Las Mates Malditas de los Gemelos Beta.

Capítulo 12. Rumbo a la manada Blue Moon.

Narrador.

Mar de Gales, en dirección a Drogheda, tres días antes de la reunión.

Ailshe miró a su hermana con emoción, había conseguido gracias a su espía, HB. Las dos habían sido enviadas como parte del personal que cada manada cedía, por un tiempo, al Rey oscuro, como apoyo para atender a los invitados, que llegarían a la enorme reunión que ocurría en tres días.

Se había disfrazado, para poder el primer control, que según HB, tenía la manada Blue Moon para controlar a los lobos que habían enviado otras manadas, el Rey Oscuro no tenía enemigos, o por lo menos no tenía enemigos directos, los que tuvo habían acabado pereciendo bajo sus manos, como el conocido Alfa Calix, pero en su causa había una dato que no ayudaba, y era su semejanza física con Brenda, aunque el olor de cada una de ellas era diferentes, tenía que facilitarte lo más posible la oportunidad de llegar hasta la Luna y la mate del Beta de la manada que, según HB, eran quienes podían facilitarles la ayuda del Rey oscuro.

Ambas se miraron para ver si se reconocían, se había teñido el pelo de un color diferente de su color natural, ambas sabían que simplemente con una transformación en su forma lobuna, por esta propia naturaleza, cuando volvieran a su forma humana, todo estaría de nuevo como al principio, daba igual los cambios físicos que quisiera hacerse un lobo, hasta los tatuajes si nos los hacía una bruja, o una sanadora lobuna, con tinte de plata diluida, tras una trasformación todo volvía de nuevo a su estado natural.

Las transformaciones físicas eran inútiles entre hombres y mujeres lobo, principalmente porque los lobos se fían más de su olfato, que, de su vista, el olor de un lobo siempre es el mimo, es su señal de identidad.

Las hermanas sabían que no tendría que intentar demostrar que no eran Brenda, su miedo y precaución era otra, que la maldita B se entera que Ailshe y Calmil existían, muchos antes de que ellas se vengaran, y recuperaran la manada, para salvarla de las locas manos de su maldecida hermana.

Calmil sonrió mirando a Ailshe.

- "La verdad es que ni yo puedo reconocerte, ¿a qué clases te vas esta tarde, universitaria?."- dijo la beta mirando a su hermana mayor con burla.

Con el cabello negro casi azabache, y los ojos negros gracias a unas lentillas de color, la alfa Ailshe se habia vestido con un traje negro con pequeñas flores blancas y rojas, una chaqueta vaquera azul, y unas deportivas blancas, se había recogido el largo pelo en una coleta alta, y apenas iba maquillada, la mayor de las hermanas Watson parecía una universitaria de primer año, no una adulta de veinticuatro años.

- "Mira quien habla, pareces una estrella de cine, ¿no podías vestir con algo más discreto?"- le preguntó su hermana, mirando a la rubia con ojos azules, con un maquillaje que le hacía más sexual, una vestido corto y pegado al cuerpo negro, y una chaqueta roja y negra de cuero.

- "No podía, llevo cuatro años siendo la profe de francés, una maldita Señorita Rottenmeier, igualita a la recta y odiosa institutriz de Heidi, me niego a no verme sexual, además voy a ver a ese atractivo beta que es mi mate, ese que tun cuerpo que me sirve perfectamente para mis tres comidas principales, y alguna merienda, y encima con un olor alucinante, ¿sabes lo que me va a costar no devorarlo antes de decirle quién soy?."- se quejó la más pequeña de las Watson.

De la dos hermanas, la peor que lleva los ataque de celo, era la beta Calmil, debido a que no tenía la fuerza de un Alfa, sus instintos la dominaban., gracias los estudios de boticaria de su madre adoptiva, ambas aprendieron, muchos trucos de como combinar hiervas y otros minerales, junto a magia simple, que les servía para controlar el deseo, el envenenamiento con plata, disimular el olor, pero por lo visto, cuándo encontraron a sus mates eso no funcionó, y a pesar que tuvieron que huir, durante días tuvieron que estar encerradas por el ataque de celo intenso que tuvieron que soportar, y que ninguno de los remedio, que su madre adoptiva les enseñó, funcionó.