Nuestras cicatrices

La chica que te gusta

Todavía seguía en estado de shock y eso que ya habían pasado unos días, pero el impacto emocional fue desastrosamente fuerte, por una parte el hecho de volverla a ver en el lugar más inesperado, porque nunca entró en sus opciones encontrarla en aquella consulta, esa forma de mirarla, tener enfrente de nuevo esos preciosos ojos azules, el sonido de su voz dirigiéndose a ella, poder volver a abrazarla otra vez, eso último ni siquiera entraba en sus mejores sueños y por otra parte y teniendo en cuenta todo lo que había pasado entre ellas, lo que le había hecho, por algún motivo que escapaba a comprender, Clarke hizo que el dinero no fuera un problema, prácticamente le estaba salvando la vida a su hermano con ese gesto, le estaría agradecida el resto de su vida, pero también hizo que recordara por qué se había enamorado de ella de esa forma tan intensa. Era la persona más noble y buen sobre la faz de la tierra y ella no había estado a la altura, mas bien muy por debajo de lo que merecía, y entendía el daño que le había causado, que no quisiera saber nada más de ella y lo mejor que podía hacer por esa chica era respetar lo que le estaba pidiendo, por una vez hacer algo bueno por ella, sin mentiras de por medio, unas mentiras que se habían cargado lo más bonito que nunca tuvo y ahora tocaba asumir las consecuencias. Tuvo miedo, al fin y al cabo era solo una chica enamorada, pero ese miedo la llevó a perderla de verdad y a destrozarse a sí misma, pero tuvo la inmensa suerte de enamorarse de la persona adecuada, aunque no pudiera ser, porque al fin y al cabo mantuvo la mentira por su hermano y a final, Adam iba a tener su oportunidad gracias a Clarke, no de la manera que pensaba, pero esa chica iba a hacerlo posible y no le gustaba pensar que si hubiera sido sincera con ella se había ahorrado demasiado dolor, habría evitado situaciones fuertemente desagradables y no se hubiera sentido tan sucia al pensar en lo que le estaba haciendo, que tal vez se hubiera enfadado, si, pero hubieran podido arreglarlo porque no estaría roto, tan solo un poco magullado. Esos pensamientos prefería mantenerlos alejados de su cabeza porque ya no tenían sentido y lo único que hacía era torturarse más, fue su elección, daban igual los motivos, fue lo que eligió y eso la había llevado hasta ahí, los "y si" no servían para nada porque no podía echar atrás en el tiempo y la única opción que le quedaba era saber que su hermano iba a salir a delante, confiaba en Clarke como en nadie. No se la merecía, pero Adam sí y era lo único que importaba

—Voy a la cama ya o Adam no pegará ojo en toda la noche—le comentó a su amiga metiendo el último plato en el lavavajillas

—Estás más nerviosa tú que él

—No puedo desmentirte eso—Atacada de los nervios era poco, los nervios siempre habían estado ahí desde que supo que iban a operarlo, pero al recibir esa llamada que les citaba para el día siguiente en el hospital, se volvieron inocntrolables—Será mejor que también intentes descansar, van a ser unos días largos

—Si, debería—lo tomó cómo ua despedida, asintió ligeramente, dispuesta a marchar a la cama con su hermano, necesitaba abrazarse a él—Lex, espera—paró el siguiente paso y se giró hacia ella, apoyada en el banco de la cocina, con las manos sobre la encimera

—¿Estás bien?—se lo preguntó a la expresiçon de su cara, Octavia muchas veces era complicada de descifrar porque le costaba expresar emociones, al contrario de lo poco que le costaba dar su opinión

—No paro de darle vueltas a lo que pasó el otro día—ella tampoco y se le estranguló ligeramente la boca del estómago—Me gustaría hablar contigo, será rápido, lo prometo

—Claro ¿Qué pasa?—arrastró una de las sillas que había en la cocina, supuso que en algún punto necesitaría sentarse, así que fue precavida

—Estoy preocupada—comentó sentándose sobre la mesa, junto a ella—A lo mejor es una estupidez pero lo tuyo con Clarke...—dudó y cogió aire, mirándola fijamente a los ojos—Lo que pasó entre vosotras...no quiero que le afecte a Adam