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Pov. Marcela

Después de las ocho salí de la empresa tenía planeado decirle a Alex que vayamos a cenar juntos cuando ví a cierta rubia haciendo rabietas porque no pasaba ningún taxi, dí un largo suspiro y frené enfrente suyo.

- Sube, te llevo.

~ No es necesa-

- No era pregunta no están pasando taxis y no voy a dejar que te vayas sola de noche, sube.

~ Pero de seguro ya pasa algún otro.

- Tus tacones se van a arruinar tu elijes.

Quedó pensando por unos segundos, pero yo ya sé que di en el clavo, su mayor debilidad son sus tacones favoritos.

~ Bueno vamos.

- ¿A tu casa?

~ Si si.

Comencé a conducir, conocía el camino como la palma de mi mano después de tantas veces de haber ido. La ví bostezando un par de veces y cabecear un poco.

- Puedes dormir si te sientes cansada faltan treinta minutos y no voy a secuestrarte.

Ella sonrió, pero negó con la cabeza.

~ Estoy bien, tranquila.

Pasaron cinco minutos y como siempre se había quedado dormida, reí en voz baja y puse música despacio para no despertarla. Cuando llegamos a un semáforo me acerqué un poco e incliné su asiento, porque después siempre despertaba con dolor de cuello, ella siempre decía que mi auto tenía un hechizo para dormirla a los cinco segundos de subir en el.

Llegamos a su casa a los veinte minutos, moví un poco sus hombros y comenzó a despertar lentamente.

~ ¿Amor?

- Creo que no.

Ella abrió sus ojos rápido y se quedó unos segundos mirándome confundida, fingí mirada de confusión yo también para molestarla un poco, ella sonrió y le golpeó la pierna

~ ¿En qué momento me dormí?

Preguntó estirando sus brazos.

- Justo después de decirme que no tenías sueño, como siempre básicamente.

~ Te dije que este auto tiene un hechizo.

- Si hasta yo lo creo a veces.

~ Gracias por traerme no tenías porqué.

Su voz aún parece algo cansada ¿será de verdad tan cómodo el asiento del copiloto?

- No hay de que, tampoco te iba dejar sola, menos como está todo, cuidate.

~ Tu también, hasta mañana.

A este paso ya luchaba por mantener abiertos los ojos, se acercó, me abrazó rápidamente y bajó del auto para entrar a su casa.

Arranqué el auto, llamé a Alex y conduje hasta el restaurante. Nos pusimos al día y para las diez ya estaba entrando a mi casa, estaba reconsiderando el adoptar una gata, ya saben para no caer en la locura por completo.

Me desmaquillé, duché y me acosté a dormir creo que lo peor de estar soltera era eso, dormir sola, principalmente porque me daba frío a la noche, pero también porque me hacía sentirme aún más sola

*Al otro día*

Me desperté y entré directo a la ducha a mi cuerpo ya no le estaba gustando levantarse tan temprano. Me vestí y al instante comencé a maquillarme, tomé un café y salí hacia la empresa. Amo ecomoda con cada parte de mi alma pero hasta para mí se volvió tedioso levantarse así de temprano y eso que recién es jueves de mi primer semana.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora