¹SEMPITERNAL # sirius black

LXXXII. （ you're my best friend ）

Cuando Aludra les dijo que su primer destino tras su luna de miel de varios meses sería su hogar, Mallory y Regulus solo pudieron sentir alegría, en especial porque él acababa de terminar Hogwarts y se sentía particularmente orgulloso de eso.

Mallory lo ocultaba pero en el fondo no podía evitar sentir celos porque él lo había cumplido, había terminado sus siete años de educación, había sido premio anual y entre otros, había sido grandioso, ella habia estado tan cerca de esa grandeza que por naturaleza le pertenecía, pero por lo que veía también había estado demasiado lejos, y ahora su esposo frente a ella recibía felicitaciones por un derecho que le habían arrebatado.

Pero la vida seguía adelante, en especial para ella que no tenía tiempo para poder respirar. No había hablado con Aludra luego del descubrimiento que había tenido respecto a ella siendo mortifaga, y se preguntaba si es que Salvatore lo sabía o aún peor, era parte de eso. Su distanciamiento no había hecho que su cariño por él se desvaneciera, nunca lo haría probablemente, lo que hacía que lo extrañara, en especial cuando se sentía sola, que era más común de lo que cualquiera quisiera.

—¡Jim! —gritó Aludra levantando del suelo al pequeño— ¡Estás enorme!

—¿Se lo dices a él o me lo dices a mi?  —bromeó Mallory inconforme con su cuerpo post parto tras tres meses, para acercarse a ella y darle un fuerte abrazo que ambas sintieron como un reencuentro de años— Te he extrañado mucho.

—Y yo a ti, hermana —le respondió dejando un beso en su mejilla—. Estás preciosa.

—Algo raro para mis cuatro horas de sueño, mis siete kilos ganados y no poder caminar bien tras el parto, ¿No crees? Con Jim todo fue diferente, subí dos kilos que pude bajar, tras un mes ya podía hacer todo normal, ahora estoy hecha un desastre.

—Yo la veo hermosa —la calmó Regulus abrazándola.

—Porque lo está —respondió Salvatore apareciendo de pronto, algo nervioso, se sentía raro la formalidad con la que se trataban, la lejanía que tenían cuando habían tenido un lazo mayor al de amigos, ellos habían sido hermanos, verdaderos hermanos pero ahora se trataban como desconocidos, pero ella lo sabía, él se cogía a su esposo, suponía que no tenía derecho porque después de todo había tenido un segundo hijo fuera de matrimonio, pero él había empezado, él lo había hecho, además se había alejado cuando más lo necesitaba y había tomado partido por Aludra y ahora no lo reconocía, ya no sabía quién era—. ¿Cómo has estado Mallory?

—Bien. ¿Tu?

—Igual...

Incluso en ese momento lo notaba, él le pedía perdón de la forma más cobarde que podía porque no lo sentía, Salvatore estaba muy seguro que ella le había hecho daño, ella sabía que él se había vengado por eso. Y no podía creer que su Salvatore sería capaz de vengarse contra ella, ese no era su amigo.

La cena fue un verdadero infierno porque ambos chicos no eran del todo disimulados,  se podía escuchaar en su voz, sus chistes y su comportamiento, como uno estaba sobre el otro practicamente y nadie decía nada. Aludra solo comía y se reía de algunos chistes, pero ella lo veia todo, en frente de sus ojos.

Le hervía la sangre, no por posesión, sino por odio. Regulus tomaba sus sueños y también su vida, lo consumía, le quitaba a su amigo, le quitaba su juventud, ¿Que más le quitaría? Estaba siendo consumida y no sabía cómo salir de es nube negra en la que estaba. Lo detestaba, y odiaba más el sentirse segura con él, porque al final del día era lo único que tenía, ni siquiera al mismo Sirius, padre de sus hijos. Si estaba en la oscuridad, la mano de Regulus era la única que tenía a su alcance.

Odiaba eso. Odiaba que ni siquiera le dejara dormir. 

Cuando despertó por la madrugada y no vio a Regulus a su lado ni siquiera se molestó en pensar bien; podía apostar que estaba en la habitación de Salvatore con la misma Aludra al lado porque a ella no le importaba verdaderamente, y solo suspiró. Probablemente haría lo mismo con Sirius así que no podía culparlo, pero lo odiaba aún así, que ni siquiera podía usar con totalidad su titulo de esposa, ni el de soltera, era medio todo, no era totalmente nada.