Capítulo 49. El juico final.

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Narrador.

Sala penal del mundo de los lobos, Condado de Wicklow, Irlanda del Sur, hoy.

Ailshe miró a su hermana Camile, y esta le devolvió la mirada, para luego abrazarse las dos a dos lobos idénticos, que las acompañaban, en pocos segundos comenzaría el juicio contra Brenda, tras miles y miles de acusaciones de tortura, asesinato, y otros delitos menores, que muchos de los antiguos integrantes de su manada, la mayoría mujeres, habían interpuesto ante el consejo de ancianos que controlaban que las leyes de los hombres lobos, se cumplieran.

Habían pasado ya dos meses desde la derrota de la maldita B, dos meses donde el mundo de las hermanas, y de sus mates, había cambiado. La reconstrucción de la manada de River Lake estaba siendo complicada, y casi agotadora, aunque tenían ayuda de la manada Blue Moon, y de otras manadas incluida la manda de Siberia del hermano de la Luna Irina, además muchos antiguos miembros que regresaron a sus hogares, al saber que la implacable Alfa había sido derrotada, muchos mates volvieron reunirse, y nuevos embarazos se produjeron en el seno de la manada, gracias también a la influencia a la reina de las manadas, la mágica Gamma.

El que los gemelos Martin abandonaran la manada del Blue Moon para unirse a la de River Lake, manada de la que sus mates eran la Alfa y la Beta, y que ellos fueran sus nuevos acompañantes, y jefes de sus guerreros, creo más de una emoción contradictoria, tanto entre los guerreros de Blue Moon, como entre las dos familias, Darkness y Martin, en especial en la madre de los gemelos, que veía que, por un lado, dos de su retoños abandonan el nido, para formar su propia familia, lejos de ella, y segundo que por fin cumpliría una promesa que hizo a sus mejores amigas, de que iba a cuidar, gracias sus fuertes hijos, para siempre, a sus adoradas hijas.

No faltaron las burlas, entre los aguerridos guerreros de la manada Blue Moon, sobre las nuevas funciones de los dos hermanos, como luna, y segunda de la luna en la manada River Lake, pero como siempre tras unos buenos golpes, mordidas, revolcones, y sobre todo mucha cerveza, los ocho guerreros más fuertes del Rey oscuro, junto a su beta Elijah, hermano mayor de estos, y el propio Rey Desmond, que se unió como uno más, a la celebración, despidieron a los hermanos con una gran fiesta, que les valió una dura reprimenda, al dia siguiente, por parte de los mates, y sobre todo, ganaron entre ellos, una promesa de hermandad eterna.

Lo último que quedaba, tras la mala noticia de que la maldita B, en su juventud, bien por desconocimiento, bien por la maldición, había roto el talismán de la piedra roja, que las habría liberado de la maldición de su padre, sólo quedaba que su hermana fuera juzgada por sus crímenes, donde según los hechos que se demostraran, ante el gran consejo de los ancianos, podría tener una sentencia, que iba desde la libertad, destierro o encarcelamiento de por vida, y en última estancia, pena de muerte.

El juicio se inició con la presentación de los ancianos que la juzgarían, mediante las pruebas y testigos presentados, todos, y cada uno de ellos, representaban a los miembros de mayor edad y rango, de las manadas del viejo continente, donde el Rey Desmond, presidía el consejo, por ser el miembro de mayor rango de todos.

Tras esto, se llamó a la acusada, Brenda era un espejismo de la hembra loba poderosa que fue, demacrada, vestida de forma recatada, y sin luz en su mirada, que solía ser muy altanera, pero ahora, ni siquiera sonreía.

Poco a poco, muchos miembros que la acusaban por algún delito fueron presentando sus acusaciones, y aportando pruebas, o testigos. Las acusaciones de las atrocidades cometidas presuntamente por la Alfa maldita iban creciendo, mientras ella apenas se defendía, al parecer la loba había perdido su alma, mientras escuchaba en silencio de que se le acusaba. Tras varios días de juicio, la sentencia llegó entre una gran audiencia, Pena de muerte.

- "Si alguien quieres hacer un último suplicatorio, ya sea una víctima, como su familia, para que la sentencia se rebaje a una más clemente, debe hacerlo ahora, para que se tome en cuenta, o esta sentencia se ejecutará mañana al amanecer."- dijo finalmente el presidente, el Rey Desmond, antes de dar por concluido el juicio.

- "Nosotras queremos hacerlo."- la voz de las hermanas se oyó en la sala.

Todo el mundo se giró para mirarlas, incluso la propia Brenda que hasta ahora había permanecido con la cabeza gacha, demostrando su derrota, alzó la mirada para mirar a sus hermanas.

- "No creo que la muerte ayude a que pague todo el sufrimiento que ha causado, proponemos el destierro, que ella sienta en sus carnes, el daño que ha hecho otros."- dijo Ailshe al tribunal.

- "Atendiendo a su petición, y tras discutirlo con los otros miembros ancianos, se cambia la sentencia al destierro."- dijo de nuevo el Rey tras haberlo meditado entre todos los miembros del tribunal.

Esa tarde las tres hermanas se reunieron por última vez, en los calabozos, ya que el destierro se produciría al día siguiente.

- "¿Qué hacen aquí, malditas? Ya habéis ganado, ¿a qué venís? ¿para reíros de mí?"- le dijo Brenda nada más verlas, a través de los barrotes de plata.

- "Sólo hemos venido a preguntarte ¿por qué rompiste el amuleto que mamá te dio?, si lo hubieras conservado, la maldición no te hubiera afectado y las tres seriamos libres ..."- comenzó a decirle Camile, pero una carcajada casi sepulcral, y maligna salió desde muy adentro de la maldita B.

-"Justo por eso lo hice, no conocía de vuestra existencia, pero si conocía la maldición, los oí discutir entre ellos sobre eso cuando era pequeña, nuestro querido padre quería que mamá se deshiciera de mí, ya que ya estaba sana, cuando tenía diez años, a él sólo le importaba el inútil de Brandon, el futuro Alfa. Cuando cumplí quince o dieciséis, no me acuerdo, volví a escuchar otra discusión, regresaba de una de mis escapadas con uno de mis amantes. En esta discusión mamá aseguraba a papá que con mi amuelo yo estaba protegida por ahora, aunque él no la creyó, sólo le dijo que ese amuleto era inútil, como toda la brujería, así que al día siguiente rompí el amuleto contra una piedra, y todo se me revelo ante mí, de la forma más clara, tenía que deshacerme de Brandon, y de todos los que se interpusieran en mi camino, era yo la debía ser la Alfa de la manada."- la tristeza y el odio se reflejó en la mirada de las hermanas fue muy visible al contemplar en lo que se había convertido ese ser que llevaba su misma sangre.

- "Espero que encuentres lo que te mereces, Brenda, de verdad. Hasta siempre"- le dijo Ailshe, y junto a Camile abandonaron el calabozo con tristeza, mientras una risa histérica, casi enloquecida retumbaba entre las paredes de piedra. 

Las Mates Malditas de los Gemelos Beta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora