XXIX

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Pov. Patricia

Llegada la noche, me fui a mi apartamento, esperé la llegada de Sandra como por dos horas, pero nunca apareció y ahí lo noté a pesar de sus celos que podrían llegar a demostrar lo contrario, Sandra me estaba dando por sentado y no era una sensación muy linda que digamos. Apagué las luces del departamento y me acosté a dormir pensando en que mañana muy probablemente mi novia no tendría trabajo y si todo seguía igual en poco tiempo tampoco tendría novia.

Pov. Marcela

Lucía y yo estábamos charlando en lo que se hacía la hora de salida.

# ¿De verdad vas a despedir a esa chica? Es decir no te juzgo en definitiva se comportó como una malnacida, pero tanto como para despedirla.

- Lu… Tú estabas ahí, yo le dije que solo fuera a la oficina de Gutiérrez, la consecuencia en caso de desobedecer era esa, pero era para cualquiera de las dos, Patricia sabía que si ella no iba a mí no me va a temblar la mano para despedirla, se lo advirtió su propia novia, ya si a ella no le interesa escuchar es otro tema.

# Si en eso tienes toda la razón, que se vaya al diablo, por prepotente. Nos vemos mañana Marce y esta vez a tiempo graciosita.

- Si si esta vez sin distracciones lo juro.

# Oye espera, al final la altota si fue?

- Ni idea mañana lo sabremos.

Salí de la empresa y me fui a mi departamento estaba tranquila completamente diferente a la noche pasada

*Al otro día*

Me desperté, puse música y entré a la ducha. Hoy tengo que estar muy bien, no todos los días despides a alguien que odias. Me maquillé y salí a la empresa después de desayunar algo liviano.

Llegué y me fui directo a la oficina de Gutiérrez.

- Buenos días Gutiérrez, te vengo a consultar en qué quedó lo de Sandra Patiño?

- Buenos días Marcela, me quedé ayer esperando, pero nada que apareció, así que ya le preparé la carta de despido por desacato a la autoridad como usted dijo.

- Perfecto cualquier inconveniente me lo informas a mí o a mi hermano, hablé con él ayer por la tarde y está de acuerdo con mis decisiones.

- Si señora Marcela.

Me fui hasta mi oficina algo me decía que habría un caos dentro de poco tiempo.

- Hola hola, buenos días Luu

# Buenos días Marce ¿A qué se debe tanta felicidad? ¿No será porque ya puedes despedir a la novia de tu ex no?

Me dió una sonrisa y mirada de complicidad, en el poco tiempo ya habíamos entrado en una gran confianza.

- Estás en lo correcto querida Lu, la imbécil no fue nunca a la oficina de Gutiérrez y estoy en todo mi derecho de despedirla, además Daniel me dió el visto bueno.

Ella comenzó a reír por la situación.

# Okey te envidio un poco, te lo tengo que admitir ya quisiera yo poder hacerlo.

- Si te ayuda de algo en realidad no sé siente tan bien, solo que me levanté con demasiada energía.

# Eso explicaría porque no te has sentado desde que entraste.

Me senté y comenzamos a reírnos mientras revisamos papeles. Estamos hablando sobre un cliente cuando el teléfono de la oficina comenzó a sonar.

- Hola?

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora