XXV

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Pov. Patricia

Cuando Sandra se fue quedé viendo cosas en la computadora en lo que llegaba alguna llamada, en realidad en éste trabajo no hacía mucho ¿Quién diría que ser Aura Maria sería tan fácil?

Estaba viendo Facebook, no había quedado nadie en toda la empresa, todos estaban almorzando y yo bueno, yo ni siquiera sé que estoy haciendo todavía. En ese momento escuché la puerta de metal que daba acceso a las almacenes abrirse

- Lo hiciste muy bien mientras que no estuve Lucia, te felicito por eso, no cualquier persona puede mantener ese caos en orden.

# Por favor Marce, solo hice mi trabajo, pero te voy a admitir que no te pude llegar ni a los talones esa gente solo obedece cuando se trata de ti.

- ¿Te lo dejaron muy difícil?

Preguntó entre risas ¿Qué eran todos esos halagos? ¿Se conocieron hoy y ya le dice Marce la igualada esa? ¿Y desde cuando Marcela se ríe tanto con alguien que apenas conoce?

# No tanto ahora, pero al principio les decía que hicieran algo, me decían que sí, pero cuando volvía seguían sentados. Tu dices ranas y ellos saltan.

- Ahora, pero en su momento también me pasó eso sí que te lo aseguro, nos vemos en una hora Lu, quedé en almorzar con Daniel.

Tocó el botón del ascensor por ella y una vez que esté se cerró ella marchó hacia los baños sin aunque sea mirarme. No sé que me impulsó quizás ese estúpido apodo o las risas, pero cuando menos me dí cuenta ya estaba en la puerta del baño, entré y la ví ahí lavándose las manos estaba tan concentrada en ello que ni notó que abrí la puerta.

Me acerqué a paso lento hasta ella y puse mis manos sobre el lavabo a cada costado de su cuerpo.

~ ¿Así que ya te volviste a enamorar? Tenía esperanzas de poder hacerlo contigo aunque sea una vez más cielo.

Ella se sobresalto cuando sintió mi voz y se dió vuelta haciendo que quedemos cara a cara y dándome una espectacular vista de sus pechos y boca.

- ¿De qué estás hablando?

~ De verdad Marcela "Lu, eres tan increíblemente inteligente, Lu manejaste todo súper bien, nos vemos en una hora".

- Ay Patricia disculpa, pero eres la persona que menos me puede llegar a reclamar, un día me juras y perjuras que nunca ni en siete vidas tendrías algo con esa mujer ¿Y que pasó con eso? Bastaron unos meses para que te olvides de tus propias palabras.

~ ¿Te he dicho que te ves hermosa cuando estás celosa?

Si ya sé, idiota, pero es ella, es mi Marce, mi amor y no puedo evitar ver sus labios cada vez que habla.

- uno: si muchas veces para mi gusto, dos: eso es todo lo que tienes para decir ni siquiera vas a inventarte una estúpida historia? Y tres: deja de acercarte así, por el amor a Dios.

Apenas terminó de hablar y haciendo todo lo contrario a lo que me pidió la besé, la besé con la desesperación de no haber podido tocar su boca en casi un año y aunque me quiera matar cuando recupere el sentido, ya habría valido la pena.

Me siguió el beso, la levanté por las caderas y se sentó en el lavabo abriendo sus piernas, dejándome en medio de ellas, mis manos recorrieron su cuerpo por debajo de su blusa desabrochando su brasier, apreté sus pechos haciendo que suelte un pequeño gemido y comencé a besar su cuello haciendo que tirara su cabeza hacia atrás, enredó sus manos en mi cabello cuando mi mano derecha se escabulló entre medio de sus piernas acariciando su punto g y entrada. Dejé unos pequeños chupones que ella odiaría cuando los vea, pero quizás la tal Lu entienda el mensaje de que no se debe de meter con mi chica.

Nuestras manos recorren el cuerpo de la otra, ella me besa con pasión y yo la levanté quedando contra una de las paredes, ella tocó el piso y bajó hasta mi zona dando besos en mi cuerpo, pude sentir que dejó un chupón en la parte interna de mi muslo algo que debería de tapar si no quiero problemas, bajó mi ropa interior y me dió un beso húmedo en mi zona sensible, sentí como su lengua se introdujo en mi lentamente, para después salir iba a protestar su falta de atención hasta que sentí que comenzaba a succionar mi punto g y a la vez insertó dos de sus en mí llevándome a un orgasmo casi inmediatamente.

Ella sacó su cabeza de entre medio de mis piernas y tan pronto se había levantado la abracé con fuerza, se sorprendió un poco, pero correspondió al abrazo quedando otra vez en contra del lavabo, su mano acariciando mi espalda me trajo una paz que hasta ahora no sabía necesitar.

Se escucharon los gritos de Daniel llamando a Marcela en recepción y se sobresalto un poco viendo su mirada noté que fue como si hubiera vuelto a la realidad, de alguna forma fue como si sus ojos hubieran tomado un color un poco más oscuro de lo habitual.

- Tengo que irme.

La solté, no sin antes darle un beso en los labios y cuando pasó por la puerta, no sin antes acomodar un poco su cabello y ropa, mi burbuja también se reventó y ahí noté lo que había hecho, porque no solo había tenido sexo en el baño de mi trabajo el cual ahora que lo notaba no tenía seguro si no que había engañado a Sandra con Marcela.

Me mire en el espejo y las lágrimas comenzaron a caer por su propia cuenta, me sentía porque ésto solo demostraba que no sabía cuidar lo que tenía y me hacía replantearme lo que me dijo Marcela en nuestra última pelea " la miras igual que a mí porque creo que en el fondo tu tampoco sabes lo que quieres aunque digas saberlo"
¿Y si tenía razón y solo soy una infeliz que lastimó y lastima a dos hermosas personas? No no podía permitirlo, ya lo hice una vez con Marcela no lo volveré a hacer con Sandra.

Me arreglé y salí del baño, tomé las llaves de mi auto y salí a la casa de mi papá, que si bien era mentira el hecho de que almorzaríamos juntos no me viene mal visitarlo a fin de cuentas tengo una hora para almorzar y charlar con él.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora