Confía en mi

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Había pasado un mes, todo un mes entero, con sus treinta y un días, de veinticuatro horas cada uno, un mes desde que decidió que aquello tenía que salirle bien por la vida de su hermano, desde que volvió a irrumpir en la vida de Clarke desesperada, con el único objetivo de que la dejara permanecer en ella, era cuestión de vida o muerte. Cuando se encontraba a solas se sentía terriblemente mal por la rubia, cada día que pasaba, un poco más. Cuando le preguntaba "¿Por qué?" quería responderle "Porque lo necesito" porque desde el principio odiaba mentirle, pero siempre quería añadir "Pero me gustas de verdad, de verdad no sé que me pasa contigo" y que la creyera sin pestañear, porque esa parte, la decía con el corazón en la mano y eso era peligroso para ella también, porque debía ser tan solo un puto trabajo, sin más vinculo que una transacción comercial, pero desde que la vio... joder, desde que la vio no pudo controlar lo que le pasaba, lo que con tan sólo mirarla la hacía sentir y odiaba a Raven por haberla metido en eso, por haber contactado con ella, pero a la vez era su salvavidas, todo en ella era una contradicción constante y el las últimas semanas realmente se planteaba ser sincera con Clarke, pero terminaba echandose atrás, la rubia la odiaría y aquel salvavidas dejaría de existir y no podía permitirse algo así, su hermano siempre sería lo primero, y el "A costa de todo" seguía estando ahí, por mucho que le pesara. ¿Lo peor de todo? Que era muy fácil querer estar con ella, tener ganas de ella y echarla de menos cuando no podía verla, era muy fácil ser ella misma y dejarse llevar y lo más desastroso si cabe era la sensación de no poder frenar lo que sentía por ella, el buscar siempre aquel beso de despedida, fugaz, insuficiente, pero deseado cada vez, le gustaba sentir las mariposas aleteando y el temblor de sus piernas, las emociones que le provocaban sus sonrisas, sus miradas intensamente azules, transparentes, amaba la forma que tenía de hacerla reír y cuando era capaz de entrar en contacto con sus manos. En una cosa la rubia tenía razón, era frustrante no poder sentirla más, guardarse las ganas de cientos de cosas, tener que hacer un sobre esfuerzo por contenerlo todo y además que no se le notara, porque eso no podía pasar o la rubia no querría seguir con aquello.

Al principio la asustó que esa forma brusca de buscarla la terminara alejando antes de empezar ¿Pero qué podía hacer? Estaba atada de pies y manos, Clarke no tenía la culpa de sus desgracias, pero había tenido la mala suerte de que Raven hubiera entrado en su vida ofreciéndole una oportunidad que no podía rechazar. Por eso estaba dispuesta a cumplir con su parte, costara lo que costara, ayudaría a Clarke a salir de eso, era lo mínimo que podía hacer por ella, porque no tenía sentido decirle "Por favor, no sientas nada por mi" cuando era evidente que la rubia lo hacía ¿Qué sentido tendría entonces todo aquello?¿Cómo podría ayudarle si no? No debería olvidarse de todo, no debería acelerársele el corazón cuando la miraba directamente de aquella forma, ni perder la noción del tiempo, ni obviar el motivo por el que estaba con ella, debería tenerlo presente a cada segundo, pero para cuando se daba cuenta, ya era tarde, ya estaba caminando en la dirección opuesta a aquella chica y se le venía todo de golpe, la culpa, la sensación de estar traicionándola, su burbuja explotaba y la realidad era cruda, tenía que pararse, recoger todo aquello y seguir adelante, sin titubear o lo perdería todo. Cada mentira, cada información a medias, era un puñal clavándose cada vez un poco más profundo. Sus sentimientos eran reales, pero su vida una mentira y si la rubia se enteraba... prefería no pensar en esa posibilidad, que si tuviera que hacerlo fuera después de lograr ayudarla, que le hubiera valido la pena al menos en eso y ella podría dormir un poco más tranquila por las noches.

Era evidente la conexión y la tensión que había entre ellas, Clarke no se lo decía, pero es que no hacía falta, sus ojos hablaban por ella, sus gestos, sus palabras, todo le gritaba "Me gustas, siento algo por ti y me estoy arriesgando simplemente porque eres tu" y poco a poco, día a día iba entendiendo un poco más, iba entendiendo a qué se refería cuando le decía que estaba rota y que era mejor huir mientras estuviera a tiempo, pero la verdad es que no quería, no quería alejarse de ella, ni un par de pasos y el trabajo nada tenía que ver con eso, seguro que Clarke podía leer en sus ojos "Me gustas, siento algo por ti y me arriesgo a que me odies" ese sentimiento crecía y daba igual los esfuerzos que hiciera para aplacarlo, para estancarlo en un punto que no molestara demasiado, era inutil, cada vez la necesitaba más. Iba a hacerle daño, iba a hacerse daño a sí misma, en el milagroso caso que llegara a entenderla, jamás podría perdonarle las mentiras y el sentirse utilizada, eso la consumía por dentro, imaginar aquella reacción y perderla para siempre. Todavía no sabía que iba hacer cuando el trabajo estuviera hecho, cómo iba a alejarse, pero no quería que fuera así, no quería que fuera odiándola.

Nuestras cicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora