LXXIX. ( little and pathetic )

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Decir que su mente no lo estaba carcomiendo era una vil mentira. Cada día que pasaba se preguntaba más y más si es que era aquel su hijo. No sabía exactamente si es que aquello sería bueno o malo, de tan solo ver a Jim se le revolvía el estomago de pensar en lo complicado que sería para él la situación y lo caro que le haría pagar su amor por él, incluso a él, el ser humano que se había vuelto el que más amaba, le haría sufrir. Se sentía tóxico y venenoso, pero su simple rostro le hacía feliz.

Otro hijo con Mallory, ¿sería igual o más problemático? Se hacía mil escenarios que ni siquiera estaba seguro de que tan ciertos eran y lo asesinaba, lo estaba carcomiendo y no permitiría un solo momento más en aquel suspenso.

Los golpes en la puerta la despertaron al instante, bajando con rapidez para ver a Kreacher abrir la puerta, fue entonces cuando cara a cara se encontró con Sirius después de lo que ella sentía un largo tiempo.

—Kreacher, lárgate. Tengo que hablar urgentemente y en privado con Mallory.

—Pero...

—¡Largo elfo apestoso!

El elfo volteó a ver a Mallory que solo asintió con la cabeza algo avergonzada. Kreacher solo se fue murmurando algo sobre Walburga, probablemente como rompían el juramento que ella había hecho de que Sirius nunca volvería a pisar su casa.

—Llegas a mi casa, a esta hora, golpeando mi puerta, asustando a mi hijo, despertándome después de do shoras para encontrar una posición correcta y lo peor; a tratar mal a Kreacher que ha sido mi única ayuda estos últimos meses de mierdad —le reclamó mirándolo directamente a los ojos mientras se acercaba para pararse a centímetros de él—. ¿Qué es lo que quieres?

—Quiero que me digas la verdad Mallory, la quiero ahora. ¿Este niño en tu vientre es mío? ¿Si o no?

—No, no lo es.

—No te creo. Siempre te sentí capaz de muchas cosas menos de mentirme directamente en la cara con tanta frialdad. Incluso esa vez que me dijiste que no me amabas, yo nunca lo creí. Pero esa vez llegaste a mi casa prometiendo ser siempre solo mía, me demostraste lo bien que mentías.

—¿A qué te refieres?

—Me refiero a que Regulus me puso una trampa aunque ahora veo que... Solo me abrió los ojos. Me dijo que tú me llamabas y como no tenía dignidad, yo fuí solo para terminar por verte con él, teniendo... Eso. Después del matrimonio de Aludra. Me mentiste, dijiste que no lo disfrutabas pero lo hiciste, te vi y lo hacías. No volveré a creer en una sola palabra que me digas, ni siquiera en que ese niño en tu vientre no es mío. Pediré una prueba de paternidad y haré todo un maldito escándalo si me la niegas.

Con un fuerte nudo en la garganta de indignación y fastidio, Mallory solo fue capaz de soltar una risa irónica con fastidio, dejando ver las lágrimas en sus ojos acumulándose. Se sentía tan traicionada y humillada por el hombre que amaba, que solo podía pensar en lo poco que podía amarse a si misma como para aún después de todo seguir queriendole.

—Si haces un escándalo, Regulus no dejará que vuelvas a ver a Scorpius —le dijo con una voz resignada, intentando ocultar el sufrimiento y furia que sentía adentro.

—¿Me estás amenazando?

—Te estoy advirtiendo. No estaría en mis manos. Por favor, Sirius. No hagas un escándalo con Regulus. Te lo pido.

Sirius la miró de pies a cabeza con lágrimas en los ojos, tan fastidiado como ella, pero con él mismo, porque no entendía como era capaz que tratarla así si es que a pesar de todo la seguía amando, y frustrado porque no podía hacer nada más que sentir que la única forma de expresarse era lanzando maldiciones que le dolerían por siempre.

¹SEMPITERNAL # sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora