Capítulo 32: El Cielo le Causa Claustrofobia a la Muerte

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Profecía:

Habrá seis al principio y al final.

Uno de ellos será enemigo y uno será amigo.

Una elección; la mente o el corazón.

Los oídos del amante serán sordos y sus ojos ciegos.

Engañarte él intentará.

Para el malestar del Dios del hoyo.

Un antiguo dios cubrirá.

Un camino final que se avecina: destruir o salvar.

Capítulo:

En tanto la luz cegaba la visión de Nico, sintió que el mundo a su alrededor se derrumbaba, como si estuviera siendo aplastado por un rascacielos. Sus huesos y músculos gritaban de dolor mientras sentía que lo asfixiaban. El corazón del hijo de Hades latía con miedo, confusión y terror girando en espiral en su mente como un tornado. Esforzándose por evitar ser aplastado, el pecho le ardía por la falta de oxígeno.

A medida que los valiosos segundos avanzaban,  Nico sentía que se acercaba su final, su visión se llenaba de una luz blanca y brillante que se atenuaba y su corazón se ralentizaba. La fuerza que intentaba romper su cuerpo le presionaba cada vez más contra el suelo, y su pecho se fundía con la fría tierra. Preparándose para el final, cerró los ojos.

Pero antes de que Nico pudiera desmayarse, el peso que aplastaba su cuerpo desapareció de repente, su visión se aclaró y sus pulmones se llenaron de oxígeno. Nico sintió que una oleada de mareo lo invadía y esperó a que esta pasara. Bueno, hasta que sintió que una brisa le erizaba la camiseta del cráneo, haciéndole darse cuenta de que ya no estaba en el laberinto. Su ritmo cardíaco se aceleró.

Sacando la cara de la tierra, Nico rodó sobre su espalda para ver el cielo a escasos centímetros de su cara, haciéndole estremecerse ante su proximidad. Se cernía sobre él ominosamente, haciendo que el hijo de Hades temblara involuntariamente. Nunca volvería a mirar el cielo de la misma manera. No es que no lo hiciera ya, pero aun así. Estaba MUY cerca para la comodidad del rey de los fantasmas.

Rodando de vuelta sobre su estómago, Nico levantó la cabeza para mirar a su alrededor, intentando localizar a los demás. Se arrastró torpemente, moviéndose prácticamente tan rápido como un caracol. Se sentía patético e indefenso, sin ver nada ni a nadie más que la hierba y el cielo espeluznante que se cernía sobre él.

Como si sus pensamientos hubieran sido escuchados, el cielo se levantó un poco más, permitiendo ahora a Nico arrastrarse. En silencio dio las gracias a lo que fuera que impedía que el cielo lo convirtiera en un pancake humano. Pero entonces se detuvo, preocupado. ¿Qué sostenía el cielo? ¿Era magia?

Pero entonces lo asaltó un pensamiento terrible: ¿estaban en la montaña, el lugar al que los siete habían estado intentando llegar?

Con ese pensamiento, su mente voló hacia Percy. Conociéndolo, el hijo de Poseidón probablemente estaba siendo el héroe que era y soportando el peso por ellos.

Y explicaría por qué Tártaro se había esforzado tanto en detenerlos.

'¡Más vale que esté equivocado, sesos de alga!' Nico refunfuñó para sí mismo.

Tenía que encontrarlo, y encontrarlo rápido.

Pero antes de que el semidiós más joven pudiera empezar a buscar, oyó una llamada. "¡Percy!" Una voz gritó. Nico podía oír el dolor en la voz de la persona. "¡Nico! ¡Que alguien me ayude!"

Cuando Nico se dio cuenta de quién era, sus ojos se abrieron de par en par. "¡Ya voy!" gritó, medio corriendo/arrastrándose hacia la dirección general de la voz. Desenvainó su espada, el hierro negro zumbando con oscuridad.

Tras unos minutos agonizantes dando tropiezos, Nico vio una figura a lo lejos, acurrucada en posición fetal. Aceleró el paso, tropezando hacia la persona.

"¡Annabeth!" Se dejó caer junto a la hija de Atenea, cuyo rostro estaba contorsionado por el dolor. "¿Estás bien?"

"Mi tobillo". Señaló el tobillo que se había roto durante su estancia en el Tártaro. "Se ha vuelto a torcer".

Nico no sabía qué hacer. Le vendría bien un semidiós de Apolo ahora mismo, o un buen trozo de ambrosía. Pero en lugar de eso, todo lo que tenía era a sí mismo y tal vez un bastón mágico, pero eso drenaba demasiada energía. Lo último que necesitaba el grupo era una persona desmayada a la que cuidar en un lugar desconocido. Así que incluso si encontraba a Kaite, su bastón no sería de ninguna ayuda.

"Encuentra a Clarisse." Ella jadeó.

'¿Clarisse?' pensó Nico con confusión. '¿Por qué ella?' Siendo hija de Ares, Nico llegó a la conclusión de que no sabría mucho de curación en absoluto. Pero en lugar de interrogarla, asintió. "Volveré lo antes posible".

"Gracias". Dijo Annabeth, recostando la cabeza y cerrando los ojos. Parecía muy estresada, haciendo que Nico sintiera una punzada de culpabilidad mientras medio huía torpemente, sintiendo el corazón pesado en el pecho. ¿Era él la causa de su estrés?

'No seas estúpido, tonto' Su cabeza chasqueó hacia sí mismo. 'Percy es hetero. ¿Por qué estaría ella preocupada por eso?'

Su mente salió sobresaltada de sus pensamientos cuando una voz dolorosamente débil llamó a su nombre.

"N...Nico..."

Los ojos de Nico se abrieron de par en par cuando vio a Percy allí de pie, con las rodillas sacudiéndose y los brazos temblorosos por el esfuerzo mientras el hijo de Poseidón sostenía el cielo, su mechón gris en el pelo volviéndose más claro. "¡Percy!" jadeó.

Su corazón se desplomó cuando por fin se dio cuenta de dónde estaban. Estaban en la montaña de Atlas. Era la única explicación de por qué Percy podía evitar que el cielo se desplomara sobre ellos.

"Dámelo". Nico ordenó al hijo de Poseidón.

"No Nico.." Percy logró dejar salir, temblando por el peso sobre sus hombros. "Morirás."

"Y yo soy Zeus". Nico replicó. Miró con molestia al semidiós mayor. "Ahora entregalo".

Percy agachó la cabeza, respirando con dificultad. "Lo siento Nico... no puedo dártelo."

Nico se frustro, haciendo que le tomara todo en su ser para no gritarle al idiota hijo de Poseidon. "¡¿Dioses Percy, por qué tienes que ser el héroe todo el tiempo?! Dámelo maldita sea!" Gritó lanzando las manos al aire. Su corazón se partía por la mitad viendo a quien amaba de esta manera.

"Porque tengo que hacerlo Nico". Respondió Percy, con la respiración cada vez más agitada a medida que soportaba el peso imposible por sí solo. Nico podía ver claramente cómo se debilitaba cada vez más, y su corazón dio un salto de alarma cuando empezó a sentir que la fuerza vital de Percy se le agotaba.

"¡¿Por qué?!" Nico prácticamente le gritó en la cara, a centímetros de distancia. "¡Deja de intentar ser noble y déjame ayudarte por una vez!"

"Es la única forma Nics... yo... le prometí a Hades que lo haría". Percy admitió.

La mente de Nico se sintió aletargada por la confusión, mirando a Percy con los ojos muy abiertos. "¿Qué quieres decir?" ¿Qué estaba diciendo?

"Nico.... se suponía que ibas a morir."

NOTA: Omg el final?? Ya quiero traducir la siguiente parte 🤯

Bueno gracias por leer, gracias por sus votos y sus comentarios muak.

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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To Hold Up the Sky (Percico/Pernico) TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora