armando quién ya estaba  rojo de rabia.

~ Ay amor Hugo me preguntó si quieres cenar está noche porque su novio se va a un viaje de trabajo y ya sabes como e-  Armando, hola cómo te va?

Ella busco mi mirada y me preguntó con la mirada un "¿Qué hace acá este infeliz?" Levanté mis hombros en señal de confusión en realidad ni el mismo Armando sabía que carajos hacía en mi oficina.

- Patyy! Por favor trata de ahorrarte la hipocresía ya me dijeron que tú eras la que atendía a mi prometida cuando yo no estaba disponible. Te agradezco infinitamente que no hayas permitido que mi pareja se aburriera.

- Ya es suficiente Armando, Patricia nunca tuvo la culpa de que tu y yo no fuéramos compatibles, ambos éramos infelices al lado del otro y lo sabés, pero si tu cerebro no es capaz de entender eso no quiero tener que volver a verte.

Se paró de golpe y se fue azotando la puerta con fuerza, miré hacía Patricia su cabeza estaba mirando el piso, me acerqué a ella y la abracé con fuerza.

- No eres la culpable de nada y lo sabés.

~ ¿No arruiné tu vida?

- Eres lo mejor que me pasó, estás a años luz de haber arruinado mi vida, antes de estar contigo ni siquiera era capaz de poder sonreír.

~ De verdad te amo demasiado, no quiero perderte.

- No hay forma humana de que puedas perderme.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora