Capítulo 24. Una orden ineludible y dolorosa 1.

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Narrador.

Casa eventual de las hermanas Watson, territorio de la manada Blue Moon, Condado de Wicklow, Irlanda del Sur, ahora.

Aunque ambas parejas estaban imbuidas en del calor del deseo que se despierta entre parejas, donde la hermanas, hembras inexpertas en todo esto, quedaron anuladas ante la intensidad del deseo y todo lo conlleva las relaciones sexuales con un macho, y más con un mate, una orden del beta de la manada Blue Moon, y hermano mayor de los gemelos, llegó a la mente de estos. Fue una orden que ellos, no pudieron eludir, pese a las ansias que tenían de marcar sus parejas, y hacerlas suyas en ese momento.

- "Ni se os ocurra traspasar ningún límite, si queréis seguir viviendo, mamá adora a sus nuevas nueras, y las quiere ver casadas antes, se lo debe a sus mejores amigas, además tenéis que saber que por ahora es peligroso que ellas se queden en estado, os lo aviso, ni un límite, o vuestras vidas será un verdadero infierno, palabras de la señora Úrsula Martin."- dijo el Beta de forma muy efectiva.

Al recibir este mensaje, tanto Cotton, como Walter, tuvieron que luchar con su lobo interior, para no ceder a que ellos le pedían, la orden del Beta Elijah era alta y clara, y desde luego conocían mejor que nadie, lo que una omega, como su madre podía hacerles si la desobedecían, poner triste a su madre, o enfadarla, era lo más estúpido que un Martin podía hacer, Úrsula Martin tenía métodos muy efectivos para que ellos se sometieran a ella, por su propio bien, no por nada era la única omega de este mundo, que no sólo dominaba a los cinco de los betas más fuertes que existían, sino que, además, había traído a este mundo, a cuatro de ellos.

Gruñendo por lo que les costaba separarse de sus mates, los gemelos, despegaron sus labios de sus parejas con cierta dificultad. Por su parte, ambas lobas tardaron en darse cuenta de que es lo que había pasado, y por los tanto tuvieron reacciones distintas, ante lo que ellas creyeron que era, un rechazo de su mate.

Mientras Ailshe, por su condición de Alfa, se enfurecía por ser rechazada, Calmil se sentía estúpida e inútil, pensando que su falta de experiencia había hecho que su mate se alejara de ella.

- "Tranquila, Calmil, no te sientas así, me estoy controlando como nunca he hecho, para no acabar desnudándote, marcándote, para a continuación enseñarte todo lo que podemos crear juntos, pero por lo visto no podemos hasta nuestra boda, ordenes de mi madre."- dijo Cotton intentado controlar las ganas que tenía de acariciar la cara de su bella mate.

Su lobo, Fuster le había avisado enfierecido con él, del dolor que estaba sintiendo su loba Caragh, al sentir como Calmil se sentía rechazada, y tuvo que dejar claro porque se detenía.

La beta lo miró agradeciendo que su mate fuera tan comprensivo, además, ella sabía que nada más conocerse, que ya traspasasen ciertos límites, solamente por el deseo que se despertaba el uno en el otro, era un grave error, sobre todo porque ni siquiera se conocían lo suficiente, y quizás cuando Cotton supiera parte del pasado que aún no le había contado, no la podía ver como la pareja que él quisiera tener a su lado.

Sólo Caragh tenía confianza, nada más tener cerca a Fuster supo que sus mates le serían siempre fiel y confiables, por no hablar de lo que despertaba en esa vieja y sabia loba, que animaba a Calmil a dejarse llevara, sin pensar en las consecuencias.  

Las Mates Malditas de los Gemelos Beta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora