XXXVII

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Pov. Patricia

Son las nueve y media de la noche, estoy concentrada en terminar mi maquillaje ya que mi compañero de ésta noche no tardará en llegar. No me siento mal por estar con algunos hombres de seguro Marcela también ha estado con otras personas desde que acordamos que no tendríamos una relación formal, dudo que no se haya inventado ese viaje para estar con la clienta esa, que obviamente solo la ha de ver como un pedazo de carne apetitoso.

Después de afrontar la realidad de lo que Sandra me hizo, me dí cuenta de cómo son las personas, te usan solo para beneficio propio no puedo jurar que todas pero sin ninguna dudas el 97% de ellas sí. No digo que Marcela solo haya estado conmigo por interés propio, ella me ama mucho lo noto no podría estar con otra persona y eso lo sé perfectamente, pero todas mis otras relaciones no hubieran pasado si no tuviera buenos pechos y piernas.

Escucho los golpes en la puerta del hotel y camino con paso seguro hacia la puerta algo me dice que no vamos a ir a comer. Abrí la puerta, me saluda con un beso, eso no me encanta precisamente, yo no beso a mis encuentros casuales es dar pie a confusiones que no tengo ganas de afrontar, posando su mano en mi cadera sonrie de una forma egocéntrica y me giña un ojo, patético, pero lo que tiene entre medio de sus piernas no es para nada patético ha decir verdad.

- ¿Cómo has estado?

De verdad pretende tener la estúpida charla de fingir interés mutuo, que pereza.

~ Bien pero podría estar mejor ahora mismo

Creo que está captando la señal sus ojos se oscurecieron y comienzo a sentir un bulto en donde está su miembro. Sonríe de lado y pasa a mi apartamento, toma mi espalda y con algo de brusquedad comienza a besarme hambrientamente y dale con que quiere beso! Lo aparto sin querer parecer muy desesperada y besa mi cuello. Comienza a sacar mi ropa y a besar todo mi cuerpo ¿Qué le cuesta ir simplemente al punto y ya? Baja mi falda y mi ropa interior de forma estúpidamente lenta. Comenzó con un gran sexo oral no esperaba eso, no es muy común en hombres ha decir verdad. Volvió a besarme, no lo alejé porque en el momento que posiciono mis manos sobre sus hombros con intenciones de alejarlo de mi boca, me penetra fuertemente haciéndome gemir de una manera tremenda. Clave mis uñas en su espalda y me toma de la cadera para introducirse aún más en mi interior, cuando presto un poco de mi atención noto que parezco gata en celo con mis gritos. Llegué al orgasmo en unos minutos mi cuerpo estaba completamente sudado al igual que el suyo, creí que ya se había agotado después de todo es lo medianamente normal, pero en cambio me dio vuelta de una manera no muy cariñosa, dejándome en cuatro, me golpea el trasero algo fuerte pero de alguna manera eso hace que me excite cada vez más me penetró repetidas veces de manera profunda provocando que muerda la almohada para no tener que gritar, mientras me penetraba con sus manos agarraba mis pechos y los apretaba con algo de fuerza, escuché su fuerte gemido, acababa de acabar, creí que ya era demasiado después de unos segundos en los que se quedó aún dentro de mí, sacó su miembro y luego el condón suspire viendo el tamaño de su pene en definitiva Dios si tiene favoritos y él es uno de ellos se acostó a mi lado a decir verdad estaba recuperando algo de fuerza para después echarlo de la habitación cuando me movió con sus brazos no sé ni siquiera por qué, pero le seguí el tosco beso que me dió sintiendo como bajaba mi cuerpo con sus manos pensé que quizás solo eran ideas mias hasta que me ví enfrente de su pene. Con su pulgar tocó mis labios y abrió mi boca sin dejarme tiempo a reaccionar metió su pene en mi boca prácticamente me atragantó con el, nunca había chupado el miembro de alguno de mis novios ésto era raro para mí, su pene llegaba hasta lo más profundo de mi boca la cual subía y bajaba sin parar, sus manos sujetaban mi pelo con algo de fuerza levantó un poco la cadera y acabo adentro de mi boca, sabía inmundo, pero el líquido espeso paso de igual manera por mi garganta. Sus brazos cayeron pesadamente sobre la cama del hotel y soltó un gran gemido, dejándome sacar su miembro de mi boca, me moví con la ayuda de mis brazos quedando nuevamente sobre el colchón, miré a mi derecha y vi como su pene aún largaba pequeñas gotas de semen.

- Eres grandiosa.

Ni siquiera tengo aliento para contestar y tampoco sabría como.

Él se levantó sonriendo y subió sobre mi cuerpo volviendo a besarme con locura... ésto tiene que ser una broma




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