VII

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Estoy cien por ciento convencida de que despertar con ella a mi lado es de las mejores cosas que he llegado a sentir en toda mi vida, ella parece un ángel recién caído del cielo cuando duerme, quien diría que ese angelito me hizo el amor por horas.

La alarma había sonado hace cinco minutos, contrario a lo que cualquiera creería el haber estado así con ella la noche anterior hizo que mis energías estén al mil esta mañana. Moví un poco su cuerpo para que despertara, viendo que esto no iba a funcionar me acerco a su rostro y dejo besos en este viendo como reacciona en segundos con una gran sonrisa.

- veo que era verdad el mito del beso en los cuentos de hadas.

Ella me sonríe de la manera más hermosa posible y se inclina hacia mí para volver a unir nuestros labios.

~ ¿Cómo dormiste? ¿Estás cansada?

- Dormí perfecta, es como si hubiera recargado energías ¿Tú?

~ Me siento genial.

Nos alistamos rápido, no podíamos llegar tarde otra vez y más con el humor que Armando tiene en las mañanas. Una vez en el auto comenzamos a charlar para aligerar el viaje, estaba pensando seriamente el mudarme a un lugar más cerca de eco moda, todas las mañanas tenía que salir unos cuarenta minutos antes para llegar a tiempo y más ahora, que por la cara de mi chica y chófer personal deducía no se iba a poder acostumbrar muy rápido. Sentí como posó su mano sobre la mia sacándome de mis pensamientos.

~ Yo creo que la próxima mejor nos quedamos en mi departamento, si?

  Asentí y reí por el tono de cansancio que estaba utilizando, ella es perezosa, le gusta dormir tanto como a Hugo las telas caras, esta rutina es demasiado para la pobre que con suerte se levanta a las doce del mediodía un domingo.

- ¿En el almuerzo vamos a comer con Hugo?

~ Claro, yo le digo.

- ¿Tienes mucho sueño no?

~ ¿Tanto se nota?

- No linda, bueno solo cuando parece que te estás por quedar dormida, pero del resto para nada.

  Ella me sonrió y se acercó a darme un beso, no era arriesgado ya que seguíamos lejos de la empresa y a su vez estancadas en el tráfico.

  Su teléfono comenzó a vibrar y el nombre de Mario Calderón apareció en pantalla, juro que intenté poner buena cara pero no hay que ser muy inteligente como para notar que no me salió.
Ella se acercó a mis labios y dio un rápido beso y luego contestó.

~ ¿Hola?

~ Si, todo bien ¿Qué necesitas?

~ No, no va a poder ser.

~ Porque ya tengo otros planes más importantes Mario.

~ No tiene que importarte con quién, cuándo o dónde.

~ Si me disculpas nos vemos, estoy manejando.

  Él parecía querer insistir en que se vieran pero ella simplemente le colgó.

~ Ay la gente como es de molesta.

  Puso su mano sobre la mia y suspiro viendo que el tráfico no disminuye para nada.

  Mis pensamientos vagaban por todos lados pero dos en especial parecían un parásito en mi mente "Ella ni siquiera dudo en ignorarlo""Armando nunca hubiera hecho eso por mí".

  Me acerqué y besé su mejilla, ella sonrió y me dió un beso en los labios.

- Eso fue lindo y me gusta lo admito, pero no es necesario. No puedo pedirte nada hasta que yo no pueda dejar a Armando, no sería justo.

~ Si te tengo a ti, él a mí nunca me va a hacer falta, No necesito a una persona como él mi vida si estás tú en ella.

  Ví que los autos delante del nuestro siguieran inmóviles y me acerqué a besarla repetidas veces.

- Me prometes que me dirás si extrañas estar con alguien más.

~ Te lo prometo.

  En ese momento los autos comenzaron a moverse permitiendo que pudiéramos volver a avanzar, celebramos y nos dirigimos a la empresa teníamos solo 15 minutos para llegar a tiempo. Llegamos y cada una se fue a su puesto de trabajo.

  En mi el camino a la oficina me encontré con Mario el inmediatamente me sonrió ¿Qué tengo que hacer? No puedo solamente decirle "deja a Patricia ella no quiere nada contigo" eso sería muy raro.

M: hola Marce, como estás?

  Su sonrisa me hizo darme cuenta él no tiene la culpa, la tengo yo. Patricia no puede decirle a él que está conmigo por mí culpa, no tiene sentido que me desquite con él por eso. Al final de cuentas Patricia sigue disponible para todo el mundo.

- hola Mario todo bien y tú?

  Charlamos un poco la realidad es que siempre fui bastante cercana a Mario a pesar de saber que este siempre fue el cómplice de Armando. Él tiene un algo que no te permite odiarlo.

  Entré a la oficina y me puse a trabajar, estuve así dos horas hasta que Armando llamó a mi teléfono.

- hola?

- Marcela puedes venir a mi oficina por favor?

- Si, dame unos segundos

  Era raro él no le pidió a Patricia que me mande a llamar como siempre, si no que lo hizo él y me llamó a mi teléfono personal. Salí de la oficina y fui a presidencia a averiguar que necesitaba, llegando ví la cara desconcertada de Patricia.

- ¿Sabes que quiere?

~ Ni siquiera sabía que ibas a venir  ¿Que ocurrió?

- Ni idea, no ha de ser muy importante tranquila.

  Pasé a la oficina y ahí estaba Armando en su escritorio y Betty enfrente de él.

- Armando qué es lo que necesitas?

- Betty déjenos solos por favor.

  Ella asintió y se dirigió a su cueva, yo me senté en frente del escenario esperando que hablara.

- quiero que me digas por que esa decisión de acabar nuestro compromiso, Marcela dime la verdad.

- Ay Armando por favor ¿me vas a decir que de verdad te veías casado conmigo dejando todas las noches de andar por ahí y teniendo una vida tranquila? No verdad, bueno pues eso es lo que yo quiero mínimo por ahora y no me lo ibas a dar así que no le ví sentido a perder el tiempo y divorciarnos a las 4 horas de casados.

  Él estaba callado solo me observaba hablar, sabía a la perfección que no tenía sentido mentirme ahora.

- Pero creía que querías casarte conmigo.

- Si, yo lo quería no tú, yo siempre fui la que te insistía con un futuro juntos, pero nunca salió de ti la intención de que estuviéramos bien como pareja. 

- Marcela yo no entiendo este cambio tuyo de la noche a la mañana no me digas que esto es porque Patricia no es mi asistente, ya te lo expliqué muchas veces no quiero dejarle mi privaci-

- vamos a ver Armando a Patricia no la metas primero que nada, esta es una decisión mía y de nadie más aunque te cueste creerlo soy capaz de decir que quiero hacer con mi vida y segundo yo no  "cambié" solo abrí los ojos y me dí cuenta que siempre he sido la idiota que te ha entregado su vida entera y la realidad es que no planeaba dejarte antes del lanzamiento de la nueva colección, pero cansé de soportar a un déspota que solo sabe solucionar las cosas con gritos y que nunca fue capaz de valorar todo lo que he hecho.

  Él me miró tenía rabia y si supongo que ahora encuentra feo ser él el que insiste para no terminar. No esperé su respuesta solo salí de esa oficina y caminé rápido hacia la mia no quise hablar en ese momento con Patricia la realidad es que terminan las cosas así me afectó más de lo que pensaba y no quiero que piense que es porque quería seguir con él, aunque sé que en unos minutos ya la voy a tener en la oficina preguntando que pasó, por lo menos tengo unos minutos para calmar mi enojo.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora