Capítulo 9- En casa con Floyd

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Es día viernes, Ellie se levanta con una sonrisa

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Es día viernes, Ellie se levanta con una sonrisa.

Es día de ver a Eddie.

Es día de color azul.

Es un día feliz.

La chica entra a la ducha, el baño es de los mejores momentos del día. La noche anterior ha dejado la ropa del día viernes. Ellie odia la ropa demasiado ajustada, le desespera, es fan de las converse y las vans, las tiene en miles de colores, también tiene algunas con lentejuelas, Ellie también ama las lentejuelas y los brillos en general.

Vaqueros azules, converse azul pastel y una playera azul marino con brillos han sido parte de su ropa de día viernes, se ha puesto aros con forma de nube, azules obviamente. Baja a preparar el desayuno para su hermano y Floyd, porridge con arándanos, chispas de chocolate y un poco de mantequilla de maní. En el centro de la mesa ha puesto un poco de agua con colorante azul y glitter, a veces su hermano no entiende las decoraciones de su hermana, pero ella las hace con cariño, y simplemente las deja. En parte, Ellie se ha transformado en una pieza clave para su hijo, Floyd.

Ha dejado todo servido, y espera en la mesa, juega con sus dedos esperando a su hermano y su sobrino, se siente incómoda por la conversación de la noche anterior con su hermano, en ningún caso quisiera tener problemas con Wyatt por Eddie, pero tampoco halla justo que ella deba privarse de la experiencia de encontrar en Eddie un mejor amigo.

Su hermano baja, se ha puesto la playera del uniforme clínico, diente dientecitos por doquier, y ella piensa que es lo más tierno del mundo, y le apena pensar en que su hermano pueda estar molesto con ella. Para Ellie, Wyatt es su vida, es quien le ha ayudado a superar la repentina muerte de su padre, quien enfermó de un momento a otro, dejándolos más pronto de lo establecido, y Ellie sabe que Wyatt sufre y no le dice a nadie, porque debe estar bien para ella y para su hijo, pero Ellie sueña con contener las lágrimas de su hermano, y además, suena con enmendar el tiempo y dinero que ha invertido en ella, pero para Wyatt, eso no es un problema, Ellie es todo lo que él tiene.

Se sienta en la mesa, come, y la chica no entiende por qué el pequeño no ha llegado.

— ¿Y Floyd?— pregunta Ellie.

— Despertó con fiebre, se quedará en casa. ¿No hay problema si se queda contigo?— me pregunta.

— Sabes que Floyd nunca ha sido un problema para mí. No viene al caso que preguntes— la chica mira a su plato.

— Vale, es que como ahora sales de casa en la tarde y supongo te ves con el vecino— Wyatt lo dice probablemente por la discusión de la noche anterior.

— Estás siendo muy injusto— la chica no lo mira— No dejaría a solo a Floyd, jamás.

— Vale, sólo lo decía. Es mejor asegurarme de que estarás en casa, creo que no tengo control sobre ti.

Aquellas palabras la alteran, Ellie odia la sensación de estar molesta con las personas, su corazón se acelera, pero más por pena que por rabia. No le gustaba ser satanizada por tener simplemente un amigo.

What if I adore you?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora