Capítulo 3 El inicio de la pesadilla.

140 23 2
                                    


Narrador.

Gales, Manada River Lake hace cinco años

Mientras esto ocurría en la manada, sus dos hermanas crecían felizmente, en el territorio más alejado de la manada. Lejos de todos, tanto humanos como lobos. Al siempre era haber estado ocultas de la manada, la nueva Alfa, no podía detectarlas, ni saber de ella.

Justo eso fue lo que le salvó de la limpia, que hizo la nueva Alfa, Brenda adoraba ser deseada por todos los lobos de su manada, y si alguno se le resistía, tuviera o no mate, asesinaba delante de él, a su pareja, para luego obligarle, mediante feromonas sintéticas con la impregnaba su cuerpo, a que este la poseyera, aún con el cadáver muerto de su pareja a su lado. Era un control psicológico y sexual total, y durante ese período oscuro, en la manada River Lake, muchas hembras perecieron, sólo se salvaron aquellas, que para la nueva Alfa no eran rivales, mujeres mayores, o niñas muy pequeñas, también aquellas jovencitas que no eran muy agraciadas, y poco deseadas por los machos.

Pero esta felicidad de las dos hermanas debía acabar en algún momento, y esto fue provocado precisamente porque el aislamiento, este hizo que el celo de ambas lobas se despertara. Melissa Brown, sabía que por sus edades sus dos hijas pronto tendrían que buscar a su mate, así que decidió investigar, antes de someterla a ser descubiertas, de cómo se encontraba la verdadera situación en la manada, por su unión al Alfa, y a la antigua Luna, sabía que estos habían fallecido, pero como había estado aislada, no habia jurado obediencia al nuevo Alfa, así que no sabía cuál era la situación real.

Un amanecer, cuando sus hijas estaban dormidas les dejó una nota, de que regresaría esa noche, y con esto, salió casi de madrugada, para recoger la información que estaba buscando. Quizás si hubiera sabido el cambio tan grande que había dado su manada, nunca hubiera hecho ese viaje, pero cuando ella verdaderamente comprobó hasta dónde había llegado la maldad de la hermana de sus hijas, fue demasiado tarde.

En ese momento, las nuevas órdenes de la actual Alfa era acabar con todos los lobos débiles, no quería que en su manada hubiera ningún omega, esto provocó que muchos huyeran con sus hijos antes de que la nueva Alfa los sacrificara, la verdad era que la brillantez y la fuerza de antaño de la manada River Lake, había desaparecido totalmente.

Justo en ese momento, extrañada porque todos con los que se tropezaban huían de ella, Melissa Brown, supo que sus hijas nunca debían pisar esa manada, así que mientras trataba de regresar con ellas, fue capturada por la nueva policía de limpieza de la nueva Alfa, para responder ante ella. Melissa sabía que, ante las órdenes de un Alfa, ella no tenía nada que hacer, si esta quería interrogarla, y deseaba saber de dónde había llegado.

De una u otra forma, terminaría diciéndole la verdad, poniendo en peligro así a las que ella siempre había tratado como sus hijas, así que inspeccionó el dobladillo de su falda, donde siempre había escondido lo único que sabía que protegería a sus hijas si alguna vez ella era capturada por el antiguo Alfa.

Era una píldora de polvo de plata, una vez ingerida la destrozaría por dentro, pero acabaría con su vida de forma rápida. Una vez tuvo en la mano la píldora, que estaba recubierta por una gelatina para que ella pudiera ingerirla sin que le dañará, hasta que estuviera en su estómago, Decidió enviarles un mensaje mental a sus hijas.

- "Ailshe y Calmil, lamento no pondré cumplir mi promesa de volver esta noche, quiero que sepáis que os he querido como si fuerais mis hijas, sois lo mejor que me ha pasado, sé que ahora no lo entendéis, pero pronto os quedará todo claro, buscar bajo la tabla suelta que hay junto a la chimenea, y ahí conoceréis vuestra verdadera historia, perdonadme por no volver, os querré siempre."- tras esto ingirió la píldora, y espero su muerte, que no tardó en llegar. 

Las Mates Malditas de los Gemelos Beta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora